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Psicoanálisis y Psicología

dinámica

Profesor: Henry Flores Chacón


Sesión de Aprendizaje
1

Introducción del curso.


Evaluación Diagnóstica.
Propósito de la sesión 1

• Describe los contenidos


de la asignatura y
desarrolla la prueba
diagnóstica
• Vemos un video

• Entrevista al Dr. Saúl Peña


• https://www.youtube.com/wat
ch?v=7vBdHcAcCro
Sesión de Aprendizaje 2

UNIDAD I: El método de exploración del inconsciente


La Hipnosis en la histeria
Propósito de la sesión 2

• Conoce el primer método


científico de exploración del
inconsciente (la hipnosis) en
medio del contexto de la histeria
• Vemos un vídeo basado en el
caso Anna O.
• La historia documental de la histeria nace en los primeros escritos
médicos y filosóficos. En la antigua Grecia la Filosofía tocaba de cerca
a la medicina o la contaba en sus dominios. Hipócrates, nacido 460
años antes de Cristo, ya se refería a este mal, demostrando que si bien
en su época se conocía la epilepsia, muchas veces no se lograba
diferenciarla netamente de la histeria, sobre la que, concretamente,
sólo se tenían algunos conocimientos imperfectos.
• La mayor parte de los enfermos de lo que entonces se conocía con el
nombre de "mal de Hércules" y las célebres Pitonisas de Delfos que
predecían, en medio de horribles convulsiones y gritos estridentes, el
futuro de quien las consultara en el Templo de Apolo, no eran, en
realidad, más que sujetos histéricos.
• Hipócrates fue el primero que intentó explicar de un modo natural sus
manifestaciones, vinculándolas con un desplazamiento del útero,
llamado histeron en griego, de donde proviene el nombre de histeria
que se da a la enfermedad. Para él, en suma, se trataba de una
anomalía de tipo ginecológico, concepto que, con algunas variantes,
rigió la clínica y la terapéutica de la histeria hasta el siglo xix.
• Platón, contemporáneo de Hipócrates, nacido en el año 427 antes de
Cristo, sostenía esta misma teoría, y en su diálogo "Timeo" puso en
boca de Sócrates esta definición: "La matriz es un animal que desea
ardientemente engendrar niños. Cuando queda estéril por largo
tiempo después de la pubertad, se aflige de soportarlo y se indigna,
recorriendo el cuerpo y obturando todas las salidas de aire. Paraliza la
respiración e impulsa el cuerpo a peligrosos extremos, ocasionando al
mismo tiempo diversas enfermedades, hasta que el deseo y el amor,
reuniendo al hombre y a la mujer hacen nacer un fruto y lo recogen
como sobre un árbol."
• Esta teoría anticipa en cierta medida el aforismo psicosomático según
el cual "una vida sexual insatisfecha puede provocar una neurosis".
Pero es esta misma suposición la que lleva al tan difundido error de
creer que el matrimonio es una cura para las histéricas y que si una
histérica está casada, se libra del mal teniendo un hijo. La experiencia
ha demostrado que ocurre todo lo contrario, hecho que se
comprende cuando se estudian los contenidos profundos de la
enfermedad.
• Cuatro siglos y medio después de Hipócrates, sin quitarle a la matriz
toda su importancia en la etiología de la histeria, Galeno, en el año
170 d.C, calificó de absurda la opinión de Platón e Hipócrates. Sus
conocimientos anatómicos más profundos le habían demostrado que
el útero no podía desplazarse constantemente de la vagina al
apéndice xifoides, sosteniendo en cambio que la histeria era
provocada por la retención de la sangre menstrual o el semen
femenino, pues era creencia admitida en esa época que la mujer
eyaculaba semen al igual que el hombre.
• En el siglo IX, un médico árabe, Serapión, dijo que los trastornos
histéricos no eran debidos a la retención de la sangre menstrual, sino
a la continencia sexual, pues no había encontrado esta afección nada
más que en viudas y solteras. Posteriormente, otros médicos árabes,
entre ellos Rhazes y Avicena, negaron, allá por el año 1030, que el
útero fuera un animal errante y explicaron la etiología de la histeria
por vapores tóxicos, de origen uterino o digestivos, procedentes del
hígado o del bazo, y que atacaban al cerebro.
• A lo largo de toda la Edad Media, desde el año 476 a 1453, acontece
con la histeria lo mismo que habría de suceder en tantos otros
aspectos de la actividad humana: se le dio un valor demoníaco
idéntico al que le asigna el Corán, que presenta los trastornos
psíquicos o nerviosos como obra de la influencia del demonio.
• A partir del año 1500, los médicos, liberados del concepto demoníaco,
vuelven a considerarla desde el punto de vista somático y ven en ella
"una sofocación por desplazamiento de la matriz". Siguiendo las
descripciones de Hipócrates y Platón, trataban de relacionar o
interpretar los casos que iban observando.
• La terapéutica a que se recurría durante el Renacimiento para la
curación del mal era sumamente pintoresca. Basados en el concepto
de que el útero se desplazaba, imaginaron que para atraer la matriz
hacia su lugar, lo mejor era hacer aspirar a la enferma malos olores
(cuerno quemado, sustancias pútridas, amoníaco, orina y heces
humanas) y colocarle en la zona vaginal olores agradables (ámbar,
tomillo, láudano, o nuez moscada, hervidos en vino). Creían que, por
este medio, obligarían a la matriz a dejar las partes superiores mal
olientes y descender a aspirar los exquisitos aromas que se
encontraban abajo.
• A fines del siglo XVI y comienzos del XVII, unido a las causas físicas
tales como las hemorragias y las infecciones, comenzaron a tomarse
en cuenta los factores emocionales. Pero sólo como causa
desencadenante en un terreno que seguía vinculando el mal al
desplazamiento o vapores tóxicos de origen uterino.
• En esos años la mala reputación de la histeria comenzó a difundirse y
el médico portugués Rodríguez da Fonseca complicó más aún este
estado de cosas al señalar que "en los instantes previos al paroxismo
las mujeres propensas a pasiones histéricas sufren un increíble deseo
de abrazar a los hombres".
• Otro investigador de la época destacó la semejanza existente entre la
crisis histérica y el orgasmo
• En 1768 llegó a París Francisco Antonio Mesmer, quien años antes
había "descubierto" en Viena el magnetismo animal. La importancia
