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LATINOAMERICA
En esta globalización cada vez más compleja se encuentran las aduanas
latinoamericanas, las mismas que permiten la entrada o salida de parte de los 16
billones de dólares que se intercambian en mercancías y servicios anualmente en
el mundo en la actualidad.
“¿Cuál es el valor de las aduanas?”, se preguntan en Chile. “¿Qué es lo
que se debería facilitar y sobre qué habría que aplicar control?”, hacen lo
mismo en Colombia. “Desde el 11 de septiembre de 2001 tuvimos que
cambiar”, precisan en Estados Unidos. “Estamos ante una enorme
oportunidad en América Latina para cambiar a nuestras aduanas”,
concluyen en Uruguay.
Altos representantes de estas cuatro aduanas estuvieron presentes en el
XVII Congreso Internacional de la Federación Colombiana de Agentes
Logísticos en Comercio Internacional (Fitac), realizado en esta capital
sudamericana, donde expusieron sus ideas en torno al rol que cumplen
como facilitadores del comercio mundial.
En el caso de la aduana de Colombia, un país donde el comercio
internacional sumó casi 116 mil millones de dólares (mdd) en 2014, con una
balanza comercial deficitaria en seis mil 292 mdd, sus autoridades se
encuentran en un proceso donde pretenden realizar cambios normativos
con reformas aduaneras, con las que buscan ponerse a tono con las
normas internacionales.
Santiago Rojas Arroyo, titular de la Dirección de Impuestos y Aduanas
Nacionales (DIAN), explicó que en este esfuerzo estuvo muy de cerca la
iniciativa privada para encontrar puntos de interés. Además, la aduana
colombiana cambió su perspectiva en cuanto al manejo de los
formalismos, es decir, todo lo referente a la documentación e ideó un
sistema más propenso a la facilitación y alejado del control, sin dejar de
lado la gestión de riesgos.
Teníamos que hacer la valoración de manera más efectiva (y) todo eso
(se está realizando) con modernización tecnológica”, comentó durante su
participación.
En el caso chileno las autoridades han apostado por la promoción del comercio a través de
menores barreras arancelarias. Fabián Villarroel, Jefe del Departamento de Asuntos
Internacionales del Servicio Nacional de Aduanas, precisó que mientras que el arancel
promedio en los países miembro de la Organización Mundial de Comercio es de 9%, en su
país es apenas de 0.93% en promedio para las importaciones.
Sin embargo, en el debate que se genera sobre el valor de las aduanas
para una sociedad, responde fácilmente que es de particular importancia
tanto por su rol recaudador, como por la protección que le da a la
industria nacional. “Las aduanas deben tener un rol estratégico para la
competitividad de los países para que les permita desarrollarse
económicamente”.
Enrique Canon Pedragosa, titular de la Dirección Nacional de Aduanas de
Uruguay, precisó que en su país el proceso de cambio de mentalidad en
la aduana inició en 2010, donde de manera interna el desempeño se
califica por una gestión de resultados. Un funcionario es evaluado cada 15
meses y si no llega a superar los puntos establecidos desde su contrato,
existe un reemplazo.
En ese país, toda la carga está controlada por precintos electrónicos con
los que en 2014 lograron manejar 29 mil 119 contenedores con estos
dispositivos. “La aduana tiene que realizar un control de manera eficiente,
es un control inteligente”.
Mientras cada una de estas tres oficinas latinoamericanas trabaja para
mantener e incluso elevar el ritmo del intercambio comercial, uno de los
puntos que también se debaten, a su vez, es qué independencia tiene
que llevar una aduana, es decir, si tendrá que atender asuntos fiscales,
como sucede en otras aduanas, pero no en las chilenas y uruguayas, o si
se dedicará más bien a facilitar el acceso con los distintas herramientas
mundiales, como el Operador Económico Autorizado (OEA), misma figura
que ya han empezado a implementar y a motivar entre sus actores del
comercio exterior.
OMC