Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
• Es un término que comienza a utilizarse en el Decreto Misionero del Concilio Vaticano II, Ad Gentes.
• El tema en si mismo se aborda en el capítulo IV que se refiere a “Los Misioneros”, ahí se desarrolla:
• La vocación misionera (AG 23)
• Las virtudes (espiritualidad) del misionero (AG 24)
• La formación misionera (AG 25-26)
• Los Institutos misioneros (AG 27)
ESPIRITUALIDAD MISIONERA EN
EVANGELII NUNTIANDI
• Disponibilidad misionera al estilo de San Pablo (RMi 1): Es el Espíritu Santo quien impulsa a anunciar las
grandes obras de Dios: « Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un
deber que me incumbe: Y ¡ay de mi si no predicara el Evangelio! »(1 Cor 9, 16).
• Dimensión cristológica:
• Nota esencial de la espiritualidad misionera es la comunión íntima con Cristo: no se puede comprender
y vivir la misión si no es con referencia a Cristo, en cuanto enviado a evangelizar. Pablo describe sus
actitudes: « Tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo: El cual, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de si mismo tomando la condición de
siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como un hombre; y se humilló a
si mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz » (Flp 2, 5-8).
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
REDEMPTORIS MISSIO 88
• Dimensión cristológica:
• Precisamente porque es « enviado », el misionero experimenta la presencia consoladora de Cristo, que
lo acompaña en todo momento de su vida. « No tengas miedo... porque yo estoy contigo » (Act 18, 9-
10).
• Cristo lo espera en el corazón de cada hombre.
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
REDEMPTORIS MISSIO 89
• Dimensión eclesiológica:
• Se expresa en el amor a la Iglesia como la ama Cristo:
• Lo mismo que Cristo, él debe amar a la Iglesia: « Cristo amó a la Iglesia y se entregó a si mismo por ella »
(Ef 5, 25). Este amor, hasta dar la vida, es para el misionero un punto de referencia.
• Sólo un amor profundo por la Iglesia puede sostener el celo del misionero; su preocupación cotidiana —
como dice san Pablo— es « la solicitud por todas las Iglesias » (2 Cor 11, 28).
• Para todo misionero y toda comunidad « la fidelidad a Cristo no puede separarse de la fidelidad a la
Iglesia ».
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
REDEMPTORIS MISSIO 90
• Nos propone detenernos a recuperar algunas motivaciones que nos ayuden a imitar a los santos:
• El encuentro personal con el amor de Jesús que nos salva:
El verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él,
trabaja con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera.
• El gusto espiritual de ser pueblo:
Para ser evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente,
hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo
tiempo, una pasión por su pueblo.
ESPIRITUALIDAD MISIONERA
EVANGELII GAUDIUM
• Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante
nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a
las profundas esperanzas del mundo.
• ¿Qué significa todo esto en concreto?
ESPIRITUALIDAD DE COMUNIÓN
• Antes de programar iniciativas concretas, hace falta promover una espiritualidad de la comunión,
proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano,
donde se educan los ministros del altar, las personas consagradas y los agentes pastorales, donde se
construyen las familias y las comunidades.
ESPIRITUALIDAD DE COMUNIÓN
• Espiritualidad de la comunión significa ante todo una mirada del corazón sobre todo hacia el misterio de
la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los
hermanos que están a nuestro lado.
ESPIRITUALIDAD DE COMUNIÓN
• Espiritualidad de la comunión es también capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro,
para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un « don para mí », además de ser un don para el
hermano que lo ha recibido directamente.
ESPIRITUALIDAD DE COMUNIÓN
• ¿De qué manera nuestra Espiritualidad Eucarística nutre el espíritu misionero de la Congregación?