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CROMO

Los mayores depósitos se encuentran en


Rusia, Sudáfrica, Zimbabue, Turquía,
Filipinas e India. Los principales
consumidores de cromitas son Estados
Unidos, Rusia, Alemania, Japón, Francia y
el Reino Unido.
CROMO
Compuestos de cromo
El cromo forma diversos compuestos en distintos estados
de oxidación. Los más importantes son los estados de
valencia II (cromosos), III (crómicos) y VI (cromatos).

EL ESTADO II ES BÁSICO, EL III ES ANFÓTERO Y EL VI ES ÁCIDO.

En las aplicaciones comerciales se utilizan principalmente


compuestos de cromo en estado VI y, en algunos casos,
en estado III. El estado cromoso (CrII) es inestable y se
oxida rápidamente al estado crómico (CrIII).
Esta inestabilidad limita el uso de los compuestos
cromosos.

Los compuestos crómicos son muy estables y forman


muchos otros compuestos con aplicaciones comerciales;
los principales son: el óxido crómico y el sulfato básico de
cromo.
EXPOSICION

La aplicación más importante del cromo puro es el


cromado de una gran variedad de equipos, como piezas
de automóvil y equipos eléctricos.

También es ampliamente utilizado en aleaciones con


hierro y níquel para formar acero inoxidable, y con
níquel, titanio, niobio, cobalto, cobre y otros metales
para formar aleaciones con fines específicos.

Sulfato crómico básico, que se emplea en el curtido del


cuero
Los cromatos de bases débiles poseen una
solubilidad limitada y tienen una coloración más
intensa que los óxidos, por lo que se utilizan como
pigmentos

Los compuestos que contienen CrVI se utilizan


en muchos:
procesos industriales, entre los que cabe
destacar: la fabricación de importantes
pigmentos inorgánicos como los cromatos de
plomo (también utilizados para preparar verdes
de cromo), los naranjas de molibdato, el cromato
de zinc y el verde de óxido crómico; la
conservación de la madera; la fabricación de
anticorrosivos; y la fabricación de vidrios y
esmaltes de color.
CROMO
RIESGOS

Los compuestos con cromo en estado de oxidación CrIII


son considerablemente menos peligrosos que los
compuestos de CrVI.

Los compuestos de CrIII no se absorben fácilmente en el


aparato digestivo y pueden combinarse con proteínas de
las capas superficiales de la piel, formando complejos
estables.

En ausencia de una sensibilización previa con compuestos


de CrVI, los compuestos de CrIII no producen ulceraciones
ni suelen producir dermatitis alérgicas.
CROMO
Los compuestos de cromo en estado de oxidación CrVI se
absorben rápidamente después de la ingestión o la
inhalación.

La captación a través de la piel intacta es menos


conocida.

Los efectos irritantes y corrosivos del CrVI se producen


inmediatamente después de la absorción a través de la
mucosa, que es muy rápida.

La exposición profesional a los compuestos de CrVI puede


producir irritación o corrosión cutáneo-mucosa,
reacciones cutáneas de tipo alérgico o ulceraciones de la
piel.
CROMO

Los efectos nocivos de los compuestos de cromo se


observan generalmente entre las personas que trabajan en
lugares donde está presente el CrVI, especialmente durante
su fabricación o utilización, y afectan principalmente a la
piel y al aparato respiratorio.

Los riesgos industriales típicos son: la inhalación de


polvo y humos procedentes de la fabricación del dicromato
a partir del mineral de cromita y de la fabricación de los
cromatos de plomo y zinc; la inhalación de nieblas de ácido
crómico durante el cromado o el revestimiento de
superficies metálicas; y el contacto cutáneo con
compuestos de CrVI durante su fabricación o uso.
La exposición a humos que contienen CrVI también
puede producirse durante la soldadura del acero
inoxidable.

Úlceras por cromo. Este tipo de lesiones era bastante


frecuente como resultado de la exposición profesional a
los compuestos de CrVI. Las úlceras se deben a la acción
corrosiva del CrVI, que penetra en la piel a través de
cortes y abrasiones.

La lesión comienza como una pápula indolora,


habitualmente localizada en las manos, antebrazos y
pies, que posteriormente se ulcera.

La úlcera puede penetrar profundamente en el tejido


blando y puede llegar a alcanzar el hueso subyacente.
La curación es lenta, a menos que se trate precozmente,
y deja una cicatriz atrófica, pero no existen informes de
cáncer de piel como consecuencia de estas úlceras.
CROMO
DERMATITIS.
Los compuestos de cr VI ocasionan tanto irritación
cutánea primaria como sensibilización. en la industria de
producción de cromatos, algunos trabajadores pueden
presentar irritación cutánea especialmente en el cuello y
las muñecas, poco después de comenzar a trabajar con
cromatos.

