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NIÑOS
DEFINICIÓN
La parálisis cerebral es un
síndrome que puede ser
debido a diferentes etiologías,
un grupo de alteraciones no
progresivas del movimiento y
la postura que limitan la
actividad, debida a una
lesión del cerebro.
¿CÓMO AFECTA LA PARÁLISIS CEREBRAL
AL DESARROLLO?
Factores maternos
Infección intrauterina, Traumatismo, sustancias tóxicas.
Alteraciones de la placenta
Trombosis en el lado materno, trombosis en el lado fetal,
Cambios vasculares crónicos, Infección.
FACTORES FETALES:
Gestación múltiple.
Retraso crecimiento intrauterino
Polihidramnios, malformaciones.
FACTORES PERINATALES:
FACTORES POSTNATALES
En función de la severidad con la que se manifiesta la parálisis cerebral, podemos dividirla en:
Parálisis cerebral leve: Se produce cuando la persona no está limitado en las actividades de
la vida diaria, aunque presenta alguna alteración física.
Parálisis cerebral moderada: En este caso el individuo tiene dificultades para realizar las
actividades diarias y necesita medios de asistencia o apoyos.
Parálisis cerebral grave: La persona requiere de apoyos para prácticamente todas las
actividades de la vida diaria.
DIAGNÓSTICO
La parálisis cerebral se puede diagnosticar muy pronto en los lactantes que se sabe que
tienen un riesgo elevado de sufrir esta afección por haber nacido de forma prematura o
por padecer otros problemas de salud.
En un bebé nacido a término que no presente factores de riesgo para desarrollar una
parálisis cerebral, puede ser difícil diagnosticar este trastorno durante el primer año de
vida. A menudo los pediatras no lo hacen hasta después de detectar retrasos
importantes en los hitos evolutivos normales (como coger juguetes a los 4 meses o
sentarse a los 7 meses), que pueden ser indicativos de una parálisis cerebral.
DE AUSENCIA ATÓNICAS
Estas convulsiones se caracterizan por Se produce una pérdida súbita
un breve estado de conciencia del tono muscular, el niño puede
alterada y episodios con la mirada caerse si está de pie o de repente
fija, por lo general, la postura del niño dejar caer la cabeza
se mantiene durante la convulsión,
puede realizar movimientos con la
boca o la cara, o pestañear, no suele
durar más de 30 segundos.
TÓNICAS – CLÓNICAS
Este tipo de convulsión se caracteriza por la aparición de MIOCLÓNICAS
cinco fases diferentes. El cuerpo, los brazos y las piernas: Este tipo de convulsión consiste en
un movimiento rápido o una
Mirada fija.
Sacudidas de los brazos y las piernas.
Rigidez del cuerpo.
Pérdida del conocimiento.
Problemas respiratorios o episodios en
los que deja de respirar.
Pérdida del control de la vejiga o del
intestino.
Caída súbita sin ningún motivo
aparente
Ninguna reacción al ruido o a las palabras
durante breves períodos de tiempo.
Confusión o aturdimiento.
Somnolencia e irritabilidad al despertarse
por las mañanas.
Cabezadas.
Períodos de mirada fija y parpadeos
rápidos.
Exploración neurológica.
Debe ser minuciosa con especial atención a los signos de infección
intracraneal (meningismo, alteración del sensorio) o de focalidad
neurológica. Es importante realizar repetidamente el examen neurológico,
sobre todo cuando la recuperación del sensorio es lenta o existen déficits
neurológicos residuales. Hay que tener en cuenta que la medicación
anticonvulsiva puede alterar la valoración de los signos meníngeos o del
nivel de conciencia.
d) Pruebas complementarias
Estudio metabólico. Está indicado fundamentalmente en los
neonatos y en los lactantes pequeños en los que se sospeche una
causa metabólica. Deberán determinarse la glucemia, urea,
creatinina, calcio, magnesio, sodio, potasio, pH gases bicarbonato,
ácido láctico y amoniaco. Si las convulsiones ocurren en el contexto
de un deterioro neurológico progresivo es útil extraer y congelar una
muestra de suero para hacer un estudio metabólico más complejo;
en estos casos el suero debe ir acompañado de una muestra de
orina y de LCR.
Punción lumbar. Debe realizarse en todos los niños
menores de 12 meses que tienen una convulsión asociada a
fiebre y en todos los niños con sospecha de infección
intracraneal (meningitis).
Consideraciones generales
La mayoría de los niños que tienen una convulsión llegan a la consulta
en la fase poscrítica ya que lo habitual es que las convulsiones
infantiles cedan espontáneamente. Así pues, cuando un niño se
presenta con actividad convulsiva hay que pensar que lleva
convulsionando un tiempo considerable.
Cuanto más prolongada sea la crisis más difícil será su reversibilidad y
peor su pronóstico. Se define como status epiléptico aquellas crisis que se
prolongan durante más de 30 minutos, o cuando las crisis se repiten
durante este periodo de tiempo, sobre todo sin recuperar la conciencia.
En estudios en animales se ha comprobado que el daño cerebral en las
convulsiones prolongadas empieza a producirse a partir de los 30
minutos.