Danzig, República de las Dos Naciones. Fallecimiento 21 de septiembre de 1860 (72 años) Fráncfort del Meno, Reino de Prusia. Consecuencia de un paro cardiorrespiratorio. Fue hijo de un rico comerciante que se trasladó con su familia a Hamburgo cuando Danzig cayó en manos de los prusianos en 1793. Su madre fue una escritora que llegó a gozar de cierta fama, y aunque el Schopenhauer maduro no tuvo buenas relaciones con ella, el salón literario que fundó en Weimar proporcionó al filósofo la ocasión de entrar en contacto con personalidades como Goethe. En 1805 inició, contra sus deseos, una carrera comercial como aprendiz por voluntad de su padre; la muerte de éste (al parecer, por suicidio) le permitió prepararse para los estudios superiores e ingresó en la Universidad de Gotinga como estudiante de medicina en 1809; a lectura de Platón y de Kant orientó sus intereses hacia la filosofía, y en 1811 se trasladó a Berlín, donde estudió durante dos años. Las campañas napoleónicas le brindaron la ocasión de retirarse a Rudolfstadt, donde preparó su tesis titulada La cuádruple raíz del principio de razón suficiente que le valió el título de doctor por la Universidad de Jena y que fue publicada en 1813. OBRA PRINCIPAL
En «El mundo como voluntad y
representación» (1819), propone los elementos éticos y metafísicos dominantes de su filosofía atea y pesimista. Se opuso a las ideas del filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel, que creía en la naturaleza espiritual de toda realidad. Aceptó con reservas, la teoría del filósofo alemán Immanuel Kant, de que los fenómenos existen sólo en la medida en que la mente los percibe como representaciones. PENSAMIENTO
Según Schopenhauer la tragedia de la vida
surge de la naturaleza de la voluntad, que incita al individuo sin cesar hacia la consecución de metas sucesivas, ninguna de las cuales puede proporcionar satisfacción permanente a la actividad infinita de la fuerza de la vida, o voluntad. Desde el punto de vista epistemológico, sus ideas pertenecen a la escuela de la fenomenología Redujo los doce conceptos puros del entendimiento del sistema kantiano a uno sólo: El principio de razón suficiente, que se subdivide en cuatro formas: 1- principio de razón suficiente del devenir o de la causalidad que se corresponde con la representación empírica. 2- principio de razón suficiente del conocer que se corresponde con la verdad lógica. 3- principio de razón suficiente del ser que se corresponde con la geometría y la aritmética, y 4- principio de razón suficiente del obrar que se corresponde con el conocimiento de sí. FRASE CÉLEBRE
“Las religiones, como las
luciérnagas, necesitan de la oscuridad para brillar”.