En la mayoría de los casos, la irritación desaparece


rápidamente y no recidiva. sin embargo, en ocasiones
puede ser necesario recomendar un cambio de ocupación.

Se han descrito numerosas fuentes de exposición al cr VI ,


como por ejemplo, el contacto con cemento, escayola,
cuero, material de la industria gráfica, el trabajo de
fabricación de cerillas, el curtido de pieles y varios tipos
de trabajo con metales, también se han descrito alergias
en las personas que trabajan en el lijado al agua de
carrocerías.
CROMO

Se ha demostrado que el CrVI penetra en la piel a través


de las glándulas sudoríparas. reduciéndose a CrIII en el
corion. Se ha demostrado que este CrIII reacciona con las
proteínas, formando complejos antígeno-anticuerpo. Esto
explica la localización de las lesiones alrededor de las
glándulas sudoríparas.
CROMO
EFECTOS RESPIRATORIOS AGUDOS
La inhalación de polvo o nieblas que contengan CrVI produce
irritación de las mucosas. A concentraciones elevadas, la
aparición de estornudos, rinorrea, lesiones del tabique nasal y
enrojecimiento de la garganta son efectos bien documentados.

También se ha descrito sensibilización, que ha dado origen a


crisis asmáticas típicas, que pueden repetirse en las siguientes
exposiciones.

Se ha observado asimismo tos, cefalea, disnea y dolor


retroesternal tras una exposición durante varios días a una
niebla de ácido crómico en concentraciones de
aproximadamente 20 a 30 mg/m3.

La aparición de broncoespasmo en una persona que trabajaba


con cromatos podría indicar una irritación pulmonar de origen
químico. El tratamiento es exclusivamente sintomático.
ULCERACIÓN DEL TABIQUE NASAL.

Hace algunos años, cuando los niveles de


exposición a los compuestos de CrVI
podía ser elevada, se observaban con
frecuencia ulceraciones del tabique nasal
en los trabajadores expuestos.

Este efecto nocivo era resultado del


depósito de partículas con CrVI o
pequeñas gotas de niebla en el tabique
nasal, que producían úlceras en la parte
cartilaginosa, seguidas en muchos casos
de la perforación en el lugar de la úlcera.
En estos casos, la costumbre de hurgarse
la nariz puede favorecer la perforación.
La mucosa que recubre la parte antero-inferior del
tabique, también denominada área de Kiesselbach o de
Little, es relativamente no vascularizada y está
fuertemente adherida al cartílago subyacente.
Se forman costras que contienen restos necróticos del
cartílago del tabique y en una o dos semanas, se perfora
éste.
La periferia permanece en un estado de ulceración activa
durante varios meses, en los que puede aumentar el
tamaño de la perforación. La curación se produce por la
formación de tejido de cicatrización vascular.
El sentido del olfato casi nunca se altera. Durante la fase
activa, los síntomas más molestos suelen ser la rinorrea y
la epistaxis.
Si se cura correctamente, no suele dejar síntomas
residuales y la perforación del tabique puede pasar
desapercibida en muchos casos.
EFECTOS EN OTROS ÓRGANOS.

Se ha descrito necrosis renal, que comienza con necrosis


tubular, sin afectar a los glomérulos.

También se ha descrito necrosis hepática difusa y la


desorganización de la arquitectura. A principios de siglo
hubo varios informes de ingestión de CrVI en humanos
con hemorragia gastrointestinal grave debida a la
ulceración de la mucosa intestinal.

En ocasiones, estas hemorragias derivaron en shock


cardiovascular como posible complicación. En los casos
en que los pacientes sobrevivieron, se observó necrosis
tubular en los riñones o necrosis hepática.
EFECTOS CANCERÍGENOS.

En un gran número de estudios realizados en Francia,


Alemania, Italia, Japón, Noruega, Estados Unidos y el
Reino Unido se ha descrito un aumento de la incidencia
de cáncer de pulmón entre los trabajadores empleados
en la fabricación y el uso de compuestos de CrVI.

Los cromatos de zinc y calcio parecen ser los más


cancerígenos y se cuentan entre los cancerígenos más
potentes en humanos.

