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TEMAS DE DERECHO

PROCESAL PENAL II

DR. JIMMY M. QUISPE DE LOS SANTOS


LAS GARANTÍAS DE LA
ADMINISTRACIÓN DE
JUSTICIA PENAL
PERUANA
UNIDAD Y EXCLUSIVIDAD DE LA
FUNCIÓN JURISDICCIONAL
Artículo 139 CONSTITUCIÓN POLÍTICA
Son principios y derechos de la función
jurisdiccional: 1. La unidad y exclusividad
de la función jurisdiccional.
No existe ni puede establecerse jurisdicción
alguna independiente, con excepción de la
militar y la arbitral.
No hay proceso judicial por comisión o
delegación.
El vocablo jurisdiccional deriva de
jurisdicción, que tiene como raíz
etimológica la locución latina iurisdidio
que, a su vez, deriva de ius, derecho, y
dicere, decir, declarar.
Con este antecedente etimológico, el
sentido de la función jurisdiccional en
el texto de la Constitución no puede ser
otro que el de decir o declarar el
derecho al administrarse justicia.
A la jurisdicción se le atribuyen varios
significados, pero nosotros la estamos
tomando en el sentido que puede deducirse
de los antecedentes expuestos. De estos
diversos significados, el más compatible
con el concepto que venimos desarrollando
es el que conduce a entenderlo como
competencia, pero competencia de los
órganos jurisdiccionales por la
territorialidad, por su especialidad, por las
materias y en razón de su grado y jerarquía.
El Inc. 1 del artículo 139 de la
CONSTITUCIÓN POLÍTICA, plantea
como premisa fundamental, la unidad y
exclusividad de la función jurisdiccional, la
que debe entenderse referida a la que
ejerce el Poder Judicial, con las
excepciones que la misma norma establece
y referidas a la jurisdicción militar y a la
arbitral, a la que deben agregarse la
electoral y la constitucional.
La unidad y exclusividad de la jurisdicción se
entiende, entonces, como la estructura orgánica y
jerarquizada del Poder Judicial, en cuyo vértice se
ubica la Corte Suprema de Justicia con
competencia sobre todo el territorio de la
República, las Cortes Superiores de Justicia en el
ámbito territorial de los respectivos Distritos
Judiciales, los Juzgados de Primera Instancia,
cualquiera que sea su competencia por razón de la
materia, en las capitales de las provincias, y los
Juzgados de Paz Letrados con competencia en los
distritos municipales.
DEBER DE MOTIVACIÓN ESCRITA DE
LAS RESOLUCIONES JUDICIALES
Artículo 139 CONSTITUCIÓN POLÍTICA
Son principios y derechos de la función
jurisdiccional:
5. La Motivación escrita de las resoluciones
judiciales en todas las instancias, excepto
los decretos de mero trámite, con mención
expresa de la ley aplicable y de los
fundamentos de hecho en que se sustentan.
FUNCIONES DE LA MOTIVACIÓN
La motivación escrita (que es lo que exige la
Constitución) de las resoluciones judiciales puede
cumplir, dependiendo del ángulo en que se mire,
hasta tres funciones:
1) Desde el punto de vista del juez: una función
preventiva de los errores, en cuanto debiendo aquél
dar cuenta por escrito de las razones por las que ha
llegado a su fallo, al momento de "redactar" su
resolución podría bien darse cuenta de aquellos
errores que podría haber cometido en su "operación
intelectiva" previa y "autoenmendarse".
2) Desde el punto de vista de las
partes: una función endoprocesal o de
garantía de defensa en cuanto les
permite conocer la ratio decidendi de
la resolución y, como tal, detectar esos
errores que se mantendrían ocultos si
no se explicitaran por escrito, a los
efectos de poder utilizar las
impugnaciones enderezadas a reparar
tales errores.
3) Desde el punto de vista de la colectividad:
una función extra procesal o democrática de
garantía de publicidad (y como tal de exclusión o
de detección de la arbitrariedad) en el ejercicio del
poder por parte del juez.
Como fuere, lo cierto es que la motivación es
unánimemente concebida como una garantía, es
más, se ha dicho que es una "garantía de cierre
del sistema" en cuanto ella "puede ser
considerada como el principal parámetro tanto de
la legitimación interna como de la externa o
democrática de la función judicial"
Pero, sin duda, una de las disposiciones más implicantes con el deber
constitucional de motivación está contenida en el Art. 12 de la LOPJ de
1992, una ley que (no se puede dejar de decirlo) debía ser de estricto
desarrollo de la Constitución de 1979.
En efecto, mientras la Constitución (la de 1979 y la vigente) exige que la
motivación (tanto en derecho como en cuanto a los hechos) esté
contenida en las resoluciones de "todas las instancias", el Art. 12 LOPJ
parece limitar tal exigencia solo a la resolución "de primera instancia",
pues en cuanto a la resolución de "segunda", se autoriza a que
simplemente "reproduzca" ("en todo o en parte") la que aparece en la de
primer grado. Con ello, nuestra LOPJ, más que desarrollar (como debía)
la Constitución, quiso legitimar una vieja praxis de nuestros tribunales
"de alzada" de motivar sin motivar, es decir recurriendo a una
(cuestionable) motivación per relationem, que se sustancia en consabida
fórmula "por los fundamentos de la recurrida" (o, peor aún, "por los
fundamentos pertinentes de la recurrida", con lo cual no se sabe qué se
"reproduce" y qué no), en abierta contravención del dictado
constitucional
PRINCIPIO DE NO SER PRIVADO DEL
DERECHO DE DEFENSA
Artículo 139 CONSTITUCIÓN POLÍTICA
Son principios y derechos de la función
jurisdiccional:
14. El principio de no ser privado del derecho de
defensa en ningún estado del proceso. Toda
persona será informada inmediatamente y por
escrito de la causa o las razones de su detención.
Tiene derecho a comunicarse personalmente con un
defensor de su elección y a ser asesorada por éste
desde que es citada o detenida por cualquier
autoridad.
1. Antecedentes:

