Estrés Docente

Cómo sobrevivir el año y no colapsar en el

escolar intento
El trabajo con personas
Es en el trabajo donde pasamos gran
parte de nuestras horas y por lo
tanto, donde estamos expuestos a la
mayor cantidad e intensidad de
relaciones interpersonales. El
ambiente de trabajo en el sentido más
amplio de la palabra, tiene una
incidencia fundamental en nuestro
bienestar general.
El trabajo con personas
Se ha podido establecer a través de
diferentes estudios que aquellas
profesiones que mantienen un contacto
sistemático con personas son
especialmente susceptibles de
vivenciar algún grado de malestar en
la salud de los trabajadores.
(Freudenberger & Richelson, 1980; Maslach & Jackson, 1981; Cooper, 1993;
Grosch & Olsen, 1994; Kubassek, 1999).
La labor docente
• Diversas investigaciones realizadas en el área
de educación posicionan a la labor docente como
una profesión con alta prevalencia de
trastornos físicos y mentales.
• Aún no hay concordancia en las explicaciones ni
claridad en los factores que incidirían en el
origen y mantenimiento de este fenómeno en la
profesión docente, donde las exigencias tanto
internas como externas se conjugan con el
escaso
(Burke, apoyo E,.
R. & Greenglass, y 1995,
reconocimiento social
1996; Cooley, E. & Yovanoff, que
P., 1996;
adolece
Cooper, la Dworkin,
J., 1993; profesión.
A., 1986; Kyriacou, C., 1987).
Situación actual
• Se ha identificado el cambio como un factor
importante dentro de las fuentes comunes de
estrés entre docentes.
"El cambio en sí mismo no es la única causa del
estrés,
sino la aparición de un cambio tras otro sin que
la mayoría
de maestros puedan hacer nada al respecto".
Primer censo docente 2012
12.000

35% 41% 31%

1-2 horas
Informaron 1-2 horas
sentir
diarias
estrés semanales
con
disponibles
disponibles
frecuencia y muy para
para la
el ocio
DETECCIÓN
Lo primero es detectar el estrés de manera
oportuna para poder tratarlo antes que nos
incapacite para disfrutar de nuestro trabajo.
Los síntomas psicológicos que provocan el
desgaste se presentan en 4 fases que van de leve
a extrema.
Leve: Los afectados presentan síntomas
físicos, vagos e inespecíficos
(cefaleas, dolores de espaldas,
lumbalgias), el afectado se vuelve poco
operativo. Uno de los primeros síntomas
de carácter leve pero que sirven como
señal de alarma es la dificultad para
levantarse por la mañana o el cansancio
DETECCIÓN

Moderado: Aparece insomnio, déficit

atencional, tendencia a la
automedicación. Además en esta fase se
presenta el distanciamiento,
irritabilidad, cinismo, fatiga,
aburrimiento y una progresiva pérdida
del propósito que contribuye a que la
persona se muestre emocionalmente
exhausta y con sentimientos de
frustración, incompetencia, culpa y
autovaloración negativa.
 DETECCIÓN
Grave: Mayor ausentismo, aversión por la
tarea, cinismo. Abuso de alcohol y
psicofármacos.

Extremo: Aislamiento, crisis

existencial, depresión crónica y riesgo
de suicidio.

A pesar que la detección temprana es

importante dentro de la prevención del
estrés, la promoción de conductas
protectoras es una medida aún mejor
 Oxigénate
Toma momentos en
el día para
hacerlo de forma
consciente por
un minuto.
 Ejercítate
Si no quieres ir al
gimnasio…¡no hay
problema!
Simplemente caminar
por 15 minutos
diarios podría
significar un
cambio favorable
 Conéctate
Nutre tu vida en
pareja y organiza
una salida semanal
que sea especial
para ambos.
La idea es
conversar, salir de
la rutina y pasar
un rato agradable
 Desconécta
te
Lee algún libro que
no tenga que ver
con el trabajo,
escucha música que
te agrade, mira
algún programa de
televisión…
Procura hacerlo
constantemente, más
 Comunícate
Intégrate a un grupo
social donde se
hable de algo
diferente a lo que
abordas en el
trabajo.
Evita que tu mente
albergue solo
pensamientos
 Organízate
Aunque no lo creas,
levantarte tarde e
ir en contra del
reloj para llegar a
tiempo al trabajo
puede ser un gran
causante de estrés.
Haz una lista de las
tareas del día. Esto