En 1879 Émile Durkheim ingresó en la Escuela Normal Superior de París, y se licenció en filosofía en 1882. Terminados sus estudios en la Normal se dedicó plenamente a la sociología. Es un teórico conservador del funcionalismo estructuralista ya que pensaron en modelos de sociedad que intentaban darle funcionalidad al sistema capitalista, inadvirtiendo que la sociedad tiene bases económicas estructurales. Escribe en momentos de alta ebullición político-social en épocas de pre-guerra. LA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN DE EMILE DURKHEIM Rompe con la visión imperante de la época, de considerar a la educación como un ente individual. Desde el punto de vista de Durkheim esta es social y se vincula directamente con la sociedad, pues es producto de ella.
Postula que la educación tiene un rol eminentemente social,
ya que forma un ser social que vivirá en sociedad. Su objetivo final es conseguir que el individuo se asemeje al ideal de hombre creado por la sociedad. LA EDUCACIÓN COMO UN PACTO SOCIAL
No existe una educción universalmente válida para todo el
género humano.
Las sociedades tienen sistemas pedagógicos diferentes que
coexisten y funcionan paralelamente.
La educción varia según las clases sociales y los lugares de
residencia.
Solo la educción prehistórica puede considerarse homogénea.
SEGÚN DURKHEIM…
La educación se caracteriza porque los educadores poseen un
enorme poder para lograr la educación de la joven generación. Este poder viene de la sociedad, que lo pone en las manos de los educadores como interpretes de las grandes ideas morales de su época y de su sociedad. Para conseguir el éxito educativo, es necesario hacer un buen uso de esta autoridad. Las características personales de un buen educador son: el carácter, sentir internamente la autoridad, y creer profundamente en su labor. Nos vemos obligados a seguir las reglas que reinan en el ambiente social. La opinión es una fuerza moral, podemos faltar a ellas, pero entonces las fuerzas morales contra las que hemos levantado reaccionarán en contra de nosotros . Estamos inmersos en un mundo de ideas y sentimientos donde reposan las prácticas educativas, por lo que hay una realidad que se nos impone. Las prácticas educativas son el resultado de la acción ejercida por una generación sobre la generación que le sigue, a fin de adaptar a esta última al ambiente social en el que está llamado a vivir. La acción de educar, enseñar, desarrollar las facultades intelectuales y morales y dirigir la inclinación del educando. En cada sociedad podemos observar la presencia de tres generaciones unidas por rasgos característicos de modos de pensar, sentir y obrar, que participan en los hechos sociales y en la educación: a) La generación que declina o de los abuelos (viejos). b) La generación reinante o de los padres (adultos). c) La generación de los hijos (jóvenes). Por lo tanto, puede definirse como la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las generaciones jóvenes para adaptarlas a sí mismas y en consecuencia a su medio físico y social. La Educación como realidad social, varía en el tiempo y adopta formas distintas en el espacio, reflejando siempre toda la escala de valores de la sociedad, de modo que sería posible conocer la estructura social conociendo su educación.