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DIVIDIDO
La muerte de Salomón
A la muerte de Salomón, los pueblos del norte
vieron la oportunidad de independizarse y la
aprovecharon.
Roboam, hijo de Salomón, ascendió al trono de
manera hereditaria.
Esto no causó conflicto en Judá (sur), pero en
Israel (norte) había resquemor por la opresión
real y la obligación de impuestos, leva y trabajos
forzados.
Las consecuencias
Roboam no hizo alianza con los del norte y,
después de haber tomado posesión en Jerusalén,
pretendió hacerse aclamar en el norte como rey
y como caudillo carismático, pero los israelitas
no lo aceptaron.
Lincharon al jefe de la leva y Roboam tuvo que
huir de forma ignominiosa para un rey.
Salomón había reprimido las aspiraciones
tribales, pero no las suprimió.
Profetas y política
El profeta Ajías, tradicionalista, designó en
nombre de Yahvé a Jeroboam como rey de Israel
y lo animó a luchar por su reino, a la manera de
los jueces (1R 11, 29-39).
El profeta Semeías trató de persuadir a Roboam
para que se desistiera de gobernar el norte,
declarando que la rebelión era por voluntad de
Yahvé.
Estos profetas pretendían restablecer el sistema
tribal.
Las razones de la restauración
Según los profetas, los reyes habían traicionado
la alianza con Yahvé y habían adorado a dioses
cananitas, además de tratar a los del norte de una
manera tiránica.
El profeta Ajías, originario de Silo, reclamaba el
el cambio de lugar del culto y su monopolio con
el templo central de Jerusalén.
El ascenso de Jeroboam
A la manera de los cuadillos carismáticos,
Jeroboam fue proclamado caudillo del reino del
norte, según la antigua costumbre de las tribus.
El reino dividido
A partir de entonces, Israel se dividió en dos
reinos: Israel en el norte y Judá en el sur, con
Jerusalén como capital y sede del templo.
La tribu de Benjamín, manzana de la
discordia
En el centro quedó el territorio de Benjamín, de
donde era nativo Saúl, por tanto sus habitantes
estaban con las tribus del norte.
Esta situación era incómoda para Judá y, por
medio de la guerra, se anexaron el territorio
benjaminita.
Así quedaban protegidas las fronteras de Judá y
había seguridad para el reino.
La nueva situación
A partir de entonces, ambos reinos cayeron en
decadencia y pasaron a ser estados secundarios, a
veces tributarios de otros reinos.
LO QUE DICEN LA HISTORIA
Y LA ARQUELOGÍA
Los datos arqueológicos
Al parecer, el reino de Salomón fue muy
modesto, y no hay indicios históricos de una
verdadera unificación del reino.
Los israelitas siempre fueron un pueblo no muy
poderoso.
Además nunca pudieron controlar a sus
enemigos tradicionales, como los filisteo y
cananitas. De hecho, por algún tiempo los
filisteos controlaron a los israelitas.
LA SITUACIÓN RELIGIOSA
Los reyes y sus reinas
Al igual que Salomón, Ajab, de la dinastía de los
omridas, se casó con la princesa pagana
Jerzabel, y le permitió, según la costumbre de
matrimonios entre príncipes, que adorara a sus
dioses.
Jerzabel mandó construir un templo en Samaria
para adorar a Ba’al Mercart.
Jerzabel empezó a convertir a la corte a su
religión, y el rey estaba incluido.
La política religiosa de Jerzabel
Jerzabel pretendió suprimir el yahvismo. Así el
paganismo penetró en la corte de Israel.
Incluso los yahvistas fueron perseguidos y
algunos asesinados.
Los profetas se dividieron y hubo quienes
estuvieron de parte de la reina, pero otros
opusieron cierta resisitencia.
La aparición del profeta Elías
La figura misteriosa de Elías apareció para
oponer resistencia a la religión pagana.
Hombre austero, estricto y solitario, vestía un
manto hecho de pelo de camello.
Aparecía como por arte de magia donde la
resistencia lo necesitaba.
Fue perseguido y huyó al desierto para
reconfortarse y recibir la palabra de Yahvé.
La desaparición de Elías
Elías veía a Ajab y Jerzabel como los peores
herejes.
Buscaba el triunfo y de nuevo el reinado de
Yahvé.
Elías desapareció en el desierto (IIR 2).
Según otra tradición, fue llevado al cielo en un
carro de fuego y volvería a anunciar la venida
inminente de un Mesías poderoso.
El pensamiento de Elías
Elías representaba la antigua tradición mosaica
todavía viviente en Israel.
Maldijo al rey y a su reino pagano.
Elías tramó planes para derrocar al gobierno
pagano, y después de su muerte y la de Ajab
provocó una cruenta revuelta.
Dos hijos de Ajab heredaron alternadamente el
reino, pero el segundo no pudo con la rebelión
de Jehu.
La rebelión de Jehu
Azuzado por el profeta Eliseo, el general Jehu
dio un golpe de estado violento, expresión del
coraje que tenían los israelitas contra el gobierno
omrita.
Las matanzas se extendieron aun a los paganos
que no tenían nada que ver con los israelitas.
Jehú defenestró a Jerzabel y exterminó a la
familia de Ajab y a todos los que tuvieron
relación con él.
La situación posterior
A lo largo te todo este periodo, el pueblo de
Israel y de Judá coquetearon con los dioses
paganos y los profetas lucharon por sostener el
yahvismo.
La historia anterior es indicativa de la situación
del pueblo judío durante los siglos IX y VIII.