La Constitución de 1979 reconocía


el derecho de defensa como un
principio de la administración de
justicia, de lo cual podía interpretarse
que este derecho solo era exigible en
los procesos judiciales y no en otros
ámbitos:
PROTECCIÓN JUDICIAL DEL
DERECHO DE DEFENSA

La protección judicial consiste, de acuerdo a


las normas internacionales, en el derecho que
tiene toda persona a contar una recurso
adecuado y eficaz ante la amenaza o
vulneración de sus derechos fundamentales.
En el Título V de nuestra Constitución se ha
establecido los procesos constitucionales para
la tutela de los derechos fundamentales.

De acuerdo al artículo 200 inciso 2 de la
Constitución el proceso de amparo está
previsto para la tutela de los demás derechos
fundamentales que no se encuentran
protegidos por el hábeas corpus. En ese
sentido, el derecho defensa sería protegido
por el proceso de amparo. Sin embargo, si
este derecho se constituye en una garantía
para la libertad personal, en un caso
determinado, sí cabe su tutela por un hábeas
corpus.
DERECHO DE DEFENSA EN LA
JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL
El Tribunal Constitucional ha desarrollado en su
jurisprudencia el contenido y alcances del derecho de
defensa.
Contenido del derecho
El Tribunal ha señalado que el contenido
constitucionalmente protegido del derecho de defensa
garantiza que toda persona sometida a detención, policial o
judicial, deba ser informada irrestrictamente de las razones
que lo promueven, y que, desde su inicio, hasta su
culminación, pueda ser asistida por un defensor libremente
elegido.
EL DERECHO DE DEFENSA EN LA
ETAPA DE INVESTIGACIÓN POLICIAL:
• El Tribunal ha señalado que si bien una interpretación literal de
la primera parte del inciso 14) del artículo 139 de la
Constitución parecería circunscribir el reconocimiento del
derecho de defensa al ámbito del proceso, "una interpretación
sistemática de la última parte del mismo precepto
constitucional permite concluir que ese derecho a no ser
privado de la defensa debe entenderse, por lo que hace al
ámbito penal, como comprensivo de la etapa de investigación
policial, desde su inicio; de manera que el derecho a ser
asesorado por un defensor, libremente elegido, no admite que,
por ley o norma con valor de ley, este ámbito pueda reducirse
y, en ese sentido, disponerse que el derecho a ser asistido por
un profesional del derecho no alcance el momento previo a la
toma de la manifestación
El derecho de defensa en los
procedimientos administrativos y en
instituciones privadas:

Para el Tribunal, cuando se alega la vulneración


del derecho de defensa en sede administrativa,
"corresponde efectuar la verificación de que el
administrado haya hecho un ejercicio formal de
su derecho de defensa (de ofrecer y actuar
medios de prueba, o inclusive de promover la
pluralidad de instancias administrativas).
PROHIBICIÓN DE IMPONER
PRISIÓN POR DEUDAS
Art. 2° de la CONSTITUCIÓN POLÍTICA
Toda persona tiene derecho:

24. A la libertad y a la seguridad personales. En


consecuencia:
e) No hay prisión por deudas. Este principio no
limita el mandato judicial por incumplimiento
de deberes alimentarias.
El legislador constitucional plantea una
excepción a la regla: "Este principio no
limita el mandato judicial por
incumplimiento de deberes
alimentarios".
Una de las objeciones más comunes a la
tipificación de la omisión de asistencia
familiar o, llamado también, abandono
de familia, es su consideración como una
mera criminalización de deudas.
El merecimiento y necesidad de
protección penal en este ámbito, pues,
parece justificarse plenamente a partir de la
declaración contenida en el artículo sexto
constitucional: "(...) Es deber y derecho de
los padres alimentar, educar y dar
seguridad a sus hijos...", y que parece
estructurar un "programa penal", que en
nuestro texto básico contiene un mandato
de tutela del aspecto asistencial en la
familia.
Es inexacto considerar que el actual delito de omisión
de asistencia familiar (artículo 149 del Código Penal)
sea la excepción a que se refiere el legislador en el
artículo 2.24, literal c), de la Constitución Política. En
este sentido, conviene recordar las ideas expuestas por
el catedrático español Juan José González Rus y
puestas de manifiesto también por Carbonell Mateu &
González Cussac, en el sentido de que resulta errada la
consideración del delito de impago de prestaciones
económicas como mera criminalización de deudas. Es
que lo que castiga -en nuestro caso- el artículo 149 del
Código Penal no es el incumplimiento de obligaciones
entre particulares, sino el incumplimiento de
resoluciones judiciales.

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