que tiene Mesmer en la historia de la histeria es indirecta, pues si
bien no se dedicó conscientemente al estudio de este mal, casi todos
sus pacientes lo sufrían, siendo él quien con sus experiencias dio el
primer paso para el descubrimiento de la hipnosis que, con
posterioridad, llevó al psicoanálisis. Sin saberlo, Mesmer trabajaba
activamente con la sugestión, a través de la transferencia que sólo con
el advenimiento del psicoanálisis se comprendió y utilizó
racionalmente.
• Mientras él discutía con los miembros de la Academia de Francia, un
discípulo suyo, el conde Máximo de Puysegur, aclaraba en 1784, y de
una manera terminante, la existencia del mecanismo hipnótico. Éste
no fue en realidad un descubrimiento, pues Paracelso relata que, en
un convento de Corintia, los monjes utilizaban objetos brillantes para
sumir en sueño a los enfermos, y en el año 90, Apolonio de Tyana dio
elementos que permiten suponer que en esa época la hipnosis se
usaba en una forma empírica.
• La consecuencia positiva de las observaciones de Puysegur es: haber
introducido una primera diferenciación en el concepto del psiquismo
y permitir la comprensión de que los fenómenos psíquicos, aun los
más simples y espontáneos, obedecen a causas predeterminadas.
• Así llegamos al año 1862 en que Charcot se hizo cargo de la sección
de histeria en la Salpetriére. Merced a sus trabajos el histerismo
comenzó a ser considerado verdaderamente como una afección
nerviosa, y completando las precisas descripciones de Briquet,
Charcot analizó el gran ataque de la histeria convulsiva, distinguiendo
en el mismo cuatro fases: la primera, epileptoidea; la segunda, de las
convulsiones y los grandes movimientos; la tercera, de actitudes
pasionales; y la cuarta, del período delirante.
• Las experiencias que se realizaron en la Salpetriére se basaron
principalmente en las pruebas efectuadas por el cirujano británico
James Braid (1795-1860), quien introdujo los términos hipnotismo,
hipnotizador e hipnótico y desapareció luego de una vida de 65 años
de vicisitudes, en la que se mezclaron escándalos, investigaciones
honradas, el esfuerzo terapéutico y la ambición inescrupulosa
(Zilboorg). Braid conseguía sumir en sueño hipnótico a sus pacientes,
haciéndolos mirar fijamente el cuello de una botella hasta lograr la
fatiga.
• Al ocuparse del estudio de las parálisis surgidas después de los
traumas, Charcot intentó reproducirlas artificialmente. Usó para ello a
pacientes histéricos a los que transfería, por medio de la hipnosis, al
estado sonambúlico, y logró de esta manera demostrar, por un riguroso
encadenamiento deductivo, que tales parálisis eran consecuencias de
representaciones, dominantes en el psiquismo del enfermo en
momentos en que éste se haDaba en un estado de especial disposición;
de esta forma quedó explicado, por primera vez, cuál era el mecanismo
histérico de conversión. Después de estas experiencias de Charcot
resultaba muy difícil poner en duda que la psiquis no pudiera provocar
los síntomas de una afección aparentemente orgánica.
• Con esta investigación de tan vastos alcances, Charcot hizo una
contribución realmente invalorable al conocimiento del ser como un
todo. Años más tarde, basándose en el resultado de estas
investigaciones, Janet (1859-1942), Breuer (1842-1925) y Preud
(1856-1939) desarrollaron sus teorías de la neurosis, que coincidían
en un cierto aspecto con el concepto medieval de estas afecciones,
sustituyendo tan sólo al "demonio" por una fórmula psicológica, que
en el concepto de Melanie Klein es el "objeto malo, perseguidor".
• En el año 1893 Breuer y Freud publicaron un trabajo preliminar sobre
"El mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos", y en 1805
aparece el libro Estudios sobre la Histeria, y con él, las bases de la
concepción psicoanalítica.
• En esa misma época Janet, haciendo investigaciones sobre el
hipnotismo, llegó a valorar los recuerdos traumáticos inconscientes y
dijo: "Estos residuos mentales representan grupos de ideas, de
imágenes productoras de movimientos de una considerable
capacidad plástica, que quedan fuera del dominio de la personalidad
consciente, a causa del obstáculo que crean a la vida cotidiana."
• Charcot había vislumbrado ya el valor de estos recuerdos olvidados, y
en una conferencia que dictó sobre las neurosis en los accidentes
ferroviarios, insistió sobre el papel ulterior de las perturbaciones de la
memoria, que disminuía, y la imaginación fantástica que se
encargaba de llenar las lagunas que se producían.
• Berheim soluciona el problema de la histeria a su modo y cree que todos
los fenómenos histéricos son simples sucesos normales exagerados, por
"autosugestión". Dice que en algunos individuos esos fenómenos se
exageran porque "poseen un aparato histerógeno muy desarrollado y fácil
de conmover". Esta predisposición a los fenómenos histéricos constituye
la "diátesis histérica congénita". Bernheim va tan lejos en su
interpretación psicológica que llega hasta negar la existencia misma de la
histeria cuando dice: "Las grandes y pequeñas crisis de la histeria en sus
diversas y numerosas formas, son la simple exageración de fenómenos
normales de orden psico-fisiológico. Todos somos histéricos en cierta
medida. Yo diría que la histeria no existe por sí misma."
• Luego de las concepciones psicológicas puras aparece Babinsky
(18571932), agregando al mecanismo de naturaleza psíquica —que él
prefiere llamar sugestión otro orgánico y reflejo.
• Su primera definición de la histeria, formulada ante la Société de
Nemologie el día Io de noviembre de 1901, dice: "La histeria es un
estado psíquico que hace al sujeto que se halla sometido a él capaz de
autusugestionarse. Se manifiesta principalmente por trastornos
primitivos y accesoriamente por trastornos secundarios. La
característica de los trastornos primitivos es la posibilidad de
reproducirlos por sugestión con exactitud rigurosa en determinados
sujetos y hacerlos desaparecer exclusivamente por la persuasión."
Babinsky eligió esta característica de la histeria por considerarla la
más importante, creando un término nuevo, pithiatismo, que deriva
de dos raíces griegas que significan: persuasión y curable.
Estudios de la Histeria
Dr. Freud y Dr. Breuer

