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Para morada de Dios en el Espíritu Efe 2:19-22

Para ofrecer sacrificios espirituales aceptables


a Dios 1Ped 2:4-5
A la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo
de Dios – Perfectos en unidad Efe 4:11-14
Cumplir la Gran Comisión Mr. Mt. Luc. Jn.
la creación es el aguardar la manifestación de
los hijos de Dios. Efe1:22-23; Rom 8:19, 21-22
1Pero también digo: Entre tanto que el heredero es
niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor
de todo; 2sino que está bajo tutores y curadores
hasta el tiempo señalado por el padre.

MOISES – JOSUE
ELI - SAMUEL
ELIAS – ELISEO
JOAIDA – JOSIAS
PABLO – TIMOTEO
11YElcana se volvió a su casa en Ramá; y el niño
ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí.
18Y el joven Samuel ministraba en la presencia
de Jehová, vestido de un efod de lino.
26Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto
delante de Dios y delante de los hombres.
1El joven Samuel ministraba a Jehová en
presencia de Elí;
7Y Samuel no había conocido aún a Jehová,

ni la palabra de Jehová le había sido


revelada.
19Y Samuel creció, y Jehová estaba con él,

y no dejó caer a tierra ninguna de sus


palabras.
8Entonces dijeron los hijos de Israel a
Samuel: No ceses de clamar por nosotros a
Jehová nuestro Dios, para que nos guarde
de la mano de los filisteos. 9Y Samuel tomó
un cordero de leche y lo sacrificó entero en
holocausto a Jehová; y clamó Samuel a
Jehová por Israel, y Jehová le oyó.
18Nadie os prive de vuestro premio,
afectando humildad y culto a los ángeles,
entremetiéndose en lo que no ha visto,
vanamente hinchado por su propia mente
carnal, 19y no asiéndose de la Cabeza, en
virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y
uniéndose por las coyunturas y ligamentos,
crece con el crecimiento que da Dios.
RECIEN NACIDO

MADUREZ NIÑEZ

JUVENTUD
80Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y
estuvo en lugares desiertos hasta el día de su
manifestación a Israel.

40Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de


sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.

52Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en


gracia para con Dios y los hombres.
12Porque debiendo ser ya maestros, después de
tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva
a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de
las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales
que tenéis necesidad de leche, y no de alimento
sólido. 13Y todo aquel que participa de la leche es
inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;
14pero el alimento sólido es para los que han

alcanzado madurez, para los que por el uso tienen


los sentidos ejercitados en el discernimiento del
bien y del mal.
A. F. D. I. R. J.
O. E. D. D. D. E.
M. D. B. M. M.
LA ROCA = CRISTO
1De manera que yo, hermanos, no pude hablaros
como a espirituales, sino como a carnales, como a
niños en Cristo. 2Os di a beber leche, y no vianda;
porque aún no erais capaces, ni sois capaces
todavía, 3porque aún sois carnales; pues habiendo
entre vosotros celos, contiendas y disensiones,
¿no sois carnales, y andáis como hombres?
4Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de

Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois


carnales?
5¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos?
Servidores por medio de los cuales habéis
creído; y eso según lo que a cada uno
concedió el Señor. 6Yo planté, Apolos regó;
pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7Así que ni
el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios,
que da el crecimiento. 8Y el que planta y el que
riega son una misma cosa; aunque cada uno
recibirá su recompensa conforme a su labor.
12Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y
amados, de entrañable misericordia, de benignidad,
de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
13soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos

a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la


manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo
vosotros. 14Y sobre todas estas cosas vestíos de
amor, que es el vínculo perfecto. 15Y la paz de Dios
gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo
fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed
agradecidos.
16La palabra de Cristo more en abundancia en
vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a
otros en toda sabiduría, cantando con gracia
en vuestros corazones al Señor con salmos e
himnos y cánticos espirituales. 17Y todo lo que
hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo
todo en el nombre del Señor Jesús, dando
gracias a Dios Padre por medio de él.
11Esto manda y enseña. 12Ninguno tenga en
poco tu juventud, sino sé ejemplo de los
creyentes en palabra, conducta, amor,
espíritu, fe y pureza. 13Entre tanto que voy,
ocúpate en la lectura, la exhortación y la
enseñanza.
5Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los
ancianos; y todos, sumisos unos a otros,
revestíos de humildad; porque: Dios resiste a
los soberbios, Y da gracia a los humildes.
6Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de