También se ha descrito una mayor incidencia de cáncer


de pulmón en personas expuestas a cromatos de plomo y
a humos de trióxidos de cromo. La exposición intensa a
los compuestos de CrVI ha producido una incidencia muy
elevada de cáncer de pulmón en trabajadores expuestos
durante 15 años o más desde la primera exposición,
según los resultados obtenidos tanto en estudios de
cohortes como en informes de casos.
Así, está bien establecido que el aumento de la incidencia
de cáncer de pulmón en los trabajadores empleados en la
fabricación de cromatos de zinc y de mono y dicromatos
del mineral de cromita es un efecto a largo plazo de la
exposición profesional intensa a los compuestos de CrVI.

Algunos estudios de cohortes han determinado los niveles


de exposición de las cohortes expuestas. Un pequeño
número de estudios indica asimismo que la exposición a
los humos generados durante la soldadura de las
aleaciones de acero y cromo puede aumentar la
incidencia de cáncer de pulmón entre los soldadores.
MEDIDAS DE SALUD Y SEGURIDAD

Desde el punto de vista técnico, la prevención de la


exposición al cromo depende de un diseño adecuado de
los procesos, de la existencia de sistemas de extracción
adecuados y de la supresión de los polvos y nieblas que
contengan cromo.

Siempre que sea factible, deberán utilizarse métodos de


limpieza en húmedo. En otros lugares, la única alternativa
aceptable es el uso de aspiradores.
Las salpicaduras o derrames de líquidos o sólidos deben
eliminarse inmediatamente para evitar la dispersión de
polvo en el aire.

La concentración de polvo y humos que contengan cromo


en el ambiente de trabajo se debe medir a intervalos
regulares mediante toma de muestras de las distintas
áreas y con controles individuales.

Si se detectan concentraciones inaceptables con alguno


de estos métodos, se deberán identificar y controlar las
fuentes de polvo y humo.

Los trabajadores deberán utilizar máscaras de polvo,


preferiblemente con una eficacia superior al 99 % para
retener partículas de 0,5 μm , en todos aquellos casos en
los que existan concentraciones que superen los niveles
recomendados y se deberán suministrar equipos de
protección respiratoria alimentados con aire para realizar
tareas que se consideren peligrosas.
Deberá asegurarse de que los depósitos de polvo y otros
contaminantes de superficie se eliminen por lavado o por
succión antes de comenzar cualquier trabajo de este tipo.
Lavarse diariamente para evitar la contaminación de la piel.
Se recomienda el uso de protección para las manos y ojos,
y la inspección, reparación y sustitución de los equipos de
protección individual (EPI) deben estar garantizados.
La vigilancia médica de las personas empleadas en
procesos en los que existan compuestos de CrVI debe
comprender la información sobre las propiedades tóxicas y
cancerígenas de los compuestos de CrVI y CrIII y las
diferencias entre ambos grupos de compuestos.
Al inicio de la actividad laboral y a intervalos regulares a lo
largo de la misma deberá informarse sobre los riesgos de la
exposición y el riesgo consiguiente de varias enfermedades,
como el cáncer de pulmón, haciendo especial hincapié
en la necesidad de observar un alto grado de higiene
personal.
TODOS LOS EFECTOS NOCIVOS DE LA EXPOSICIÓN AL
CROMO SE PUEDEN EVITAR.

Las úlceras cutáneas por cromo se pueden prevenir


eliminando las fuentes de contacto y las lesiones cutáneas.
Los cortes y abrasiones cutáneos, aunque sean pequeños,
deben limpiarse de inmediato y tratarse con un ungüento
de EDTA sódico al 10 %. Esto, junto con el empleo de ropa
impermeable renovada con frecuencia, asegurará la
curación rápida de cualquier úlcera que pudiera
desarrollarse.
Aunque el EDTA no forma quelatos con los compuestos de
CrVI a temperatura ambiente, reduce rápidamente el CrVI a
CrIII y el exceso de EDTA forma un quelato con el CrIII. De
esta forma, se evita tanto la acción irritante y corrosiva
directa de los compuestos de CrVI como la formación de
complejos proteína/CrIII.

Tras la ingestión accidental de compuestos de CrVI, la


ingestión inmediata de ácido ascórbico también puede
reducir rápidamente el CrVI.
El lavado cuidadoso de la piel tras el contacto, y el cuidado
de evitar la fricción y la sudoración son importantes para la
prevención y el control de la irritación primaria por
cromatos.

Hace unos años, se aplicaba un ungüento de EDTA


(peróxido de carbamida al 10 %) regularmente en el
tabique nasal antes de la exposición. Este tratamiento
preventivo podía ayudar a mantener el tabique intacto. La
aplicación regular de este ungüento cuando aparecen las
molestias nasales y la ulceración precoz también puede
contribuir a la curación sin que se produzca la perforación.

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