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ESPIRITUALIDAD MISIONERA

¿QUÉ ENTENDEMOS POR “ESPIRITUALIDAD”?

• Preguntemos a San Pablo:


• Gal 5,25
• Rom 8,9
• Col 3,3
• Gal 2,20
• Preguntemos a Leonardo Boff.
¿QUÉ ENTENDEMOS POR “ESPIRITUALIDAD”?
1.- Es el dinamismo del Espíritu impregnado en el alma de cada persona que nos impulsa a
vivir según Dios y no según las apetencias de la carne.
2.- Es una identidad donde encuentras una comunión con Dios para vivirlo y asumirlo según la
vida de Cristo, te da la gracia de una conversión, todo lo que somos tiene que ser movido por
la fe.
3.- Los movimientos del Espíritu recibido en el momento del Bautismo, cuando morimos y
Cristo nace en nosotros nos hace vivir según sus inspiraciones y no de acuerdo a las
tendencias de la carne.
4.- Es cuando nos sumergimos en esa profundidad de nosotros mismos y experimentamos la
realidad como un todo. Tiene que ver con el espíritu ese momento de nuestra consciencia que
nos permite percibir que formamos parte de un todo y que pertenecemos al todo.
5.- Es la capacidad de contemplar, de asombrarse ante la creación y los acontecimientos de la
vida ordinaria.
6.- Es el Espíritu de Dios que nos hace experimentar a Dios en los acontecimientos de nuestra
vida.
ESPIRITUALIDAD MISIONERA EN AD GENTES

• Es un término que comienza a utilizarse en el Decreto Misionero del Concilio Vaticano II, Ad Gentes.
• El tema en si mismo se aborda en el capítulo IV que se refiere a “Los Misioneros”, ahí se desarrolla:
• La vocación misionera (AG 23)
• Las virtudes (espiritualidad) del misionero (AG 24)
• La formación misionera (AG 25-26)
• Los Institutos misioneros (AG 27)
ESPIRITUALIDAD MISIONERA EN
EVANGELII NUNTIANDI

• El espíritu de la evangelización, capítulo VII


• Espíritu: actitudes interiores que deben animar a los obreros de la evangelización (EN 74)
• Esta espiritualidad viene a ser el estilo de vida del evangelizador (EN cap. I – III)
• Espiritualidad como fidelidad al Espíritu Santo (EN 75),
• Como autenticidad y testimonio (EN 76), unidad y fraternidad (77), servicio de la verdad (78) y caridad
apostólica (79 – 80)
• La Iglesia, reunida con María en el Cenáculo, fiel a las nuevas gracias del Espíritu, podrá realizar y
promover la “evangelización renovada” que requieren nuestros tiempos (EN 81 – 82)
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
REDEMPTORIS MISSIO

• Disponibilidad misionera al estilo de San Pablo (RMi 1): Es el Espíritu Santo quien impulsa a anunciar las
grandes obras de Dios: « Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un
deber que me incumbe: Y ¡ay de mi si no predicara el Evangelio! »(1 Cor 9, 16).

• San Juan Pablo II dedicó el capítulo VII a este tema.


ESPIRITUALIDAD MISIONERA
REDEMPTORIS MISSIO 87

• Fidelidad al Espíritu Santo (cap. III), y el número 87:


• También la misión sigue siendo difícil y compleja como en el pasado y exige igualmente la valentía y la
luz del Espíritu. Vivimos frecuentemente el drama de la primera comunidad cristiana, que veía cómo
fuerzas incrédulas y hostiles se aliaban « contra el Señor y contra su Ungido » (Act 4, 26). Como
entonces, hoy conviene orar para que Dios nos conceda la libertad de proclamar el Evangelio; conviene
escrutar las vías misteriosas del Espíritu y dejarse guiar por él hasta la verdad completa (cf. Jn 16, 13).
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
REDEMPTORIS MISSIO 88