Dios, para que él os exalte cuando fuere


tiempo; 7echando toda vuestra ansiedad sobre
él, porque él tiene cuidado de vosotros. 8Sed
sobrios, y velad; porque vuestro adversario el
diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar;
16Ten cuidado de ti mismo y de la
doctrina; persiste en ello, pues
haciendo esto, te salvarás a ti mismo y
a los que te oyeren.
14No escribo esto para avergonzaros, sino para
amonestaros como a hijos míos amados. 15Porque
aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis
muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré
por medio del evangelio. 16Por tanto, os ruego que me
imitéis. 17Por esto mismo os he enviado a Timoteo,
que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os
recordará mi proceder en Cristo, de la manera que
enseño en todas partes y en todas las iglesias.
8Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en
Cristo para mandarte lo que conviene, 9más
bien te ruego por amor, siendo como soy,
Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero
de Jesucristo; 10te ruego por mi hijo Onésimo,
a quien engendré en mis prisiones, 11el cual en
otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí
nos es útil, 12el cual vuelvo a enviarte; tú, pues,
recíbele como a mí mismo.
1Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad
de Dios, según la promesa de la vida que es
en Cristo Jesús, 2a Timoteo, amado hijo:
Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de
Jesucristo nuestro Señor. 3Doy gracias a Dios,
al cual sirvo desde mis mayores con limpia
conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti
en mis oraciones noche y día; 4deseando
verte, al acordarme de tus lágrimas, para
llenarme de gozo;
19Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a
Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo
al saber de vuestro estado; 20pues a ninguno tengo
del mismo ánimo, y que tan sinceramente se
interese por vosotros. 21Porque todos buscan lo
suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. 22Pero
ya conocéis los méritos de él, que como hijo a
padre ha servido conmigo en el evangelio. 23Así
que a éste espero enviaros, luego que yo vea
cómo van mis asuntos; 24y confío en el Señor que
yo también iré pronto a vosotros.
3Porque nuestra exhortación no procedió de error ni
de impureza, ni fue por engaño, 4sino que según
fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase
el evangelio, así hablamos; no como para agradar a
los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros
corazones. 5Porque nunca usamos de palabras
lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios
es testigo; 6ni buscamos gloria de los hombres; ni de
vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga
como apóstoles de Cristo. 7Antes fuimos tiernos entre
vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a
sus propios hijos.
8Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que
hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de
Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis
llegado a sernos muy queridos. 9Porque os acordáis,
hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando
de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de
vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. 10Vosotros
sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e
irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los
creyentes; 11así como también sabéis de qué modo, como
el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a
cada uno de vosotros, 12y os encargábamos que
anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su
reino y gloria.
15Por esta causa también yo, habiendo oído de
vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para
con todos los santos, 16no ceso de dar gracias por
vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis
oraciones, 17para que el Dios de nuestro Señor
Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
18alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para

que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha


llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su
herencia en los santos, 19y cuál la supereminente
grandeza de su poder para con nosotros los que
creemos, según la operación del poder de su fuerza,
14He aquí, por tercera vez estoy preparado
para ir a vosotros; y no os seré gravoso,
porque no busco lo vuestro, sino a vosotros,
pues no deben atesorar los hijos para los
padres, sino los padres para los hijos. 15Y yo
con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo
mismo me gastaré del todo por amor de
vuestras almas, aunque amándoos más, sea
amado menos.
16Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos
salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu
de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus
amos, adivinando. 17Esta, siguiendo a Pablo y a
nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son
siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el
camino de salvación. 18Y esto lo hacía por muchos
días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y
dijo al espíritu: Te mando en el nombre de
Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella
misma hora.
13Porque éstos son falsos apóstoles, obreros
fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles
de Cristo. 14Y no es maravilla, porque el mismo
Satanás se disfraza como ángel de luz. 15Así
que, no es extraño si también sus ministros se
disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin
será conforme a sus obras.
18Puesto que muchos se glorían según la
carne, también yo me gloriaré; 19porque de
buena gana toleráis a los necios, siendo
vosotros cuerdos. 20Pues toleráis si alguno os
esclaviza, si alguno os devora, si alguno toma
lo vuestro, si alguno se enaltece, si alguno os
da de bofetadas.
12Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros
pecados os han sido perdonados por su nombre.
13Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis

al que es desde el principio. Os escribo a vosotros,


jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os
escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido
al Padre. 14Os he escrito a vosotros, padres,
porque habéis conocido al que es desde el
principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque
sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en
vosotros, y habéis vencido al maligno.
Hijitos:
• Vuestros pecados os han sido
perdonados.
• Habéis conocido al Padre.
Jóvenes:
• Habéis vencido al maligno.
• Sois fuertes, y la palabra de Dios
permanece en vosotros, y habéis
vencido al maligno.
Padres:
• Conocéis al que es desde el principio.
• Habéis conocido al que es desde el
principio.
15No améis al mundo, ni las cosas que están en el
mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del
Padre no está en él. 16Porque todo lo que hay en el
mundo, los deseos de la carne, los deseos de los
ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del
Padre, sino del mundo. 17Y el mundo pasa, y sus
deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre.
Los deseos de la carne

Los deseos de los ojos

La vanagloria de la vida
15sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la
cabeza, esto es, Cristo, 16de quien todo el
cuerpo, bien concertado y unido entre sí
por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la actividad propia
de cada miembro, recibe su crecimiento
para ir edificándose en amor.

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