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II.

COMPRENDER E INTERPRETAR

Romo Feito
Las tareas clásicas que la
hermenéutica asigna al intérprete
son comprensión, explicación y
aplicación. (37)

En Agustín hay un precedente desde encontrar lo


que se comprende hasta el modo de hacerlo
público. Scheleiermacher reduce la hermenéutica a
la comprensión y desplaza la explicación (retórica).
La vinculación de los términos se mantienen
desde Scheleiermacher: “La hermenéutica
reposa sobre el hecho de la no comprensión
del discurso […] el arte de la interpretación
es, pues, el arte de entrar en posesión de
todas las condiciones necesarias para la
comprensión”.
El discurso como forma de fijar el pensamiento.
Comprenderá el que sea capaz de explicarlo.
“Podrá decir que ha comprendido quien sea capaz
de concretar o definir su comprensión en forma de
discurso, y ese discurso será la interpretación que él
propone” (38). Pero hay una diferencia con la
retórica, la hermenéutica se reserva el arte de llegar
a comprender, de dar una interpretación. No se
identifican una con otra: “una vez que tenemos
clara nuestra interpretación de lo que sea, hay
formas diversas de exponerla según el momento y el
auditorio; de ahí que relegue Scheiermacher esta
cuestión a la retórica” (38).
Así que “comprender” e “interpretar”
estarían en la misma relación de “pensar” y
“hablar”. Pero se puede caer en el error de
afirmar que el uno exterioriza lo otro (nada
está ni fuera ni dentro, y el espíritu ha sido un
recurso para nombrar ciertos procesos). “Y
por otra parte, ¿comprender qué? Pues el
énfasis en el comprender nos lleva a
preguntarnos por su objeto” (39).
2. El sentido
Heidegger: la comprensión textual pasa a ser un
derivado de otro comprender primario (más
radical). “Que podemos parafrasear diciendo que
comprender es ahora esa apertura al mundo,
definitoria de nuestro existir, que nos hace ver como
significativo cuanto nos rodea, pues, en efecto no
percibimos primero sensaciones a las que ponemos
nombre después; en cuanto a la significatividad,
contrapartida de la apertura, es el fondo sobre el
que se proyecta y con respecto al cual se sitúa
cuanto nos sale al encuentro” (39).
“Comprender es también, y a la vez,
proyección del ser ahí sobre posibilidades. Lo
que introduce el concepto de interpretación:
<<El proyectar del comprender tiene la
posibilidad peculiar de desarrollarse. Al
contrario del comprender lo llamamos
“interpretación”. En ella el comprender se
apropia, comprendiendo, lo comprendido. En
la interpretación no se vuelve el comprender
otra cosa, sino él mismo>> ( 32).Nótese la
circularidad, que formula existencialmente la
del clásico círculo hermenéutico” (39).
- La interpretación se basa en un concebir previo: el
sentido. “Sentido es el sobre el fondo de qué
estructurado por el “tener”, el “ver” y el “concebir”
“previos”, de la proyección por la que algo resulta
comprensible como algo” (ctd. 40).
- El sentido no es algo en sí, sino relaciones y
posibilidades.
- Conclusión: “De la misma manera que la
interpretación se caracteriza por el “como”, la
comprensión se caracteriza por el “previos”, y
ambos remiten, por medio del fenómeno de la
proyección, a la estructura del ser ahí” (40).
- Comprender es proyectarse en el entramado del
mundo: Apertura al mundo y comprensión se
relacionan.
En fin, Heidegger establece un giro
copernicano al volver sobre un comprender
primario en el que lo textual no importa tanto
como ese otro existencial “intrínseco al hecho
mismo de estar en el mundo del cual el
textual en todo caso deriva” (41). La labor de
la hermenéutica será hacer accesible a sí
mismo el existir (cómo estamos en el
mundo), porque comprender es un modo
característico del existir.
3. Hermenéutica literaria e interpretación
La reflexión de Zsondi precisa que la hermenéutica
filosófica de Heidegger y Gadamer no puede
reemplazar la literaria; “que ésta no puede
contentarse con prolongar la tradición filológica
pero tampoco desentenderse de la atención a los
textos en aras a la ontología; que debe partir del
examen crítico de sus antecedentes, para hacerse
conscientes de que está históricamente tan
determinada como ellos; y que, desde luego, debe
tener en cuenta nuestra comprensión actual de arte,
lo que parece implicar una proyección estética que,
de hecho, ya estaba presente en Heidegger y
Gadamer” (43).
Betti trata de hacer una teoría de la
interpretación que se propone ser ciencia y
que tiene que ganarse su objetividad. “Pero
es un objetividad que se relaciona con el
mundo de los valores, concebidos en relación
con situaciones que engloban un yo y un tú”
(44).
1. Diferencia entre comprender y conocer (no
es una cuestión ontológica sino
epistemológica.
2. Interpretar es primero: es una acción, un
trabajo, cuyo resultado es la comprensión.
Para Betti, Heidegger ha confundido
el comprenderse con el comprender,
es una análisis de la conciencia de sí,
lo que lo reduce a psicología. Betti lo
que quiere es lograr la objetividad
del comprender como condición del
conocer.
“Pues bien, lo específico del comprender es
que tiene por objeto formas representativas.
Formas en tanto relaciones de elementos
sensibles idóneas para conservar la impronta
de quien las configuró; representativas
porque a través de ellas o en ellas ha de
percibirse otro espíritu, diverso y afín a la vez
al nuestro. Lo que justifica que se hable del
carácter triádico de la interpretación: un
espirítu interpreta a otro, personalmente
identificable o no, mediante una forma
representativa“ (44-45).
“Se entiende, pues, que lo primero que haya
de ser el trabajo –que es lo que llama
interpretación- con esa forma, cuyo resultado
final será la comprensión del otro espíritu
individual y de las formas y conceptos
mediadores que había movilizado a su
servicio para encarnarse. La labor del
intérprete consiste, pues, en distinguir el
signo material que sirve como vehículo, la
forma que constituye ese signo y su
contenido” (45)
Comprender es intuir un mundo que va
más allá de las representaciones.
Comprender es del espíritu desde su
propio interior, integración en sí del
contenido que resuena en la forma
percibida. Este proceso presupone una
libertad. Proscribe toda forma de
comentario que no se entienda como
complemento del texto comentado.
“Pues lo específico de la comprensión es que,
a través de la interpretación de formas
representativas, participa en una objetividad
ideal común –el espíritu- que es lo que
permite superar los límites del yo empírico
(ctd 45). Unos años más tarde, Betti
precisaría que la antinomia entre la
necesidad del intérprete de recrear en sí el
pensamiento ajeno sin por ello traicionar su
objetividad constituye la dialéctica entera de
la interpretación” (45)
Ricoeur: La identificación de comprensión e
interpretación ha llevado a creerse que la una
está confinada a una parte de aquella.

