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El año 1980 registra, como característica extraordinaria y fundamental, el proceso de transferencia del poder político que tuvo lugar
durante los primeros meses del año y que resultó en la elección del Arquitecto Fernando Belaúnde Terry como Presidente
Constitucional de la República: Las elecciones generales se realizaron el 18 de mayo, restableciéndose plenamente el orden
constitucional a partir del 28 de julio, fecha en que se instauró el nuevo Gobierno.
Este proceso político tuvo profunda influencia en el desenvolvimiento de la economía, pues sensibilizó la percepción de futuro de los
agentes económicos, aumentó la expectativa de mejoras de los grupos sociales más afectados por la creciente crisis económica, y
produjo una marcada deficiencia en la aplicación del programa económico del gobierno saliente.
El nuevo gobierno en el área económica concentró sus esfuerzos en el diseño y ejecución de un nuevo programa, dirigido a reducir
gradualmente la inflación, a la par que dinamizar la actividad económica y el empleo.
En cumplimiento de este programa, en la segunda mitad del año se realizaron algunos ajustes correctivos de precios y tarifas, se redujo
el ritmo de la expansión monetaria y se profundizó el programa de liberalización del comercio exterior.
Como resultado de estas políticas, de los efectos del proceso de transferencia del poder y de la acción de factores exógenos, el nivel de
actividad económica registró un ritmo moderado de crecimiento, contrastando la declinación experimentada en los sectores primarios
con el mayor dinamismo de las actividades de manufactura, construcción y servicios. El Producto Bruto Interno creció en términos
reales en 3.1 por ciento durante el año.
1. INTRODUCCIÓN:
El menor nivel de producción primaria estuvo determinado, en el caso del sector agropecuario, por la agudización de una prolongada
sequía que lo venía afectando; en el caso del sector pesquero, por la menor disponibilidad de recursos hidrobiológicos, principalmente
anchoveta; y, en el caso de la minería, por la ocurrencia de problemas laborales, la menor ley de los minerales extraídos y algunas
dificultades técnicas, en el área del petróleo. La, manufactura y la construcción se beneficiaron de la recuperación del poder de compra
del mercado interno, de las mayores facilidades que se dieron para la importación de equipo e insumos para la actividad productiva y del
mayor flujo crediticio canalizado al sector privado. La balanza de pagos registró para el año un saldo superavitario de US$ 722.3 millones,
no obstante la presencia de un moderado déficit en la cuenta corriente. Los precios de los principales productos de exportación, aunque
ya mostraban un comportamiento a la baja, se mantuvieron aún en niveles promedio elevados, lo que permitió que el significativo
incremento en las importaciones no implicara un mayor déficit de la cuenta corriente.
La liquidez global de la economía registró una expansión importante tanto por la continuada ganancia de reservas, cuanto por los
mayores flujos crediticios canalizados a los sectores público y privado. No obstante, durante el segundo semestre del año se redujo el
ritmo de expansión monetaria, en el contexto del nuevo programa de estabilización. La inflación registró una tasa anual de 60.8 por
ciento, inferior a la del año anterior, aunque cabe anotar que, en el resultado obtenido, influyó la postergación de algunos ajustes de
precios controlados, no registrándose por tanto la presión inflacionaria del año en su total magnitud, que respondía al ritmo de la
liquidez interna.
2. ASPECTO ECONÓMICO:
Cuando Manuel Ulloa asumió la jefatura del Gabinete y la difícil cartera de Economía y Finanzas en julio de
1980, la economía peruana presentaba una herencia muy pesada: una inflación anual que no bajaba del
60%, agobiante deuda externa, un voluminoso aparato estatal que constituía una cuantiosa carga para la
economía, agricultura improductiva, industria sobreprotegida e ineficiente, sectores populares
empobrecidos y el sector informal crecía rápidamente. Entre las principales medidas que tomó el gobierno
para afrontar los problemas económicos, tenemos las siguientes: controlar la inflación, disminuir el déficit
fiscal, racionalizar el calendario de pagos de la deuda externa, fijar precios reales para la producción local,
disminuir sustancialmente la protección arancelaria a la industria nacional, promover el retorno del capital
extranjero y dinamizar el aparato productivo. Las medidas adoptadas dieron los siguientes resultados: las
exportaciones crecieron ligeramente, el ahorro nacional se triplicó y llego la inversión. Esto permitió
controlar la inflación, pero a partir de 1982 el modelo liberal-conservador del FMI generó el descenso de
exportaciones, la reducción del ahorro, el aumento de la deuda externa y la devaluación monetaria. A
estos resultados la llegada del fenómeno de El Niño de 1983, el que ocasionó graves daños en la
agricultura y la infraestructura vial, siendo el norte del país la zona más afectada. Ante todos estos
problemas, al finalizar el gobierno de Belaunde, el dólar, que el gobierno militar habría dejado en el valor
de doscientos soles, se cotizaba a doce mil soles.
2. ASPECTO ECONÓMICO:
- Un mayor dinamismo en la demanda interna, expresada en las mayores tasas de crecimiento del consumo y de la
inversión.
- Una contracción generalizada de la actividad primaria, son mayor intensidad en el caso de la producción
agropecuaria, la que se vio afectada por la agudización de una prolongada sequía. Esta menor producción se tradujo
en un mayor nivel de importación de alimentos.
- Un mayor y más fácil abastecimiento de equipo, e insumos para la actividad productiva, como resultado de la
liberalización del comercio exterior, fundamentalmente a partir del segundo semestre del año.
- Una gradual mejora del ingreso real de la población, posibilitada por el incremento de la producción y por la
política de remuneraciones.
La política económica durante los primeros siete meses del año estuvo dirigida principalmente a reforzar la
balanza de pagos y a reducir el déficit fiscal. A partir del 28 de julio en el que hubo cambio de autoridades
políticas en el país, el nuevo gobierno constitucional adoptó un Programa de Emergencia cuyos objetivos
principales consistían en combatir la inflación y establecer las bases para una reactivación de la producción.
2. ASPECTO ECONÓMICO:
Bajo este contexto de política económica, en 1985 los resultados obtenidos fueron un crecimiento del producto bruto
interno de 1.6 por ciento, con indicios de cierta recuperación a partir del cuarto trimestre; la inflación anual alcanzó a
158.3 por ciento, lográndose una declinación muy importante en la variación mensual de dicho índice a partir de
setiembre; las reservas internacionales netas del sistema financiero se incrementaron en US$ 318 millones,
principalmente, por las compras de divisas por parte del Banco Central en el mercado financiero , reflejando en parte el
proceso de desdolarización de la economía y el déficit del sector público en relación al producto alcanzó 2.9 por ciento,
significativamente menor al del año anterior, tanto por la contracción de los niveles de inversión cuanto por la mayor
recaudación tributaria.