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SERVICIO DOMESTICO

INTEGRANTES:
•Amórtegui Rodríguez Mabel Lucia – 2020162008
•Castellanos Alvarado Rafael Sebastián -2020162064
ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL
III.- HECHOS ANTECEDENTES-DEMANDA

condenado a pagarle las cesantías causadas por los años 2006 y 2007; la indemnización moratoria contemplada por el
artículo 65 del CST;

El artículo 65 del Código


sustantivo del trabajo

contempla que si a la terminación del contrato de trabajo ,el


empleador no paga los salarios y prestaciones adeudados al
trabajador, deberá entonces pagar al trabajador como
indemnización una suma igual al último salario diario por cada
día de retardo en su pago

la pensión de vejez desde el día en que arribó a los 55 años de edad, los intereses moratorios previstos por el artículo
141 de la Ley 100 de 1993 y las costas del proceso.

141 de la Ley 100 de 1993

dispone el reconocimiento de intereses moratorios como consecuencia de la mora en el pago de las


mesadas pensiónales.
III.- HECHOS ANTECEDENTES-DEMANDA

En respaldo de sus pretensiones, en resumen, sostuvo que nació el 6 de octubre de 1954, por tanto, cumplió 55 años de
edad el mismo día y mes del año 2009; que era beneficiaria del régimen de transición previsto por la Ley 100 de 1993,
en tanto para el 1º abril de 1994, fecha en que entró a regir tal normativa, contaba con más de 35 años de edad.

Dijo igualmente que fue contratada verbalmente por Montoya Ortiz el 7 de agosto de 1990; que las labores por ella
desempeñadas eran las de una empleada del servicio doméstico, entre otras funciones tenía que realizar la «preparación
de alimentos, aseo, mantenimiento de jardines y de la casa principal de la Finca Los Búcaros de propiedad del
demandado». Sostuvo que el 7 de abril de 2003 se le «hizo y pagó» una liquidación de prestaciones sociales por
valor de $3.251.660, para con ello poderla trasladar al régimen de cesantías de la Ley 50 de 1990; aclaró que luego
continúo laborando sin solución de continuidad.

Expuso que en virtud de lo anterior fue afiliada a Protección S.A., donde le fueron consignadas las cesantías
correspondientes a los años 2003, 2004, 2005, 2008, 2009, 2010 y 2011, no así las del 2006 y 2007, las que no le
fueron pagadas al momento de la finalización del vínculo laboral ni menos consignadas al citado fondo de
cesantías.

Relató que el contrato de trabajo finalizó el 15 de noviembre de 2012, por renuncia de ella en razón a que se encontraba
enferma y se le estaba obligado a trasladarse de la casa que ocupaba a una pequeña pieza para ubicar el nuevo
mayordomo; que el último salario devengado y con el cual se le liquidó sus prestaciones sociales ascendió a la suma de
$150.000 mensuales.
IV.- PRETENSIONES DE LA DEMANDA

No fue afiliada al sistema de seguridad social y menos a la parafiscalidad, razón por la cual el empleador deberá
reconocerle la pensión de vejez a que tiene derecho a partir del día en que cumplió los 55 años de edad.
V.- CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA / EXCEPCIONES
FORMULADAS (LO QUE ALUDE LA EMPRESA O EL ACCIONADO)

Eran cierto los hechos referidos a la fecha de nacimiento de la demandante y que no le pagó las cesantías de los
años 2006 y 2007, lo que se debió a la «inexistencia del contrato de trabajo». Sobre los demás supuestos fácticos
dijo que no eran ciertos o que eran «falsos», en razón a que entre ellos nunca se ejecutó un verdadero contrato de
trabajo, pues si en algún momento le efectuó alguna liquidación de prestaciones sociales, ello se hizo de «buena
fe y con la intención de gratificarle los esporádicos servicios que prestó», pues con la única persona que existió
una verdadera relación subordinada fue con el cónyuge de ella, quien era el mayordomo de la finca.

Se opuso a las pretensiones y en su defensa formuló las excepciones de inexistencia de la obligación, pago,
prescripción, compensación y buena fe
VI.- FALLO DE LA PRIMERA INSTANCIA

PRIMERO: Se declara que entre la señora MARÍA MAGDALENA CANO ZAMARRA y el señor RENATO
FRANCISCO MONTOYA ORTIZ existió una relación laboral a término indefinido entre el 7 de agosto de 1990 y el
15 de noviembre de 2012, en los términos expuestos en la parte motiva de la providencia.