Pero “en una teoría de los signos que


desenfatice la diferencia entre hablar y
escribir, y sobre todo que no acentúe la
dialéctica entre evento y significado, se puede
esperar que la interpretación aparezca sólo
como una provincia del imperio de la
comprensión (ctd 46).
Ricoeur dirá en contra de estas dos que la
primera apela a una actitud congenial con el
autor donde entra en juego la adivinación y la
comparación. “En cuanto a la dialéctica entre
evento y significado, quiere dar cuenta de
que si bien en la producción del texto se
puede ver un suceso mundano, de fecha,
lugar y circunstancias determinados, a la hora
de la recepción se lo comprende como
significado, es decir, como contenido
proposicional síntesis de identificación y
predicación” (46)
El término interpretación se aplica al entero proceso
que abarca explicación y comprensión. La
objetividad aquí está en la dialéctica entre
explicación y comprensión. Pretende rescatar la
explicación en los que se analiza las estructuras y las
formas del texto e integrarla a un proceso general
que no se quede en ella sino que apunte a actualizar
los horizontes potenciales de sentido del texto.
Apropiación : “el proceso por el que la revelación
[disclosure] de nuevos modos de ser –si se prefiere
Wittgenstein a Heidegger, de nuevas formas de vida-
da al sujeto una nueva capacidad de conocerse a sí
mismo (Ctd 47).
“Pues hay una diferencia que se
mantiene a través de todas las
posiciones, que no es otra que la ya
conocida entre comprensión e
interpretación. O bien la primera es
previa y esencial o bien es un resultado,
pero su correlación con un proceso
mental frente a la que se establece entre
interpretación y texto (o forma
representativa, si se prefiere) es
constante” (47).

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