• Tuvo una estrecha amistad


con el médico vienés Josef
Breuer, catorce años mayor
que él, quien hubo de
prestarle ayuda, tanto moral
como material. Publicó en
1895, con Breuer, Estudios
sobre la histeria
• El sistema contenía en germen la terapéutica psicoanalítica y había
aclarado algunos puntos clave: la existencia de conflictos
ideoafectivos inconscientes como premisas y causas de una condición
neurótica; el traslado, en el síntoma, de energías psíquicas no
liberadas; y, finalmente, la posibilidad técnica de un retorno de la
afectividad atascada a sus vías normales de flujo. Se presentaban, no
obstante, dos problemas: primeramente, la necesidad de una técnica
menos insegura que el hipnotismo para la debilitación de las
inhibiciones y la evocación de los recuerdos; en segundo lugar, la
clarificación de la naturaleza de las emociones y energías
psicodinámicas en juego.
• A la primera cuestión respondió Freud con la sustitución de la
hipnosis por la técnica del relajamiento y de las "asociaciones libres",
en la que el paciente es invitado a hablar con absoluta libertad de
cuanto llega a su mente y a vincular una idea con otra sin un orden
establecido previamente; solucionó la segunda admitiendo en buena
parte la naturaleza sexual de las emociones relacionadas con las
situaciones olvidadas.
• Llegados a este punto (1896-97), Breuer y Freud acabaron por
separarse. Había nacido el psicoanálisis freudiano, entendido como
técnica de exploración del subconsciente, y también como
psicoterapia y como teoría psicológica general. Freud descubrió
sucesivamente que los contenidos alejados de la conciencia
("removidos") podían expresarse no sólo en los síntomas neuróticos,
sino asimismo en otros aspectos no meramente patológicos, y sobre
todo en los sueños (a cuya interpretación dedicó una obra
fundamental, La interpretación de los sueños, 1900) y en muchos
actos insignificantes de la existencia corriente (Psicopatología de la
vida cotidiana, 1904).
• Vemos otro video
(Caso Elizabeth von R.)
• Libro Curso Básico de Psicoanálisis. Capítulo I Historia de la histeria
páginas de 24 a 37.
Se recomienda:
• Revisar en el cendoc, ingresando al proquest:

• La noción de inconsciente en Freud: antecedentes históricos y


elaboraciones teóricas
• Gallegos, MiguelAuthor Information. Revista Latinoamericana de
Psicopatologia Fundamental15.4 (Dec 2012): 891-907.

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