SEGUNDO: Se condena al señor RENATO FRANCISCO MONTOYA ORTIZ a pagarle a la señora MARÍA
MAGDALENA CANO ZAMARRA la suma de $841.700 por concepto de cesantías del año 2006 y 2007, según lo
indicado en la parte motiva de la providencia.

TERCERO: Se condena al señor RENATO FRANCISCO MONTOYA ORTIZ a pagarle a la señora MARÍA
MAGDALENA CANO ZAMARRA la pensión de vejez a partir del 16 de noviembre de 2012 y a pagar la suma
de $15.213.750 por concepto de mesadas pensiónales adeudadas entre dicha fecha y el 31 de agosto de
2014, conforme a la liquidación realizada en la parte motiva la cual se anexa al expediente.

CUARTO: costas a cargo del ente demandado, y se fijan como agencias en derecho la suma de $2.408.318.

QUINTO: Se absuelve al señor RENATO FRANCISCO MONTOYA ORTIZ de las demás pretensiones formuladas
en su contra por la señora MARÍA MAGDALENA CANO ZAMARRA de conformidad con lo expuesto en la parte
motiva de la presente providencia
VI.- FALLO DE LA SEGUNDA INSTANCIA

Por apelación de ambas partes, conoció la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Medellín, quien, mediante la sentencia dictada del 19 de marzo de 2015, confirmó el fallo de primer grado en
relación a que declaró la existencia del contrato de trabajo que unió a las partes entre el 7 de agosto de 1990 y el
15 de noviembre de 2012 y en cuanto condenó a Renato Francisco Montoya Ortiz a pagarle a la señora María
Magdalena Cano Zamarra, la suma de $841.700, por concepto de cesantía del año 2006 y 2007.

Así mismo, revocó tal decisión en cuanto condenó al demandado a pagarle a la actora la pensión de vejez, en su
lugar lo absolvió de tal pretensión; igualmente la revocó en punto a la absolución de la indemnización moratoria
prevista en el artículo 65 del CST, para en su lugar y a partir del 15 de noviembre de 2012, condenarlo a pagarle a
Cano Zamarra, la suma diaria de $5.000 a partir del 15 de noviembre de 2012 y hasta cuando se cancelen la totalidad
de las prestaciones sociales contenidas en la sentencia. Se abstuvo de imponer costas en la alzada, las de primera a
cargo de la demandada, reducidas en un 40%
Para lo que el recurso de casación interesa, el fallador de segundo grado comenzó por referirse a doctrina
internacional sobre la subordinación laboral, característica esencial del contrato de trabajo; igualmente, trajo a
colación jurisprudencia de la Corte alusiva a la misma temática, y a los artículos 22 y 24 del CST, para en seguida y,
luego de hacer referencia a las documentales allegadas al proceso, especialmente las que aparecían a folios 5, 6, 8,
11 y ss, y las testimoniales rendidas por Octavio León Ramírez Solano y María Teresa Montoya Álvarez, las que
daban cuenta de la prestación personal del servicio en la finca del aquí demandado, concluir que en el caso bajo
estudio, entre las partes en litigio y como bien lo determinó el a quo, efectivamente se había configurado un contrato
de trabajo, el que se extendió de manera continua e ininterrumpido entre el 7 de agosto de 1990 y el 15 de noviembre
de 2012.
VI.- FALLO DE LA SEGUNDA INSTANCIA

Artículos 22 del Código sustantivo del trabajo

1.Contrato de trabajo es aquel por el cual una persona natural se obliga a prestar un servicio personal a otra
persona, natural o jurídica, bajo la continuada dependencia o subordinación de la segunda y mediante
remuneración.
2.Quien presta el servicio se denomina trabajador, quien lo recibe y remunera, empleador, y la remuneración,
cualquiera que sea su forma, salario

Artículos 24 del Código sustantivo del trabajo

Se presume que toda relación de trabajo personal está regida por un contrato de trabajo.
VI.- FALLO DE LA SEGUNDA INSTANCIA

No obstante lo anterior, continúo diciendo que no podía confirmarse la condena que por concepto de pensión de
vejez impartida por el a quo, en razón a que los servicios prestados por la actora a Renato Francisco Montoya Ortiz
eran propios del servicio doméstico y con un salario inferior al mínimo mensual legal vigente para cada anualidad,
lo que se debía a que la actividad era poca y en una reducida jornada.

