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Sor Ángela Vallese

Nació en Lu Monferrato el 8 de enero 1854


en una familia de agricultores,
a los 21 años, el 18 agosto 1875,
partió para Mornese.
Emite los primeros votos religiosos el 29 de
agosto 1876 y en noviembre del 1877
ya estaba lista para guiar la primera
expedición misionera de las FMA en
América del Sur.
Algunos días antes de la partida,
el 9 noviembre 1877, había tenido
la fortuna de recibir la bendición
del Santo Padre en Roma, donde
acudió con Madre Mazzarello, sor
Juana Borgna y
un grupo de misioneros salesianos
guiados por don Juan Cagliero.
Sor Ángela Vallese es la pionera de las FMA
misioneras en America. Mujer fuerte,
de gran fe y de un intenso ardor
apostólico, fue la primera directora en
Montevideo-Villa Colón (Uruguay) y
luego en Argentina y en Chile.
Por 25 años - del 1888 al 1913 – vivió en
Punta Arenas.
En 1893 fue nombrada Superiora Visitadora de
las Casas abiertas por las Hijas de María
Auxiliadora en la Patagonia del sur y
en las Tierras Magallánicas.
No obstante la dureza del clima,
el frecuente riesgo de naufragio al
atravesar el Estrecho de Magallanes,
las dificultades de todo tipo,
comprendida la hostilidad de algunos
gobiernos frente a la obra salesiana,
sor Ángela jamás quiso abandonar
aquellas tierras, convertidas
ahora en “su tierra”.
Así escribía en la primera carta
a sus padres
desde Uruguay,
a la edad de 24 años,
la que era su
convicción radical de interculturalidad
misionera:
"Nosotros no somos ni de América
ni de Italia, nuestra casa se encuentra
por todas las partes".
Al término de su aventura misionera,
llega para sor Ángela el último y
durísimo sacrificio: después
de participar en el VII
Capitulo General del Instituto
en 1913, en Nizza Monferrato,
se debía quedar, por pura obediencia
a las Superioras, porque sus fuerzas físicas
ya no resistían más.
Muere al año siguiente, el 17 de agosto de 1914
a la edad de 60 años.
Moría la pionera de las misiones en América lejos de
su “patria del corazón” pero espiritualmente cercana
a aquellas hermanas, mujeres y niñas
a las que había buscado promover a nivel humano
y espiritual.
Era de verdad "MADRE"
porque había irradiado tanta vida y un
grande e inconmensurable amor.
Carta 17 – Mornese, diciembre 1878
Sor Ángela Denegri
Nació en Mornese el 2 de febrero1860
Allí emitió los primeros Votos
el 24 de Mayo de 1876 .
Partió como misionera a los diecisiete
años, con el único deseo de llevar almas
a Cristo.
A los veintiún años estaba ya lista
para el encuentro definitivo con Él.
Murió en Villa Colón (Uruguay)
el 13 de diciembre 1881.
Sor Ángela Denegri
desde pequeña demostró un ardiente deseo de santidad y
un gran celo misionero por lo cual, por sugerencia de
don Bosco, fue admitida siendo muy joven
a la profesión religiosa.
La Madre la conocía personalmente y
a sus familiares.
Sor Ángela estudiaba francés como se supo por las cartas
de don Luis Lasagna. De hecho escribió a don Bosco desde
Villa Colón, el 19 de febrero 1878:

