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1. El principio de Beneficencia.
• Este imperativo me obliga a hacer el bien esencial que le corresponde
a la persona por el mismo hecho de ser persona.
• Esto significa que, para garantizar la dignidad humana es necesario
promover en la persona la conciencia, la libertad y la capacidad para
convivir armónicamente con los demás.
• El contenido del principio de beneficencia es pues, llevar a cabo todas
las conductas que incrementan la conciencia, la libertad, y la equidad
con los demás.
En lo que refiere a la práctica profesional, el principio de Beneficencia tiene tres
niveles diferentes de obligatoriedad, en lo que se refiere a la práctica
profesional.
la confidencialidad,
la fidelidad.
Toda persona tiene derecho a que se guarde como secreto cualquier información que ella haya
confiado al profesional en el transcurso de la relación. Este deber no es absoluto sino subordinado.
La intimidad puede ser definida como el conjunto de características biológicas, psicológicas, éticas,
espirituales, socioeconómicas y biográficas de una persona; en la medida que forman parte de su
vivencia o conciencia.
PRIVACIDAD
• El área geográfica - física o electrónica que el
individuo considera vinculado a su intimidad.
CONFIDENCIALIDAD
• Los datos relacionados con la intimidad que
pueden llegar a ser difundidos a otras personas.
Solo el paciente podría solicitar que se rompa el secreto por motivos que le interesan de forma
personal.
Por motivos económicos. Para justificar una conducta anta compañías de seguro, en caso de
accidente o ante su jefe de trabajo, etc.
Por motivos legales. Acusar al mismo profesional, defenderse ante otros, declaración de
competencia por haber firmado ciertos documentos, etc.
2. Si el dato que se quiere ocultar atenta contra los derechos de una tercera
persona. Ej. Si quiere casarse y tiene una enfermedad genética transmisible, o
una persona que quiere continuar abusando sexualmente de un menor, etc.
4. Si hay una orden judicial legítima que autorice el acceso de los abogados
intervinientes en un litigio que está vinculado al paciente.
5. Si el individuo va dañar bienes de gran valor para a sociedad. Ej. Un psicótico que
quiere poner una bomba en un monumento valioso, etc.
Todas las culturas y civilizaciones han considerado un valor humano
fundamental practicar la veracidad. Pero también es una experiencia ética
universal la afirmación de que este deber no es absoluto, sino que
determinadas situaciones justifican que no se lo ponga en práctica.
Las dos características básicas que debe tener un consentimiento para ser válido es, en
primer lugar, que lo haga una persona competente para decidir y por otro, que dicha
persona esté en condiciones válidas de hacerlo en esa situación determinada.
1. La primera condición que la persona sea competente, una persona sería plenamente
competente cuando es capaz de ejercitar tres potencialidades psíquicas propias del ser
humano “normal”: la racionalidad, la intencionalidad (o capacidad de orientarse a la
búsqueda de valores personales y sociales) y a voluntariedad (o posibilidad de actuar sin
coerción).
Por fidelidad (o lealtad) se entiende la obligación moral que se impone una persona al
haber expresado una promesa o haber aceptado un acuerdo.
O también como una interiorización de los valores morales, de tal manera que el sujeto
tenga la predisposición permanente a ponerlos en práctica, sin que haya ningún control
externo.
De nada sirve conocer cuáles son los referenciales éticos fundamentales (es decir los
valores, principios y normas éticas universalmente vinculantes) si el profesional no
encarna en su propia vida, de forma permanente y constitutiva en su ser, esos
referenciales transubjetivos.
Una de las aspiraciones a lo largo de la historia moral es que el individuo pase del mero
“hacer” actos correctos a “ser” éticamente recto.
Esto quiere decir que la persona tenga interiorizado de tal manera los valores, principios y
normas morales que, su sentir, razonar y actuar sean coherentes y compatibles entre sí.
De darse esto, aquellos actos exteriores que el psicólogo pone en práctica como
comportamientos “rectos” serán también los comportamientos que el profesional
“experimenta” como “ideales de rectitud” en su interioridad.
Todo saber ético, si no quiere ser estéril, ha de lograr buscar una conversión de cada ser
humano hacia los valores. No se trata de respetar al otro “porque está en su derecho y
puede reclamármelo”, sino de llegar a volverse uno mismo predispuesto a respetar
siempre al otro por el mero hecho de que es persona.
Para Mac Intyre, afirma que la ética no debe entenderse como la mera resolución de
conflictos de derechos o intereses, sino como la adquisición de hábitos internos de
comportamientos y de cualidades permanentes de la persona. Para él, eso sería la meta
de la vida moral.