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AREA

RELIGION
TEMA
LA FAMILIA DE NAZARED LUZ Y FUENTE DE VALORES
CRISTIANOS.
DOCENTE
KATIUSCA JARAVA
DICENTE
DAMRIS BAUTISTA QUIROZ
GERALDINE GARCIA TORREZ
GRADO
7°A
FECHA
02/10/2018
PERIODO
IV
INSTITUCION EDUCATIVA DEPARTAMENTAL SANTA TERESA DE
JESUS
 DIOS EN MI VIDA
María, Madre de Dios y Madre Nuestra, recorrió nuestros caminos de fe. También
ella fue buscando entre sombras el verdadero rostro de Jesús. Entra en relación
con Él, en común unión: ―Haced lo que Él os diga‖. No importa lo que Ella diga,
sino lo que Él diga; aunque no conoce todavía la decisión de Jesús, ya sabe que
para El todo es posible. Su fe es auténtica,
ya que no es pretensión ni exigencia, sino
confianza en aquél que hace todo lo que quiere
cuando es llegada su hora, porque así debe ser,
cuando es la voluntad del Padre.
Entre la luz y la oscuridad existe la penumbra,
mezcla de luces y sombras. Seguramente la
espléndida visita de Dios, arrastró una infusión
extraordinaria de luces y sabiduría. La inundación
personal y fecundante del Espíritu Santo fue
acompañada por plenitud de sus dones, que le
permitían ver todo muy claro. Mas tarde, no entendía algunas cosas y se extrañaba
de otras; ese fondo, oscuro y contradictorio, está lleno de grandeza humana y
desde esa oscuridad María emerge más brillante que nunca. La Madre no fue un
fenómeno extraño, fue una criatura como nosotros, que recorrió nuestro camino
humano con emergencias y encrucijadas. Es preciso incluir a María en nuestro
proceso humano. Lo que nos acontece a nosotros pudo haberle acontecido a Ella,
que salvó siempre su alta fidelidad al Señor Dios.
 Mi ENTORNO
 A menudo, las familias buscan el poder, el triunfo, la riqueza, como única
M

seguridad de la vida. No son capaces de vivir el riesgo, la renuncia y les cuesta