“Puesto que la lengua francesa aquí se usa muchísimo y no hay maestra


que no sepa enseñarla, así yo he comenzado a dar una serie de lecciones
a las dos hermanas dedicadas a la enseñanza
para que obtengan buen resultado.
Prepare otras tres hermanas maestras y ojalá
fuera posible que supieran piano y bordado,
porque así lo piden, también las alumnas
aunque no sean Señoras”.
Carta 22 – Nizza Monferrato, 9 abril 1879
Sor Teresita Mazzarello
Nació en Mornés (Alessandria) el 12 abril 1860
Hizo la primera profesión en Mornese
el 29 agosto 1876
La profesión perpetua en Buenos Aires
- Almagro (Argentina) el 28 enero 1883
Murió en Montevideo (Uruguay)
el 13 noviembre 1937
Entró al colegio de Mornese por invitación expresa de
don Cagliero;
vistió el hábito religioso el 28 de agosto 1875 y al año
siguiente ya era FMA.
Por un año fue maestra de infantil en Lu Monferrato y en el
1877 partió para América con el primer grupo de misioneras;
era la más joven.
Fue enviada primero a Montevideo-Villa Colón,
donde fue por muchos años directora y
también maestra de las postulantes y
de las novicias.
Don Santiago Costamagna escogió propiamente
a la más joven para confiarle el cuadro de María
Auxiliadora — reproducción de la imagen de Valdocco —
que había sacado a escondidas de la capilla
de las Hermanas.
Se lo confía «con el encargo de no
entregarlo a ninguno, de custodiarlo
hasta la llegada a tierra americana...»
Sor Teresita Mazzarello,
con tan solo veinte años,
era responsable de las dos comunidades
de Uruguay después de la partida de
Sor Angela Vallese para la Argentina.
Casi la mitad de su vida misionera
— ¡sesenta años! —
sor Teresita Mazzarello es Directora;
también fue maestra de postulantes y
de novicias.
Fue siempre una FMA trabajadora y
dotada de un gran espíritu de sacrificio.
De piedad sólida, carácter firme y decidido.
El celo por la observancia religiosa brotaba,
no tanto de sus palabras, cuanto de su
habitual modo de ser Hija de María
Auxiliadora.
¡Nada de la Santa Regla era secundario
para ella!
Tenía un culto especial por el silencio,
la pobreza y sobre todo por la caridad paciente.
Carta 22 – Nizza Monferrato, 9 abril 1879
Sor Teresa Gedda,
nació en Pecco, Turín, el 17 de enero 1852.
Estuvo en Uruguay, Mexico, Nicaragua,
misionera humilde y generosa tanto
en los trabajos comunitarios como
en las tareas de responsabilidad.
La llamaban “la Hermana santa”.
Murió en Granada (Nicaragua)
el 24 de marzo 1917,
después de 40 años de vida religiosa.
Formada en familia a la piedad,
al trabajo y al sacrificio, firme y
decidida en su respuesta a la vocación
religiosa, fiel custodia de su corazón
desde los albores de su juventud;
entró el 8 de noviembre de 1876
en la casa de Turín,
abierta en ese mismo año.
Pasó poco tiempo después a Mornese, humilde y
dócil bajo la sabia guía de S. María Mazzarello,
recorrió rápidos pasos en el camino de su
formación religiosa.
En abril 1877 viste el hábito y en septiembre,
después de un ejercicio práctico en la casa de
Alassio, hace con tanta alegría la profesión en
Turín, en la presencia de don Bosco y de Madre
Mazzarello.
Dos meses más tarde ve realizarse su más ardiente
aspiración misionera, siendo elegida para formar
parte de la primera expedición
para América.
La Providencia dispuso que su apostolado
misionero de trabajo y de irradiante virtud,
se desarrollase en el sur, en el norte y
en el centro de América.
Primero en el Uruguay per veintitrés años,
luego doce años en México y
finalmente en Nicaragua, donde transcurre
los últimos cuatro años de vida.
Siempre en los inicios de la fundación y
de las obras, entre pobreza y trabajo
incesante, humilde, obedientísima,
sacrificada, austera consigo misma,
toda dulzura y caridad para los otros.
Amante del último puesto, es llamada
a ejercer servicios de responsabilidad,
siempre acompañadas de las más sólidas
virtudes.
Ropera, sacristana, enfermera, campanera,
encargada de las postulantes y de las
novicias, directora en las casas de Morelia
y Puebla en México y portera en Granada,
siempre aparece en la misma luz
que edifica, en casa o fuera, hasta llegar a
designarla comúnmente con el nombre de
“Hermana santa”.
Si distinguió por la perfección en
el cumplimiento de los propios deberes;
de las acciones aún las más ordinarias y
comunes.
Fue digna de pertenecer al primer grupo de
Hijas de María Auxiliadora que partieron
para América, llevando los inicios del
apostolado más allá de los océanos
con el ejemplo de una vida
no común en la virtud.
Mons. Cagliero la considerava
una de las misioneras más
humildes y virtuosas,
tanto que la proponía como
modelo de Vida Religiosa.
Carta 22 – Nizza Monferrato, 9 abril 1879
Suor Juana Borgna,
Nació en Buenos Aires (Argentina)
de padres italianos el 20 de febrero 1860.
Hizo la primera profesión enTurín el 3 de septiembre 1877.
La profesión perpetua en Carmen de Patagones
(Argentina) el 30 de julio 1882.
Murió en Lima Guia (Perú) el 21 de diciembre 1945.
Fue una de las más valiosas
colaboradoras de Ángela Vallese.
Había entrado a Mornese como educanda
el 16 dicembre 1874. Tenía 14 años y
con ella fue acogida Emilia Borgna,
la hermana menor que la precederá por
pocos días en la profesión religiosa y la
seguirá a América, misionera como ella.