• Dimensión cristológica:
• Nota esencial de la espiritualidad misionera es la comunión íntima con Cristo: no se puede comprender
y vivir la misión si no es con referencia a Cristo, en cuanto enviado a evangelizar. Pablo describe sus
actitudes: « Tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo: El cual, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de si mismo tomando la condición de
siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como un hombre; y se humilló a
si mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz » (Flp 2, 5-8).
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
REDEMPTORIS MISSIO 88

• Dimensión cristológica:
• Precisamente porque es « enviado », el misionero experimenta la presencia consoladora de Cristo, que
lo acompaña en todo momento de su vida. « No tengas miedo... porque yo estoy contigo » (Act 18, 9-
10).
• Cristo lo espera en el corazón de cada hombre.
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
REDEMPTORIS MISSIO 89

• Dimensión eclesiológica:
• Se expresa en el amor a la Iglesia como la ama Cristo:
• Lo mismo que Cristo, él debe amar a la Iglesia: « Cristo amó a la Iglesia y se entregó a si mismo por ella »
(Ef 5, 25). Este amor, hasta dar la vida, es para el misionero un punto de referencia.
• Sólo un amor profundo por la Iglesia puede sostener el celo del misionero; su preocupación cotidiana —
como dice san Pablo— es « la solicitud por todas las Iglesias » (2 Cor 11, 28).
• Para todo misionero y toda comunidad « la fidelidad a Cristo no puede separarse de la fidelidad a la
Iglesia ».
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
REDEMPTORIS MISSIO 90

• La llamada a la misión deriva de por sí de la llamada a la santidad. Cada misionero, lo es auténticamente


si se esfuerza en el camino de la santidad: « La santidad es un presupuesto fundamental y una condición
insustituible para realizar la misión salvífica de la Iglesia ».
• La vocación universal a la santidad está estrechamente unida a la vocación universal a la misión. Todo fiel
está llamado a la santidad y a la misión. Esta ha sido la ferviente voluntad del Concilio al desear, « con la
claridad de Cristo, que resplandece sobre la faz de la Iglesia, iluminar a todos los hombres, anunciando el
Evangelio a toda criatura ». La espiritualidad misionera de la Iglesia es un camino hacia la santidad.
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
REDEMPTORIS MISSIO 91
• El Misionero, la misionera es la mujer de las Bienaventuranzas:
• El misionero es el hombre de las Bienaventuranzas. Jesús instruye a los Doce, antes de mandarlos a
evangelizar, indicándoles los caminos de la misión: pobreza, mansedumbre, aceptación de los
sufrimientos y persecuciones, deseo de justicia y de paz, caridad; es decir, les indica precisamente las
Bienaventuranzas, practicadas en la vida apostólica (cf. Mt 5, 1-12).
• Viviendo las Bienaventuranzas el misionero experimenta y demuestra concretamente que el Reino de
Dios ya ha venido y que él lo ha acogido.
• La característica de toda vida misionera auténtica es la alegría interior, que viene de la fe. En un mundo
angustiado y oprimido por tantos problemas, que tiende al pesimismo, el anunciador de la « Buena
Nueva » ha de ser un hombre que ha encontrado en Cristo la verdadera esperanza.
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
EVANGELII GAUDIUM
• Capítulo II: En la crisis del compromiso comunitario
• De frente a las tentaciones de los agentes pastorales el Papa comienza con una actitud muy ignaciana: comenzar con
agradecimiento para luego reconocer los fallos, nos coloca ahora frente a los desafíos concretos que vivimos en tanto que
somos personas creyentes, involucrados en la tarea pastoral de la Iglesia:
• Sí al desafío de una espiritualidad misionera
¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!
• No a la acedia egoísta
¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora!
• No al pesimismo estéril
¡No nos dejemos robar la esperanza!
• Sí a las relaciones nuevas que genera Jesucristo
¡No nos dejemos robar la comunidad!
• No a la mundanidad espiritual
¡No nos dejemos robar el Evangelio!
• No a la guerra entre nosotros
¡No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno!
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
EVANGELII GAUDIUM

