Los sistemas de histocompatibilidad, por tanto, juegan un papel
muy importante en el desarrollo y función del sistema inmunitario, gracias a su capacidad de presentar antígenos a los linfocitos T encargados de la defensa.
El sistema más conocido es el complejo principal de
histocompatibilidad (MHC ó HLA en el hombre), cuya característica fundamental es su alto grado de polimorfismo.
Este polimorfismo conduce a diferentes especificidades de
ligamiento de péptidos por diferentes alelos y podría contribuir a diferencias en la respuesta inmunitaria entre individuos, jugando un papel importante en los trasplantes de órganos y la susceptibilidad a ciertas enfermedades. • Debido a su implicación en el rechazo de aloinjertos (éste ocurre cuando la respuesta inmunitaria del receptor contra el tejido extraño se induce por los antígenos presentes en el injerto pero ausentes en el receptor), clásicamente, se conocen como antígenos de trasplante.
• El sistema HLA (antígeno leucocitario humano) consta de 4
millones de pares de bases, localizados en la porción distal de la banda 6p21.3, en el brazo corto del cromosoma 6, habiéndose identificado unos 400 genes en el MHC humano.
• Los LT causantes del rechazo reconocen los peptidos
derivados del donante, en asociación con el MHC que hay sobre las CPA. También puede reconocer el MHC y antígenos menores de histocompatibilidad sobre las células del injerto y responder contra él. El HLA alogénico es más inmunógeno sobre células vivas que las moléculas de HLA libres o fragmentos de membrana. Así pues, la presencia de CPA en el injerto aumenta las posibilidades de rechazo.
Los distintos órganos varían con respecto a su sensibilidad al
-La expresión de MHC-II varía en los diferentes tejidos; y a menor expresión, mayores son las posibilidades de éxito. -En algunos tejidos faltan CPA adecuadas. En médula ósea y piel hay alto número de CPA que son muy inmunogénicos.