mucho compartir lo que tienen y lo que no tienen. María despierta y anima a
nuestras familias de Colombia y América Latina a superar las dificultades, a unirse
solidariamente y a no esperar que otros solucionen aquello que a ellas les
corresponde resolver. Es inmenso el número de mujeres que están dinamizando,
construyendo la historia, desempeñando diferentes oficios profesionales,
educativos, maternos, políticos, económicos y domésticos. Todos estos procesos son
importantes en el desarrollo de los proyectos sociales. María nos enseña a confiar en
Dios y a enfrentar con decisión los problemas en nuestra vida cotidiana. Conocemos
a María no sólo en la Biblia, sino también en los hechos de la vida; su presencia en
nuestras familias, propicia unión, paz y amor. La fe alimenta el corazón de los
creyentes. La fe no es del pasado, sino abierta al futuro y llena de esperanza. El
compromiso cristiano es vivir en el amor de Dios. MI ENTORNO A menudo, las
familias buscan el poder, el triunfo, la riqueza, como única seguridad de la vida. No
son capaces de vivir el riesgo, la renuncia y les cuesta mucho compartir lo que tienen
y lo que no tienen. María despierta y anima a nuestras familias de Colombia y
América Latina a superar las dificultades, a unirse solidariamente y a no esperar que
otros solucionen aquello que a ellas les corresponde resolver. Es inmenso el número
de mujeres que están dinamizando, construyendo la historia, desempeñando
diferentes oficios profesionales, educativos, maternos, políticos, económicos y
domésticos. Todos estos procesos son importantes en el desarrollo de los proyectos
sociales. María nos enseña a confiar en Dios y a enfrentar con decisión los
problemas en nuestra vida cotidiana. Conocemos a María no sólo en la Biblia, sino
también en los hechos de la vida; su presencia en nuestras familias, propicia unión,
paz y amor. La fe alimenta el corazón de los creyentes. La fe no es del pasado, sino
abierta al futuro y llena de esperanza. El compromiso cristiano es vivir en el amor de
Dios.
 “Mi madre y mis hermanos son los que escucha la palabra de Dios y la cumplen”
Lo que en realidad quiere decir este texto es que María es grande y es importante no
porque haya llevado en sus entrañas al Hijo de Dios, sino más bien porque fue la Primera
discípula de Jesús, quién lo escuchó en su interior y no dudó en aceptar su palabra.
―Hágase en mí, según su Palabra‖. Esta grandeza, disponibilidad y sencillez de la
Santísima virgen se expresa muy bien en el cántico evangélico del Magnificat – fiat, Sí de
María, que evidencia el poder y la misericordia de Dios, al mismo tiempo que expresa su
alegría y gratitud.
Ora y la oración . Lc. 1, 46 – 53 Mi alma alaba la grandeza del Señor;
Mi espíritu se alegra en Dios mi salvador.
Porque Dios ha puesto sus ojos en mí su humilde esclava, y desde ahora
Siempre me llamarán dichosa; porque
El todo poderoso ha hecho en mí grandes cosas.
¡Su nombre es santo!
Dios tiene siempre misericordia de quienes lo reverencian
Actuó con todo su poder:
Deshizo los planes de los orgullosos, derribó a los reyes de sus tronos y
Puso en alto a los humildes.
Lleno de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías
Ayudó al pueblo de Israel, su siervo,
Y no se olvidó de tratarlo con misericordia.
JESÚS CENTRO DE LA COMUNIDAD FAMILIAR
DIOS EN MI VIDA
En nuestros días, en un mundo frecuentemente extraño e incluso hostil a la fe, las familias creyentes
tienen una importancia primordial en cuanto faros de una fe viva e irradiadora. Por eso el Concilio
Vaticano II llama a la familia, con una antigua expresión: ―Ecclesia Doméstica‖. En el seno de la
familia, ―Los padres han de ser para sus hijos los primeros anunciadores de la fe con su palabra y con
su ejemplo, y han de fomentar la vocación personal de cada uno y, con especial cuidado, la vocación a
la vida consagrada‖. ―Aquí es donde se ejercita de manera privilegiada el sacerdocio bautismal del
padre de familia, de la madre, de los hijos, de todos los miembros de la familia, ―en la recepción de
los sacramentos, en la oración y en la acción de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la
renuncia y el amor que se traduce en obras‖ (Lumen Gentium 10) El hogar es así, la primera escuela de
vida cristiana y ―escuela del más rico humanismo‖. (Gaudium et Spes 52, 1) Aquí se aprende la
paciencia y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdón generoso, incluso reiterado, y sobre todo el
culto divino por medio de la oración y la ofrenda de su vida‖. MI ENTORNO DIOS EN MI VIDA En
nuestros días, en un mundo frecuentemente extraño e incluso hostil a la fe, las familias creyentes
tienen una importancia primordial en cuanto faros de una fe viva e irradiadora. Por eso el Concilio
Vaticano II llama a la familia, con una antigua expresión: ―Ecclesia Doméstica‖. En el seno de la
familia, ―Los padres han de ser para sus hijos los primeros anunciadores de la fe con su palabra y con
su ejemplo, y han de fomentar la vocación personal de cada uno y, con especial cuidado, la vocación a
la vida consagrada‖. ―Aquí es donde se ejercita de manera privilegiada el sacerdocio bautismal del
padre de familia, de la madre, de los hijos, de todos los miembros de la familia, ―en la recepción de
los sacramentos, en la oración y en la acción de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la
renuncia y el amor que se traduce en obras‖ (Lumen Gentium 10) El hogar es así, la primera escuela de
vida cristiana y ―escuela del más rico humanismo‖. (Gaudium et Spes 52, 1) Aquí se aprende la
paciencia y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdón generoso, incluso reiterado, y sobre todo el
culto divino por medio de la oración y la ofrenda de su vida‖.
JESÚS BENDICE EL HOGAR
Cada uno de los miembros de la familia tiene cualidades
especiales, así todos juntos formamos la comunidad ideal,
la comunidad de los hijos de Dios.
En la familia Dios está presente, por el sacramento del matrimonio
nos bendice y su Espíritu nos invita a compartir y amar.
Este mismo Espíritu impulsa a la familia a salir de sí misma y a
vincularse a muchas otras familias para construir la Iglesia.
Una primera forma de parroquia, ya que en ella los fieles creyentes
, frecuentemente vecinos, se encuentran para celebrar la Palabra,
comer el cuerpo de Cristo y unirse para trabajar por el bien de la
comunidad. Siendo familia y comunidad parroquial, somos parte
de la Iglesia querida por Cristo. Así, el matrimonio de las parejas,
sacramento del amor de Cada uno de los miembros de la familia
tiene cualidades especiales, así todos juntos formamos la comunidad ideal, la comunidad de los
hijos de Dios. En la familia Dios está presente, por el sacramento del matrimonio nos bendice y
su Espíritu nos invita a compartir y amar. Este mismo Espíritu impulsa a la familia a salir de sí
misma y a vincularse a muchas otras familias para construir la Iglesia. Una primera forma de
parroquia, ya que en ella los fieles creyentes, frecuentemente vecinos, se encuentran para celebrar
la Palabra, comer el cuerpo de Cristo y unirse para trabajar por el bien de la comunidad. Siendo
familia y comunidad parroquial, somos parte de la Iglesia querida por Cristo. Así, el matrimonio
de las parejas, sacramento del amor de Dios en ellas, se abre al servicio en la parroquia y desde
allí se hace fermento en el mundo. La familia es semilla de conversión y construcción de una
sociedad más justa y humana.
FAMILIA CONSTRUCTORA DE VALORES
La situación de transición y permanente
cambio que hoy la sociedad, constituye
un desafío para que todos los cristianos
empecemos a construir desde y en la
familia, la nueva civilización del amor;
es cierto que Actuar bajo estos
pensamientos implica enfrentarnos con
un modo depensar y de vivir diferente,
con principios y criterios de acción
extraños que nos piden audacia para
vivir la fe y la esperanza, manifestando el amor y la caridad de Cristo;
para dar testimonio desde el propio núcleo y centro familiar.
JESÚS FUENTE DE VIDA
De todos los valores que promueve la familia, el más importante como
siempre es el AMOR. En la Sagrada Escritura consulta la cita 1cor. 13,
4 -7 y realiza una historieta donde se evidencien las exigencias del
amor:
La familia ha de ser lugar de encuentro con Dios, centro de irradiación
de la fe, escuela de vida cristiana.

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