• Capítulo II: En la crisis del compromiso comunitario


• Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega esperanzada.
¡No nos dejemos robar la fuerza misionera!
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
EVANGELII GAUDIUM

• Capítulo V: Evangelizadores con Espíritu


• “Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo”.
Jesús quiere evangelizadores que anuncien la Buena Noticia no sólo con palabras sino sobre todo con una vida que se
ha transfigurado en la presencia de Dios.
• Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que oran y trabajan.
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
EVANGELII GAUDIUM

• Nos propone detenernos a recuperar algunas motivaciones que nos ayuden a imitar a los santos:
• El encuentro personal con el amor de Jesús que nos salva:
El verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él,
trabaja con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera.
• El gusto espiritual de ser pueblo:
Para ser evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente,
hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo
tiempo, una pasión por su pueblo.
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
EVANGELII GAUDIUM

• La acción misteriosa del Resucitado y de su Espíritu:


• En el capítulo segundo reflexionábamos sobre esa falta de espiritualidad profunda que se traduce en el pesimismo, el
fatalismo, la desconfianza. Habrá muchas cosas negras, pero el bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse.
Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. Los
valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo
que parecía irreversible. Ésa es la fuerza de la resurrección y cada evangelizador es un instrumento de ese
dinamismo.
• ¡No nos quedemos al margen de esa marcha de la esperanza viva!
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
EVANGELII GAUDIUM

• La fuerza misionera de la intercesión


• Los grandes hombres y mujeres de Dios fueron grandes intercesores. La intercesión es como « levadura » en el seno
de la Trinidad. Es un adentrarnos en el Padre y descubrir nuevas dimensiones que iluminan las situaciones concretas
y las cambian. Podemos decir que el corazón de Dios se conmueve por la intercesión, pero en realidad Él siempre nos
gana de mano, y lo que posibilitamos con nuestra intercesión es que su poder, su amor y su lealtad se manifiesten
con mayor nitidez en el pueblo.

• María, la Madre de la evangelización


• Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva
evangelización.
ESPIRITUALIDAD DE COMUNIÓN

• Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante
nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a
las profundas esperanzas del mundo.
• ¿Qué significa todo esto en concreto?
ESPIRITUALIDAD DE COMUNIÓN

• Antes de programar iniciativas concretas, hace falta promover una espiritualidad de la comunión,
proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano,
donde se educan los ministros del altar, las personas consagradas y los agentes pastorales, donde se
construyen las familias y las comunidades.
ESPIRITUALIDAD DE COMUNIÓN

• Espiritualidad de la comunión significa ante todo una mirada del corazón sobre todo hacia el misterio de
la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los
hermanos que están a nuestro lado.
ESPIRITUALIDAD DE COMUNIÓN

• Espiritualidad de la comunión significa, además, capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad


profunda del Cuerpo místico y, por tanto, como « uno que me pertenece », para saber compartir sus
alegrías y sus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a sus necesidades, para ofrecerle una
verdadera y profunda amistad.
ESPIRITUALIDAD DE COMUNIÓN

• Espiritualidad de la comunión es también capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro,
para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un « don para mí », además de ser un don para el
hermano que lo ha recibido directamente.
ESPIRITUALIDAD DE COMUNIÓN

• En fin, espiritualidad de la comunión es saber « dar espacio » al hermano, llevando mutuamente la


carga de los otros (cf. Ga 6,2) y rechazando las tentaciones egoístas que continuamente nos asechan y
engendran competitividad, ganas de hacer carrera, desconfianza y envidias. No nos hagamos ilusiones:
sin este camino espiritual, de poco servirían los instrumentos externos de la comunión. Se convertirían
en medios sin alma, máscaras de comunión más que sus modos de expresión y crecimiento.
ESPIRITUALIDAD EUCARÍSTICA Y MARIANA

• ¿Podemos decir que en nuestra Congregación tenemos Espíritu Misionero?

• ¿De qué manera nuestra Espiritualidad Eucarística nutre el espíritu misionero de la Congregación?

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