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Desarrollo Personal

Segundo Semestre 2019


El yo: de la autenticidad a la identificación

El yo: de la autenticidad a la identificación.

La construcción de la idea/imagen de uno mismo

Si ya es equivocada la idea que tenemos de la vida, equivocada es


también la idea que tenemos de nosotros mismos. Esto significa que la
idea que yo tengo de mí no tiene que ver con la realidad que soy. La
información que recibió mi mente acerca de quién soy yo no es
verdadera.

Cuando nace un niño está viviendo la realidad de la conciencia, está


viviendo una conciencia indiferenciada, en la que no está identificado
con ninguna forma en particular, ya que de hecho las formas no existen.

Todo en él es la expresión de la vivencia de su conciencia.


El yo: de la autenticidad a la identificación

La imposición de los modelos y la desconexión del fondo.

Cuando el niño empieza a ser capaz de hacer símbolos mentales al


tiempo que se le empiezan a transmitir unos modelos, unas normas y
unos códigos; el problema reside en la manera en que se transmiten
esos códigos y esos modelos.

Al niño se le va conformando un mapa de la conciencia, con nombres y


formas, a cada forma se le da un nombre, para que el niño empiece a
orientarse y moverse.
El yo: de la autenticidad a la identificación

Lo que hace es desplazar su atención, que está instalada en el fondo,


hacia la zona más externa de la mente. La atención ha salido de su nido
profundo y el niño se empieza a desplazar a la parte externa de la
mente, que es desde la cual puede entender y manejar los símbolos, las
palabras, los significados.

Este traslado es un proceso largo, pero se nota como los niños van
perdiendo progresivamente su espontaneidad.

Este primer desajuste, que no es el más grave, produce una


desconexión del fondo.
El yo: de la autenticidad a la identificación

El yo idea: la idea que creo ser

Lo que sucede es que se nos da un modelo absolutamente arbitrario, y


luego se nos juzga en función del cumplimiento o no de dicho modelo.
Es decir, que en función de cómo cumplimos un modelo que se nos ha
endosado arbitrariamente habrá una valoración, un juicio positivo o
negativo.

Por otro lado, y ésta es la clave del asunto, la mente del niño, para su
organización y su estructuración, necesita establecer una idea del yo.

Normalmente este proceso se culmina con una situación cumbre: hay


una situación emocional en la que el niño se ve implicado.
El yo: de la autenticidad a la identificación

Este es el momento fundacional de nuestra vida, ya que es el momento


en que se produce el fenómeno llamado identificación. El yo-idea: vive
su yo a través de su idea.

Esto nos condena, mientras eso funcione, a vivir en la mente, porque las
ideas están en la mente, con lo cual se consuma definitivamente el
desplazamiento del fondo a la mente.
El yo: de la autenticidad a la identificación

El yo ideal: la proyección a la que tiendo

Esa vida que es, se coloca en el exterior, a través del mecanismo de la


proyección. Los dos mecanismos fundamentales de la construcción del
personaje, del ego, son identificación y proyección. El niño va a
proyectar eso que es, esa "idea-tapón" que no le permite vivir en un
modelo ideal, lo que se llama un yo-ideal, que se afanará en alcanzar.

Toda la inestabilidad emocional que vivimos, está en función de este


dial, que va del yo-idea al yo-ideal. Los dos puntos álgidos de este dial
son la depresión y la euforia.

Y esta dinámica se traslada a todos los ámbitos de mi vida: a las


relaciones, las ideologías, la política, la religión; todo es una
interpretación.
El yo: de la autenticidad a la identificación

No hay una apertura real a las circunstancias y a la vida, porque todo


está interpretado en clave egocéntrica.

Esta estructura yo-idea y yo--ideal se le llama el personaje: la


estructura que conforma el yo-ideal y el camino de ese yo-idea hacia el
yo-ideal.

Hay todo un tiempo: el yo-idea es el pasado, el yo-ideal el futuro, y el


personaje es, en cada momento, el presente relativo.

En todo este camino de ir hacia ese yo-ideal, uno va desarrollando un


yo-experiencia: Esto no se desarrolla desde el gozo sino que desde la
tensión al estar obcecado por la idea de llegar a ese objetivo.
El yo: de la autenticidad a la identificación

Este montaje nos aleja de una vida en presente, limpia, directa,


profunda, auténtica, sin esta permanente tendenciosidad, que de
alguna manera está haciendo que vivamos aislados, con la falsa
pretensión de acercarnos a los demás, pero encerrados en nosotros
mismos. Sólo podremos acercarnos a los demás y a la vida cuando
soltemos a este personaje.

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