“LA MANO

Y LA HERRAMIENTA”
EL LIBRO LA MANO QUE PIENSA (2009)
Analiza la esencia de la mano y su papel crucial en la evolución
de las destrezas, la inteligencia y las capacidades conceptuales
del hombre.
La mano no es solo un ejecutor fiel y pasivo de las intenciones del
cerebro, sino que tiene intencionalidad y habilidades propias.
Hace hincapié en los procesos relativamente autónomos e
inconscientes del pensamiento y el obrar en la escritura, la
artesanía o en la producción de arte y arquitectura.
El libro cuestiona el paradigma del conocimiento conceptual,
intelectual y verbal, en favor de otro conocimiento: el tácito y no
conceptual de nuestros procesos corporales.
Contiene ocho capítulos en 180 paginas:
1. La mano misteriosa 5. El pensamiento corporal
2. La mano que trabaja 6. El cuerpo, el yo y la mente
3. Fusión entre el ojo, la mano y la 7. La emoción y la imaginación
mente
8. La teoría y la vida
4. La mano que dibuja
LA MANO QUE TRABAJA

“El oficio de la mano es más rico de lo que

comúnmente imaginamos […], la mano
alcanza y se estira, recibe y da la bienvenida, y
no sólo a las cosas: la mano se extiende ella
misma y recibe su propia bienvenida en las
manos de otros […]. Sin embargo, los gestos de
las manos discurren por todas partes a través
del lenguaje en su pureza mas perfecta,
precisamente cuando se habla estando en
silencio […]. Todo movimiento de la mano en
cada una de sus acciones conducen al
pensamiento; toda carga de la mano se
soporta a si misma en el elemento. Toda
acción de la mano esta enraizada en el
pensamiento.”
Martin Heidegger (Alemania, 1889 – 1976)
LA MANO Y LA HERRAMIENTA

La herramienta es una extensión y una especialización de la

mano que altera las posibilidades y capacidades naturales.
La herramienta se ha desarrollado para ser parte de la
mano, es una especie de órgano nuevo, una mano-
herramienta.

Michel Serres: “La mano ya no es una mano cuando agarra

un martillo, es el martillo mismo, que ya no es un martillo, sino
que vuela transparente entre la mano y el clavo,
desaparece y se disuelve; mi propia mano se ha dado a la
fuga cuando escribo.”

“Toda acción de la mano está enraizada en el

pensamiento”, decía Heidegger.