Tuvo la fortuna de ser escogida para


ir a Roma junto a Madre Mazzarello y
a sor Ángela Vallese, para recibir la
bendición del S. Padre Pío IX.
Cuando Madre Mazzarello
le escribe la carta del 1° enero 1879,
sor Juana Borgna era vicaria en
la casa de Montevideo-Villa Colón.
Después será visitadora en la
Patagonia del norte (1893-1906) y en
Ecuador (1907-1913).
En los inicios de 1880, sor Juana Borgna
dejaba el Uruguay para emprender
el camino de las anheladas misiones
en la tierra vaticinada por Don Bosco.
Estaba junto a sor Angela Vallese,
sor Angela Cassulo y sor Caterina Fina.
Antes de finalizar enero se
encaminaron a Carmen de Patagones
junto al grupo de los salesianos misioneros,
destinados también a aquella misión.
Carta 22 - Nizza Monferrato, 9 de abril 1879
Sor Angela Cassulo
Nació en Castelletto d’Orba (Alessandria),
el 9 de marzo 1852.
Hizo la primera profesión en Mornese
el 28 de agosto de 1875.
Murió en Viedma (Argentina)
el 28 de marzo 1917, después de
42 años de vida religiosa.
Humilde y sacrificada, pasó la vida
en la cocina de las casas
de las FMA.
De ella decía mons. Cagliero:

«Es una santa; el demonio


no sabe cómo hacer para
impacientarla; pero
no lo logra […].
Sor Cassulo no hace
milagros, solo porque
no quiere».
Compañera de Sr. Gedda
en la primera expedición
para América, debía seguirla
también al Cielo con pocos
días de distancia, desde la
lejana Patagonia, campo de sus
fatigas apostólicas
por casi cuarenta años.
Temple monferrino, fuerte de salud y de voluntad, había
entrado en Mornese apenas en el tercer año de
vida del Instituto, formandose
en el espíritu heróico de los orígenes.
Discípula, por tanto, de
Madre Mazzarello, fue también su
compañera ante el altar el 28 de
agosto 1875, pronunciando los
primeros Votos en las manos de S. Juan
Bosco, mientras la Santa Madre los emitía
en perpetuo.
Había encontrado muy pronto su lugar de trabajo en
la sombra de una cocina. Sumergida completamente en
su propio oficio, no había pensado
ciertamente atravesar los océanos,
pero cuando en 1877 don Bosco
abre el apostolado en tierras lejanas
también para las FMA,
ella humilde, ferviente y decidida,
pide, que si podía servir en
alguna cosa, partiría feliz también ella.
Y partió, sin retorno a su patria, buscando solo y
siempre el sacrificio como moneda para
ganar las almas para Dios.
Siempre bajo la guía materna de Madre Vallese,
dejando Uruguay por Argentina, fue escogida para formar
parte del primer pequeño grupo destinado a sostener a los
Salesianos en la evangelizaciónn de la Patagonia,
precisamente en Carmen de Patagones.
El periódico de Buenos Aires - La América del Sur - del 31 de
enero 1880 anunciaba así la expedición:
«Es la primera vez desde que el mundo
existe, que se ven hermanas
en aquellas remotas
tierras australes».
Carta 47 – Nizza Monferrato, 21 octubre 1880
Mons. Santiago Costamagna

Nació en Caramagna Piemonte (Cuneo)


el 23.3.1846, hace profesión religiosa
salesiana el 27 septiembre 1867.
Fue ordenado Sacerdote en Turín
el 18.9.1868 y consagrado Obispo titular de
Colonia el 23.5.1895 en Turín.
Murió en Bernal (Argentina) el 9.9.1921.
Tuvo una relación especial con el Instituto
de las FMA y con madre Mazzarello.
Del 6 de octubre 1874 hasta el 25 de octubre 1877
fue director espiritual de la primera comunidad
de las FMA en Mornés.
Guía de la primera expedición misionera de
las FMA,
partió en noviembre del mismo año para
la Argentina donde permaneció
por algunos años.
En seguida inició la obra salesiana en Chile;
en 1894 fue nombrado Vicario apostólico
de Méndez y Gualaquiza en Ecuador.

Él recordará siempre con conmoción


los años transcurridos
«en la santa casa de Mornese».
De él escribe Don Ángel Amadei:

«Bajo una corteza un poco dura y con


apariencia de severidad, escondía un corazón
de madre:
bastaba ponerse en contacto directo con él
para gustar la dulzura y la delicadeza de
sus modales y la seguridad y exactitud de
sus criterios doctrinales y morales».
Carta de las primeras misioneras a la Madre Maria D. Mazzarello.
Isla Flores, 14 diciembre 1877.

