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1)Deficiencias persistentes en la
comunicación y en la interacción social.
Muchos niños con autismo experimentan una gran fascinación por los
números, a pesar que a menudo son incapaces de comprender la lógica de
los cálculos. Aún así, les encanta alinear o jugar siempre con la misma
cantidad de objetos. Puedes aprovechar ese interés a tu favor para
estimular sus habilidades numéricas.
Busca diferentes tipos de objetos y ten a mano algunas cajas donde puedas
guardarlos. Por ejemplo, puedes encontrar algunos lápices, botones, pelotas
o incluso calcetines y varias cajas acorde a estos tamaños. Cuando tengas
todo, siéntate a jugar con el niño y pídele que ponga en cada caja un
número determinado de objetos dependiendo de su forma, color o clase.
También puedes aprovechar la hora de la cena o la merienda para contar
cuántas galletas ha comido o cuántos cereales le añade a la leche. Y
mientras le bañas, puedes cantarle canciones relacionadas con los números.
Haz que te escuche y comprenda
Uno de los mayores problemas de un niño con autismo es su dificultad para comunicarse con los demás.
De hecho, la mayoría suelen hacer caso omiso de las conversaciones, las instrucciones o las preguntas,
ya sea porque no comprenden o porque no les interesa. Sin embargo, esta es una de las esferas que
más atención demanda ya que de ella dependerá, en gran medida, el grado de autonomía e
independencia que se alcance en la edad adulta.
El primer paso consiste en llamar la atención del niño antes de hablar. ya sea tocándole el hombro o
llamándolo por su nombre. El objetivo es que el niño se acostumbre a prestar atención cada vez que se
le habla, así aumentan las probabilidades de que pueda comprender al menos una parte del mensaje.
También es importante hablar claro, despacio y haciendo pausas. Por ejemplo, en vez de decirle:
“Toma la cuchara y comete la sopa”; puedes decir: “Toma la cuchara” y cuando lo haya hecho: “Come
la sopa”.
El segundo paso es repetir las frases varias veces, hasta que te cerciores de que el niño las ha
comprendido. Es conveniente que seas redundante o que parafrasees, así aumentan las probabilidades
de que el pequeño te entienda. Otro truco consiste en hablarle de temas que despierten su interés,
como lo que está haciendo en ese momento o lo que va a hacer dentro de un rato. De esta manera se
sentirá más motivado a escuchar lo que dices y poco a poco se irá adaptando a mantener una
conversación.
El segundo paso es repetir las frases varias veces, hasta que te cerciores de que el niño las ha
comprendido. Es conveniente que seas redundante o que parafrasees, así aumentan las
probabilidades de que el pequeño te entienda. Otro truco consiste en hablarle de temas que
despierten su interés, como lo que está haciendo en ese momento o lo que va a hacer dentro de un
rato. De esta manera se sentirá más motivado a escuchar lo que dices y poco a poco se irá
adaptando a mantener una conversación.