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(en hebreo Zephanja, que es "el Señor oculta", "el Señor

protege")
¿CUÁNDO FUE ESCRITO? 640 a 610 a.C.

Sofonías vivió en el tiempo de Jeremías, Habacuc y Nahum. Así


como esos profetas, él habla en contra de los pecados del pueblo.
Él profetiza el juicio sobre Judá y las naciones vecinas así como
también las bendiciones sobre la Jerusalén restaurada.
Sofonías profetizó en los días de Josías (1:1). Era tataranieto de
Ezequías (1:1), y por lo tanto de sangre real y pariente de Josías.
Este, en 639-608 a.C. y después del reinado largo y malo de
Manasés, hizo grandes reformas (2 Crónicas 34) en las cuales
Sofonías tuvo parte prominente. Así pues, esta profecía se dio muy
pocos años antes de sellarse la suerte de Judá.
Probablemente, a Sofonías le tocó jugar un importante papel
en el proceso del rearme moral y espiritual de Judá; pero
dado que su proclama encaja más bien en una época de
depravación y en una sociedad dominada por el paganismo,
y además, dado que no contiene la menor alusión a las
reformas de Josías, es fácil suponer que la actividad del
profeta corresponde a un tiempo algo anterior a la puesta en
marcha de la obra realizada por el rey, quizás a los años 630
a 625 a.C.
Noveno de los Profetas Menores 12 del Antiguo Testamento de la
Biblia, el Libro de Sofonías toma su nombre del profeta Sofonías,
cuyo ministerio pone su autoría en c. 630 antes de Cristo en
Jerusalén. El libro consta de dichos ataques imitaciones de
extranjeros prácticas religiosas, la idolatría, y los que dudan de la
amenaza de la ira del Señor. El día del Señor es, pues, un
concepto clave, con la posibilidad de liberación si el pueblo se
arrepiente. La sentencia en el día del Señor dejará un remanente
humildes que buscan su refugio en el Señor. Los oráculos contra
las naciones extranjeras (capítulos 2-3) se cree que contienen
algunos dichos del profeta verdadero, pero otros dichos en estos
capítulos, probablemente datan de la época posterior al exilio.
El libro de Sofonías consta de tres partes en el texto
masoreta hebreo y de cuatro capítulos en las
versiones cristianas. La Nueva Versión Internacional
proporciona los siguientes títulos a las diferentes
partes del libro.
•1:1 Sofonías
•1:2-3 Advertencia sobre la destrucción venidera
•1:4-13 Juicio contra Judá
•1:14-18 El gran día del Señor
•2:1-3 Sofonias 2
•2:3-7 Juicio contra los Filisteos
•2:8-11 Juicio contra Moab y Amón
•2:12 Juicio contra Cus
•2:13-15 Juicio contra Siria
3:1-8 Sentencia de Jerusalén
3:9-13 Efectos de la Sentencia
3:14-20 Restauración de Israel
El mensaje profético de Sofonías (=Sf) comienza con el anuncio de un
desastre de dimensiones universales. Jehová afirma que, a causa de
los pecados de Judá, va a destruir «todas las cosas de sobre la faz de
la tierra», lo mismo a seres humanos que a bestias. Solo se salvarán
—«quizá»— los «humildes de la tierra» y los que de veras buscan
actuar con justicia (1.2–2.3). En una segunda sección (2.4–3.8), el
oráculo del profeta se proyecta más directamente sobre los enemigos
de Judá. El juicio de Dios alcanzará a las naciones paganas, desde
los filisteos habitantes de las costas mediterráneas hasta los asirios
de la Mesopotamia. En tercer lugar (3.9–20), la voz de Sofonías
proclama un mensaje de esperanza dirigido al pequeño resto, al
«resto de Israel» (v. 13), al «pueblo humilde y pobre» (v.12) que habrá
sobrevivido a la catástrofe. A este le anuncia el profeta «pureza de
labios» para invocar el nombre de Jehová (v. 9), y liberación definitiva
de toda cautividad (v. 19).
El tema central del mensaje de Sofonías es el anunciado «día
grande de Jehová» (1.7, 10,14), tema que ya había despertado
el interés de otros profetas (cf. Am 5.18–20). Sofonías lo
describe con sombrías pinceladas: «Día de ira aquel día, día
de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día
de tiniebla» (1.15). En él habrá clamor, castigo y saqueo, y en
él gritarán los valientes (1.8–13). Pero también ese día terrible
pondrá fin al dominio de la maldad sobre la tierra y a la
indiferencia de quienes piensan que Dios permanece ajeno al
drama de la existencia humana (1.12).
Hay una gran diferencia entre el día del Señor y el día que se le
dedica al Señor. El domingo es el día del Señor, el día de la
resurrección, pero el día del Señor es algo diferente y no debemos
nunca confundir estos términos. El día del Señor era el día en el que
el Señor resucitó de los muertos y por eso es por lo que celebramos
el domingo.
Pero el día del Señor es el día en que se manifestará la mano de Dios
directamente en los asuntos de los hombres. Fíjese en el proverbio
personal en todo el pasaje: "yo acabaré por completo con todo.
Acabaré con los hombres y con los animales. "Eliminaré a la
humanidad. Dios está obrando por medio de los acontecimientos de
la historia, por medio de las naciones, de los ejércitos y de las
diversas calamidades que acontecen. Su mano está oculta, envuelto
en el guante de la historia, pero todos los escritores de la Biblia
concuerdan en que vendrá ese día en el que Dios intervendrá
directamente de nuevo en los asuntos de los hombres.

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