¿Cómo inciden las representaciones del docente en torno al
alumno real e ideal? Seminario de Integración y Síntesis De Maio Paula. ¿Quién es el alumno actual? ¿Qué características tiene? ¿Podría decirse que estamos ante nuevos sujetos, nuevos alumnos? ¿Por qué muchas veces los docentes tienen representaciones negativas acerca de estos nuevos alumnos? Desde mi punto de vista, creo que no basta con conocer los contenidos de la materia, sino que debe motivar a los educandos, instruyéndolos a reflexionar, dudar. Pienso que es indispensable ser conscientes del entorno actual para analizar y comprender las características de nuestros alumnos, ya que solo así conoceremos, asimismo, nuestra propia realidad como individuos y docentes. Los alumnos actuales presentan características comunes a todas las épocas, pero algunas propias de esta era tecnológica, individualista, globalizada en la que nació y creció. Es importante destacar que cada época presenta características favorables y desfavorables, que se evidencian en el desarrollo de los individuos que la enfrentan, teniendo hoy en nuestras aulas alumnos diferentes de los que fuimos alguna vez nosotros. Es probable que, cuando cuestionamos la conducta o las dificultades de nuestros alumnos, no estemos considerando el entorno que nosotros mismos estamos viviendo; por el contrario, nos concentramos en el ideal, en lo que “debería ser”, en el prototipo del buen alumno o, peor aún, en el comportamiento de los estudiantes de nuestros tiempos. Habiendo reflexionado sobre esta situación actual en las aulas, donde nos encontramos ante un nuevo sujeto, debemos como docentes replantearnos también nuestro rol y función dentro del sistema educativo. Como Durán expone, “¿Estamos en la posibilidad, como docentes, de adecuarnos a los cambios? ¿Podemos asumir las exigencias de este mundo postmoderno? ¿Deseamos hacerlo? De no adecuarnos a esta nueva realidad, ocasionaremos no solo una brecha generacional, sino también un choque cultural: generaremos, incluso, una brecha cognitiva de competencias, intereses y motivaciones”. Una de las características que he notado en mi experiencia como docente practicante, es que la relación del alumno-docente, que se desarrollaba en lapsos no tan lejanos, ha perdido vigencia en estos tiempos. La relación que se establecía era una relación mucho más vertical, en la que el docente era poseedor de la verdad y ejercía una transmisión unidireccional de conocimientos: la relación tenía a un maestro como dueño de la información, sin más recursos que una pizarra y una tiza, y a un alumno pasivo, como mero receptor, lo cual considero que ha cambiado. Considero que las representaciones tienen un origen social, son construcciones mentales que actúan como motores del pensamiento, que funcionan y perduran con independencia de tales individuos concretos y generan conductas relacionadas con ellas. Es decir, como plantea Alejandra Benegas, “este tipo de pensamiento desempeña funciones sociales específicas, orientando la interpretación/construcción de la realidad y guiando las conductas y las relaciones sociales entre los individuos”.
Es decir, que constituye una especie de “anteojos”
que nos brindan una manera de ver algunos sucesos o conceptos. Se trata de alumnos respetuosos, buenas personas, solidarios, interactivos, espontáneos, inquietos, innovadores, curiosos, críticos, hábiles en el uso de las tecnologías, y ávido de experiencias y sensaciones nuevas. Este tipo de cualidades vistas desde circunstancias generales tales como el acceso a la información, mayor interés por la naturaleza, mayor espontaneidad. He notado que los estudiantes se han transformado en sujetos activos, donde el aprendizaje se vuelve personal, interrogan, cuestionan, están activos, suman responsabilidades de aprendizaje y no esperan a que le enseñen. A los alumnos de hoy no les basta con conocer muchas cosas ni con repetir lo que ellos aprenden o se les enseña. ¿Son diferentes los alumnos de hoy? Si es así ¿Qué es lo que los diferencia? ¿Estas diferencias resultan una dificultad para los docentes de hoy? Si nos detenemos a pensar, son muchísimas las diferencias que podemos encontrar entre los alumnos y las distintas generaciones, y creo que es el desafío del docente, el poder reconocer esas diferencias y poder sacar un mayor provecho de ellas. Reflexiono entonces que, en esta aceleración de la historia, con la aparición de nuevas tecnologías, nos pone ante problemas inéditos para los cuales no hay ningún catecismo escrito y debemos intentar soluciones. La globalización y las nuevas tecnologías permiten tanto a los docentes como alumnos, tener al alcance un sinfín de herramientas, materiales y sobre todo información para realizar cualquier actividad. "El alumno que asiste hoy a las escuelas ha sufrido un proceso de transformación con respecto a los años anteriores. Quiere participar, colaborar, destacar, ser importante. No teme a hacer el ridículo o equivocarse, tienen seguridad de mostrarse tal como son. Todos los profesionales de la educación sabemos que nuestros alumnos son diferentes que, ante un idéntico material didáctico y ante una misma explicación en el aula, no entienden ni captan de la misma manera. Es distinta la forma de aprehender la información y asumirla, asociarla y construir conocimiento. Pero, no está muy extendido entre los docentes la sistematización del diagnóstico y tratamiento para saber qué perfiles de estilos de aprendizaje predominan en la clase, y si las diferencias de unos alumnos a otros son muy significativas." HildaCalcagno.