David Lázaro, Daniel Balderas Javier Miz e Itsel Vázquez
Las Santas Escrituras Las Santas Escrituras
• Constituyen la Palabra de Dios escrita, transmitida por
inspiración divina mediante santos hombres de Dios que hablaron y escribieron impulsados por el Espíritu Santo. Por medio de esta Palabra, Dios comunica a los seres humanos el conocimiento necesario para alcanzar la salvación. • Y son la infalible revelación de la voluntad divina. Son la norma del carácter, el criterio para evaluar la experiencia, la revelación autorizada de las doctrinas, y un registro fidedigno de los actos de Dios realizados en el curso de la historia. • Revelación general: La vislumbre del carácter de Dios que proveen la historia, la conducta humana, la conciencia y la La revelación divina naturaleza (Sal. 19:1). • Revelación especial: En su amor nos dio una revelación especial de sí mismo para ayudarnos a obtener respuestas a estas preguntas (Heb. 1:1,2). El enfoque de las Escrituras • La Biblia revela a Dios y expone la humanidad. Expone nuestra dificultad y revela su solución. Nos presenta como perdidos, alejados de Dios, y revela a Jesús como el que nos encuentra y nos trae de vuelta a Dios. • Jesucristo es el foco de la Escritura. El Antiguo Testamento presenta al Hijo de Dios como el Mesías, el Redentor del mundo; el Nuevo Testamento lo revela como Jesucristo, el Salvador. La Trinidad La Trinidad
Hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu
Santo, una unidad de tres personas coeternas. Dios es inmortal, todopoderoso, omnisapiente, superior a todos y omnipresente. Es infinito y escapa a la comprensión humana, aunque se lo puede conocer por medio de su autorrevelación. Es digno para siempre de reverencia, adoración y servicio por parte de toda la creación. La unidad de Dios.
En contraste con los paganos de las naciones
circundantes, Israel creía en la existencia de un La dinámica de solo Dios (Deut. 4:35; 6:4; Isa. 45:5; Zac. 14:9).
la Deidad El Nuevo Testamento coloca el mismo énfasis en
la unidad de Dios (Mar. 12:29-32; Juan 17:3; 1 Cor. 8:4-6; Efe. 4:4-6; 1 Tim. 2:5). Este énfasis monoteísta no contra dice el concepto cristiano de la Trinidad, más bien, afirma que no existe un panteón de diversas divinidades. La dinámica de la Deidad La pluralidad dentro de la Deidad
Si bien el Antiguo Testamento no enseña
explícitamente que Dios es triuno, no es menos cierto que se refiere a una pluralidad dentro de la Deidad. En ciertas ocasiones Dios emplea plurales, tales como: “Hagamos al hombre a nuestra imagen” (Gén. 1:26); “He aquí el hombre es como uno de nosotros” (Gén. 3:22); “Ahora, pues, descendamos” (Gén. 11:7).