Llamativa para todos los sectores Las empresas fuera de la industria financiera han estado particularmente interesadas en aprovechar las capacidades de seguimiento que ofrece esta ingeniería. Por ejemplo, una asociación entre IBM, Nestlé y Unilever dio como resultado el desarrollo de una aplicación para mejorar la trazabilidad de los alimentos contaminados. Por su parte, la compañía automotora Ford también se encuentra desarrollando un sistema que le permitirá tener una completa visibilidad de su cadena productiva, desde la concepción hasta la entrega de sus productos.
Víctor Vargas Irausquín
En el sector público también se está implementando Es así como otro ejemplo de la utilización de está ingeniería son los sistemas nacionales de gestión de identidad, mediante un ID digital que se puede consultar en cualquier momento por todos los organismos estatales. O los contratos inteligentes, algoritmos que permiten la eliminación de intermediarios para simplificar procesos, mejorando la tramitación de licitaciones. Y en política: optimizando la legitimidad de procesos eleccionarios al descartar posibles fraudes electorales.
Víctor Vargas Irausquín
En Latinoamérica, según el estudio de Endeavor, “INSIGHT Blockchain, ¿la promesa de una revolución?”, más de la mitad (55%) de los startups dedicadas al blockchain proyectan una facturación de US$1.250 millones para este año. El informe reveló, además, que las ventas de las startups del rubro en la región crecerán en 87% en 2019. Y si bien se trata de una tecnología con un potencial incalculable tanto en términos económicos, como de equidad y transparencia, la incertidumbre respecto a sus implicancias regulatorias y de aplicación concreta en el mercado sigue siendo alta, al ser una tecnología a la cual le falta mucho por madurar.
Víctor Vargas Irausquín
Víctor Vargas Irausquín
Por lo pronto, la creación de modelos de negocios capaces de entregar buenos servicios,
agregar valor para todas las partes involucradas y generar ingresos es clave. Así mismo, ir sorteando los distintos obstáculos regulatorios y las brechas digitales que aún persisten especialmente en Latinoamérica. Con todo, 2019 podría ser el año del salto definitivo. Víctor Vargas Irausquín