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Este sistema de enlace abarca las instalaciones básicas de las cuales depende la vitalidad y crecimiento de una comunidad. Como se ha visto, hay
mucha preocupación con respecto a serias deficiencias que existen en la mayoría de los sectores de las Áreas Metropolitanas de Panamá. Sin embargo,
hay razón para estar optimista a la vez que las fuerzas de un mercado libre y la convergencia de un número de factores internos y externos empiezan a
jugar un papel en la historia de la nación.
Las deficiencias son bien conocidas y obvias. Como es el caso en la mayor parte de América Latina, los problemas más severos se encuentran en las
áreas de aguas servidas, drenaje y desechos sólidos; tres sectores que han sufrido la mayor negligencia y la menor inversión y apoyo operativo.
Desafortunadamente, las deficiencias en estos sectores no solamente tienen el potencial de afectar negativamente la salud de los ciudadanos que
residen en las áreas metropolitanas a corto y largo plazo, pero también al medio ambiente. Esta última consideración es significativa desde el punto de
vista de la calidad de vida de los residentes y la percepción de los visitantes con respecto al atractivo del medio ambiente urbano.
Es razonable ser optimista sobre el mejoramiento del sector de agua a largo plazo, debido a que ya comenzó a identificarse un programa para la
concesión y operación de obras civiles en un esfuerzo combinado del sector público y privado.
Se propone crear un sistema de espacios abiertos (SEA) comprensivo e integrado para las Áreas
Metropolitanas, que le proporcione a la población las áreas necesarias para el esparcimiento y la
recreación, que promueva la preservación de los recursos naturales y que facilite el saneamiento de la
ciudad.
Hacia este fin, se propone reforzar el patrón hidrológico de las Áreas Metropolitanas (las aguas transo-
ceánicas) como la estructura del SEA. Por aguas transoceánicas se entiende el sistema integrado de
cuencas, ríos, canales, lagos, represas, y bahías que se localizan dentro de y/o enmarcan la trama
urbana, así como los cuerpos vegetales que filtran y almacenan el
agua, los bosques tropicales, las ciénagas y manglares costeros.
Con base en este concepto, y en el reconocimiento de las necesidades de la población de poder recurrir
a campos de juego, piscinas, gimnasios, parques, etc., para sus necesidades recreativas, se ha concebido
un SEA compuesto por los siguientes elementos:
o Reservas y Parques Ecológicos: Son espacios de alto valor ecológico, que deben permanecer al margen
de la actividad humana, y habilitarse para la investigación y educación ambiental, y para limitado
o Reservas Silvestres: Son áreas de menor valor ecológico y aptas para la recreación pasiva, pero que con el tiempo podrían constituir un recurso
natural valioso.
o Bosques de Galería: Es una franja de 200 metros de ancho al costado de los ríos, cuya función es amortiguar el impacto del desarrollo urbano
sobre estos; suministrando también zonas verdes entre los diversos distritos de la trama urbana.
o Áreas Verdes Urbanas: Son espacios libres a escala regional para la recreación formal e informal y pasiva y activa, incluyendo establecimientos
tanto públicos como privados para el deporte y el entretenimiento urbano.
o Cintas Costeras: Son espacios públicos que bordean las bahías, disponibles para paseos o caminatas o simplemente para admirar el entorno
urbano y natural de las Areas Metropolitanas.
o Parques Distritales: Son espacios de 10 a 25 hectáreas de extensión que albergan dotaciones comuni-tarias como piscinas, gimnasios,
merenderos, centros comunitarios, etc.
o Parques Vecinales: Son espacios de 1 a 5 hectáreas dedicados a canchas de juegos infantiles en apoyo a las poblaciones de vecindarios
adyacentes.
o Plazas: Son espacios netamente urbanos relacionados con los principales centros de empleo, disponibles para paseos y eventos cívicos y
culturales al aire libre.