Escrita por Sor Juana Borgna, después de un mes de viaje, a nombre


de todas, llega a madre Mazzarello y la primera comunidad
de Mornese con las noticias suyas y de las otras misioneras que
se encontraban en «cuarantena» en la isla Flores,
poco distante de Montevideo. Sobre la misma hoja don Costamagna
agrega saludos y sugerencias para la Madre y para la comunidad.
El escrito revela con cuánto afecto y nostalgia el director recuerda
a Madre Mazzarello y Mornese a quienes ha dejado recientemente
y donde pasò unos tres años.
Querida Madre,
Decid a todas las hijas que vengan con gusto a América, pero que antes se despojen
totalmente de la propia voluntad, también en las pequeñas cosas. Toco con mano siempre
más cómo la Virgen quiere mucho a sus Hijas, pero es necesario amarla y hacerla amar ...
Aquí en estas partes no se siente hablar más que de intereses y peor aún ... por los
intereses se suda y se sufre ... y nosotros qué no debemos hacer por el gran interés del
Paraíso? […] Adiós, salúdame todas las enfermas, especialmente ... y a todas las
Directoras... Recomienda a las Hermanas estudiar mucho el Catecismo, estar despiertas, ser
devotas de la Virgen, de Jesús Sacramentado, y de la oración.
Todas las veces que veáis los campanarios de Mornese, Casaleggio, Lerma, Parodi,
Montaldo, S. Esteban, etc. haced bajar la cuerda de las campanas e id delante de Jesús y
decid ... Haced vuestro deber también por aquel pobrecito que no amó nada a Jesús y dio
escándalo en vez de edificar. Adiós, queridas hermanas ... ¡si vierais dónde estamos! ... Mar,
roca, cielo y nada más ... ¡Bajo la mirada de Dios! Adiós. ¡Todo nuestro corazón sea para
Vos, o Jesús mio!
D. Santiago Costamagna
Sor Laura Rodríguez,
fruto del corazón misionero del Instituto.
Sor Laura Rodríguez fue la primera
FMA del continente americano.
Había nacido en Montevideo – Villa Colón
el 6 de agosto 1858. Hija de agricultores
cristianos y laboriosos, conoció a las FMA
por medio de su hermano que
frecuentaba el colegio salesiano de
Montevideo - Villa Colón.
Entró el 14 de mayo de 1878
en el Instituto FMA.
Tuvo como formadoras algunas de
las pioneras del primer grupo de
misioneras, entre las cuales Sor
Angela Vallese.
El 24 de mayo de 1880 hizo la
profesión religiosa en Buenos Aires
Almagro (Argentina) donde fue
transferida con el fin de completar
el noviciado bajo la guía de
Sor Maddalena Martini.
Después de la profesión regresó
a Uruguay.
Desempeñó distintas tareas comunitarias y
apostólicas hasta la enfermedad que la
llevó a la muerte el 18 de julio 1924.
A una hermana que fue a visitarla le dijo:
«La observancia de las
Constituciones, de los santos votos,
y la misma caridad no son nada si no
están acompañadas con la punta de
oro deslumbrante del amor de Dios».
Había entendido muy bien lo esencial
de la vida religiosa.
“Mi buena sor Laura
[...] Considero inútil recomendarte que seas obediente, humilde, caritativa y
amante del trabajo; hace pocos meses que has hecho la vestición, por lo tanto,
estarás aún toda enfervorizada. Te recomiendo sólo que no dejes apagar nunca
el fervor que el Señor ha encendido en tu corazón, y que pienses que una sola
cosa es necesaria, salvar el alma. Pero a nosotras religiosas, no nos basta con
salvar el alma, debemos hacernos santas y santificar con nuestras buenas obras
a tantas almas que esperan que les ayudemos.
Ánimo pues, después de unos pocos días de lucha,
tendremos el Cielo para siempre.”

Carta 18 – Mornés, diciembre 1878


Per saperne di più:
Cenni Biografici delle defunte nel primo decennio dell´Istituto 1872- 1882
Cenni biografici delle FMA defunte nel biennio 1917-18
Facciamo memoria. Cenni biografici delle FMA defunte nel 1924
Facciamo memoria. Cenni biografici delle FMA defunte nel 1937 (Michelina Secco)
Facciamo memoria. Cenni biografici delle FMA defunte nel 1945 (Michelina Secco)
Cronistoria dell’Istituto FMA (a cura di Sr. G. Capetti)
La sapienza della vita. Lettere di Maria Domenica Mazzarello (M. Esther Posada, Anna
Costa, Piera Cavaglià)
Orme di vita, tracce di futuro - Fonti e testimonianze sulla prima comunità delle Figlie
di Maria Ausiliatrice (1870-1881) - (a cura di Piera Cavaglià e Anna Costa)
“Là non ci separeremo mai più” - Lettere della prima FMA missionaria pioniera
nella Patagonia e nella Terra del Fuoco (Introduzione
e note a cura di Maria Vanda Penna)

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