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Reservas Mineras

La palabra reserva nos trae a la mente algo que posee un valor y que puede ser usado cuando
uno lo necesite. ¿Será esta percepción válida cuando se refieren a las reservas mineras? ¿Todo
aquel material que tiene contenido de algún mineral es reserva? ¿Cómo es que podemos decir
qué es una reserva minera y qué no? ¿O todo el subsuelo es una reserva minera sólo por
contener minerales?
El presente Informe Quincenal tiene la intención de aclarar este concepto, la utilidad del mismo
y sobre todo la relevancia de este concepto a la hora de evaluar un proyecto con potencial
minero.
Un primer punto a tener en cuenta
Los minerales están distribuidos en forma desigual en la corteza terrestre, es más, se
encuentran dispersos y mezclados con otros materiales.
Debido a ello, el primer paso de la actividad minera es buscar e identificar volúmenes
considerables de tierra que presenten altas leyes1 de contenido de mineral, a esto se le
conoce como yacimiento.

Algunos yacimientos están más cerca de la superficie que otros, formando cuerpos, vetas o
mantos.
Así, en un yacimiento puede encontrarse distintos niveles de concentración2 y volumen, en
distintas zonas del mismo, los cuales serán rentables por encima de determinados precios,
como se muestra en el ejemplo de la figura adjunta.
Determinando las Reservas
Una vez identificado el yacimiento, se procede a determinar el volumen de mineral que se podría
obtener del mismo. A esto se le denomina reservas y son generalmente clasificadas en:

Reservas probadas.- Volumen de mineral que se calcula usando como base los resultados obtenidos
de los trabajos de muestreo y sondajes. Los estudios permiten establecer matemáticamente la
geometría de la reserva, su volumen y la ley del mineral, por lo que se indica que se tiene certeza de su
continuidad.

Reservas probables.- Volumen de mineral que se calcula en base a información menos exhaustiva que
en el caso de las reservas probadas. Tanto la geometría, como el volumen de mineral y la ley han sido
inferidos a partir de estudios preliminares, por lo que se indica que existe riesgo de discontinuidad.
En este punto cabe preguntarse: ¿el costo de construir una mina y operarla será justificable
económicamente, dada las características del yacimiento? ¿El volumen de mineral que hemos
identificado será suficiente? Es decir, ¿este volumen de mineral identificado como reserva tendrá valor
económico?
¿Qué determina que una reserva minera tenga valor económico?
Lo que sucede es que los minerales presentes en el subsuelo no tienen un valor en sí
mismos. Su valor se va forjando a través de las diversas etapas del proceso de
productivo minero hasta convertirse en un producto que sí es posible vender en el
mercado. Entonces las reservas serán consideradas económicas cuando el valor que
se espera obtener por su venta supera los costos en los que se estima incurrir para
sacarlos del subsuelo y procesarlos.
Cabe indicar además que, según la legislación peruana, las reservas mineras están
definidas como la suma del mineral probado y probable y que sean económicamente
explotables.
Una vez definido esto, vale la pena detenerse para aclarar un concepto de suma
importancia en la determinación de las reservas: la ley de corte. Para determinar si
se trata de reservas probadas o probables con valor económico se tiene que definir la
ley mínima o “Ley de corte” a la que se puede trabajar el yacimiento obteniendo
rentabilidad.
Es decir, en tanto la ley de un mineral nos indica la cantidad (cobre, plomo, plata,
etc.), expresada en porcentaje (%), onzas por tonelada (oz/t) o gramos por tonelada
(g/t) del mineral presente en el yacimiento, la ley de corte (cut off), será aquella ley
mínima cuyo valor cubre todos los costos indispensables para que la reserva minera
resulte económicamente rentable. El volumen de material cuya ley se encuentre por
debajo de la ley de corte, será considerado desmonte (ya que el valor económico del
reducido contenido metálico no justifica su tratamiento por no cubrir los costos del
proceso productivo).
Así, por ejemplo, si la ley de corte de una mina que produce cobre, es de 1%, se
trabajará únicamente aquellas zonas del yacimiento en las que el contenido de cobre
esté por encima del 1%. Cada mina tiene una ley de corte particular, la cual se
establece en función de las características del yacimiento, el método de producción y
la técnica de procesamiento empleada.
Factores que afectan a las reservas mineras
El factor que afecta más directamente a las reservas mineras son las fluctuaciones
de las cotizaciones de los metales. Por ejemplo, en un contexto de precios bajos el
volumen de reservas se reduce, ya que se extraerán únicamente aquellas reservas
rentables. La paradoja es que esto se da sin que el yacimiento sufra modificación
alguna. En consecuencia, con precios más bajos habrá menos reservas y la vida útil
de la mina será menor.
Por el contrario, si se vislumbra un escenario internacional con mejores precios
(como el actual), no sólo se trabajará con las reservas probadas, sino que además se
trabajaría en zonas de reservas probables. Asimismo, dado un contexto de precios
altos, se podrían trabajar yacimientos considerados como marginales. El mayor
nivel de precios justificaría el trabajo de mineral con menor contenido metálico.
Contrariamente al caso anterior, el nivel de reservas sería mayor y se estaría
incrementando la vida útil de la mina.
El volumen de reservas también puede verse afectado por el incremento de
costos indirectos (tributos, por ejemplo) Así, una excesiva y creciente carga
tributaria encarece el producto, por lo que se tendría que extraer aquellas
reservas que permitan obtener ganancias. En este caso, estaríamos exigiendo una
mayor ley de corte al yacimiento, como consecuencia de un encarecimiento en
los costos, lo que puede frenar el inicio de algunos proyectos mineros debido a
que ya no serían económicamente rentables.
Finalmente, la tecnología es otro factor que influye en la determinación de una
reserva minera. Los últimos avances tecnológicos (en métodos de extracción y
procesamiento) han permitido reducir costos y tiempos, lo que lleva a que las
empresas operen, de manera más eficiente y limpia, obteniéndose mayores
volúmenes y añadiendo reservas marginales a las que tenían inicialmente.
DIAGRAMA DE McKelvey

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