A continuación se refirió al Decreto 2616 de 2013 que regulaba la situación de las personas que laboraban en el
servicio doméstico por periodos inferiores a un mes y con una asignación inferior al mínimo legal mensual vigente,
norma esta que si bien fue expedida con posterioridad a la vigencia de la relación laboral, sus lineamientos eran
perfectamente aplicables, por tanto a luz de esta disposición por laborar la actora jornada incompleta y devengar
un salario inferior al mínimo legal mensual vigente «no había obligación de afiliarla a la seguridad social integral

Finalmente, abordó el estudio del otro punto materia de apelación de la actora, referido a la imposición de la
indemnización moratoria prevista por el artículo 65 del CST, concluyendo que tal pedimento era procedente en tanto
en el proceso no había razones justificativas que permitieran exonerar al accionado de tal condena. En ese orden,
condenó a Montoya Ortiz a pagarle a la señora Cano Zamarra la suma diaria de $5.000 desde del 15 de noviembre
de 2012 y hasta cuando se cancelen la totalidad de las prestaciones sociales contenidas en esta sentencia.
VII.- DESARROLLO DE LAS CONSIDERACIONES DE
LA SALA/JUEZ (PROBLEMA JURÍDICO CENTRAL)

Teniendo en cuenta que la parte demandante al formular el alcance de la impugnación, en sede de instancia,
pretende que se confirme la decisión del a quo, en cuanto condenó al señor Renato Francisco Montoya Ortiz, a
pagarle a la señora María Magdalena Cano Zamarra, la pensión de vejez a partir del 16 de noviembre de 2012, día
siguiente a la finalización del contrato de trabajo, la Sala se adentra en el estudio de si tal condena es acertada o no.

Para ello la Sala, además de lo expuesto en la esfera casacional, parte de cuatro hechos indiscutidos en el
proceso: i) que entre las partes existió un contrato de trabajo que se ejecutó de manera continua entre el 7 de agosto
de 1990 y el 15 de noviembre de 2012;
ii) que las labores desempeñadas por María Magdalena Cano Zamarra, eran propias del servicio doméstico;
iii) que la remuneración por ella percibida no alcanzó un salario mínimo legal mensual vigente y,
iv) que nació el 6 de octubre de 1954.

Teniendo en cuenta lo anterior y como quedó visto en el estadio de la casación, el señor Renato Francisco
Montoya Ortiz estaba en el deber de afiliar a su trabajadora a la seguridad social, con total independencia a si ella
devengaba o no un salario mínimo legal mensual vigente, pues las normas ya estudiadas así lo disponían; por tanto al
no haberla afiliado y con ello haber truncado la expectativa a obtener el derecho pensional, el empleador accionado es
el único obligado a otorgar la pensión que el sistema le hubiera concedido, que para el caso bajo estudio corresponde
a la prevista por el Acuerdo 049 de 1990, aprobado por el Decreto 758 de ese mismo año, que fue precisamente la
conclusión a la cual arribó la juez de primera instancia.
VII.- DESARROLLO DE LAS CONSIDERACIONES DE
LA SALA/JUEZ (PROBLEMA JURÍDICO CENTRAL)

Ahora bien, como la demandante estuvo vinculada con Renato Francisco Montoya Gómez hasta el 15 de noviembre de 2012,
la pensión, como bien lo dispuso la sentenciadora de primer grado, en cuantía equivalente al salario mínimo mensual legal
vigente, deberá pagarse a partir del día siguiente a su desvinculación, esto es desde el 16 de noviembre de ese mismo año,
junto con los aumentos legales y las mesadas adicionales

Teniendo en cuenta lo anterior, se confirmará el ordinal tercero de la sentencia dictada por el Juzgado Doce Laboral
del Circuito de Medellín, el 23 de septiembre de 2014, mediante el cual condenó a Renato Francisco Montoya Ortiz a pagarle
a la señora María Magdalena Cano Zamarra la pensión de vejez a partir del 16 de noviembre de 2012. En lo demás, se
mantiene lo decidido por el a quo, con las modificaciones efectuadas por el Tribunal.
VIII. - RESUELVE

PRIMERO.

CONFIRMA en su integridad el ordinal tercero de la sentencia dictada por el Juzgado Doce Laboral del Circuito de
Medellín, el 23 de septiembre de 2014, por medio del cual condenó a RENATO FRANCISCO MONTOYA ORTIZ a
pagarle a la señora María Magdalena Cano Zamarra, en cuantía equivalente al salario mínimo mensual legal
vigente, la pensión de vejez a partir del 16 de noviembre de 2012, junto con los aumentos legales y las mesadas
adicionales. En lo demás, se mantiene lo decidido por el a quo, con las modificaciones efectuadas por el Tribunal.

SEGUNDO

Costas como se dijo en la parte considerativa.


GRACIAS POR SU ATENCIÓN

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