• Durante la época del Imperio Romano, el hombre se consideraba
un cúmulo de virtudes dentro de las cuales no existía el
concepto de trabajo. Consideraban que únicamente las bestias y los esclavos debían trabajar. • Con este tipo de conceptos sobre el trabajo, no es de extrañar que en roma no existiera el derecho Laboral y mucho menos que hubiesen leyes al respecto. Era mucho más importante legislar el sector humano en cuestiones civiles, y por tanto fue el Derecho Civil el que caracterizó el mundo jurídico de la antigua Roma. • A pesar de que la agricultura formaba parte de las principales actividades el Imperio, el hecho de tener una actividad de tipo comercial, como panadero, zapatero....etc. venía siendo cosa de extranjeros y por tanto nadie se molestaba en interferir o en intentar legislar dichas actividades. a estas personas simplemente se les reconocían honores públicos y es de aquí de donde ha derivado la palabra "honorarios" en referencia al hecho de ganarse un sueldo. El esclavo no era considerado jurídicamente una persona susceptible de ser titular de derechos sino una cosa, una mercancía viva del cual el señor podía servirse, cederlo temporalmente o transferirlo. Existió la locatio conductio operarum que sirvió para designar al hombre libre aparece en las Institutas de Justiniano, de debía obediencia al empleador, se caracterizo por la mas absoluta sumisión al locador. Existio la locatio conductio operis calificada por la escuela bizantina mediante el cual el locador tenia libertad para desarrollar la labor según sus conocimientos. Durante la edad media surgió el famoso Feudalismo, que viene a ser algo así como que trabajen todos y que cobre uno. Se basaba en grandes extensiones de tierra cuya propiedad pertenecía al estado a la nobleza y que debían por tanto pagar altos intereses para poder sobrevivir. En esta época estuvo vigente la servidumbre cuyo núcleo esta representado por la relación entre el siervo y el señor, el siervo debía fidelidad y trabajo a cambio que el señor les entregue protección y usufructo de la tierra. Sin embargo quien se beneficiaba era el señor feudal y la Iglesia Catolica. Fue al final de la Edad media cuando surge, gracias a la revolución industrial, una nueva ideología que viene a decir que la riqueza no se centra exclusivamente en tener o no propiedades de Tierra. La revolución industrial nos enseñó que la riqueza no solo se obtiene por nacer en una familia noble, que en cualquier parte hay oportunidades de crecer, que las necesidades humanas pueden ser satisfechas y gracias a ello uno puede enriquecerse. Nace el concepto del "consumo". Surgen las grandes fábricas, los grandes mercados y la nueva maquinaria que ala vez fomenta nuevos sistemas de producción y nuevas necesidades sociales. Nace la gran competencia. En 1791 el poder político comienza a perder fuerza en favor de los trabajadores, en Francia aparece la llamada "Le chatelier" que concede a los trabajadores el derecho a asociarse y a formar corporaciones sin riesgo a ser encarcelados o vejados. La aparición del sistema capitalista resulta de diversos fenómenos históricos ocurridos entre el siglo XVIII y comienzos del siglo XIX los cuales aceleran el fin del régimen feudal entre estos hechos destacan en desarrollo del mercado en las ciudades y la conformación de una burguesía mercantil urbana. El paso de la manufactura a la fase industrial del capitalismo especialmente la utilización de la maquina a vapor cuyo uso incrementa la producción y reduce los costos de producción. Las revoluciones burguesas como por ejemplo en Francia en el siglo XVIII permite el surgimiento de una nueva clase de burgueses permitiendo eliminar las trabas que se oponían al libre intercambio de mercancías y la contratación de fuerza de trabajo acorde con las exigencias del capitalismo. La ubicación del trabajo asalariado en el centro del sistema económico genero la división de la estructura social en dos estratos básicos: el de los trabajadores asalariados que precisan vender su fuerza de trabajo para subsistir y de los empresarios capitalistas propietarios de los medios de producción generando el conflicto de intereses que opone a ambas posiciones. Aparecen así los postulados liberales como una primera respuesta a la ideología antes señalada buscando la libertad e igualdad formales pretendiéndose la contratación de la fuerza de trabajo que requería el capitalismo en expansión. Sin embargo la superioridad económica de los empresarios y el estado de necesidad de los trabajadores debido al exceso de la oferta y la demanda permitieron que fueran aquellos quienes impusieran las condiciones de contratación. El poder de los empresarios contra los trabajadores provoco los mas grandes abusos, sometiéndolos a las mas aberrantes y duras condiciones de vida, con jornadas laborales de mas de 15 horas, insalubridad en las fabricas y con mano de obra trabajadora a partir de los 6 años de edad. • La evolución ha sido muy lenta, debieron pasar siglos, crisis y humillaciones entre otras formas bochornosas de humillación del hombre para que a mediados del siglo XIX se dieran forma a las primeras leyes o normas regulatorias de los que hoy llamamos derecho del trabajo. • La Ley Inglesa de 1802 resulta el primer intento legislativo de una norma laboral, aunque contenía muchas deficiencias y errores, establecía la protección infantil y la regulación de ciertas condiciones de trabajo. • Paralelamente en países como como Alemania se legislaba sobre las condiciones de trabajo y seguridad social; Italia sobre la protección de menores ; España sobre el Instituto de reformas sociales; ya en nuestro continente se creaba la oficina de estadísticas laborales el EE.UU. y en Brasil de instauran normas de protección infantil a mediados de 1890. Se tiene como punto de partida la Constitución Política del Perú de 1823 que erradica formalmente la esclavitud y por ende el trabajo forzoso. Posteriormente la Constitución Política de 1828 en su art. 158 dispuso que “todos los ciudadanos pueden ser admitidos a los empleos públicos, sin otra diferencia que la de sus talentos y virtudes”. Esta disposición puede ser considerada como uno de los bastiones de los actuales derechos- principios fundamentales de igualdad de oportunidades sin discriminación, de acceso al empleo en función del mérito y de progresividad. • Seguidamente, la Constitución Política de la República Peruana de 1834 reguló de manera genérica algunas disposiciones de índole laboral. Así, en primer lugar, a través de su artículo 159º contuvo una regulación idéntica a la de la Constitución precedente, de manera que se indicaba en dicha norma que “todos los ciudadanos pueden ser admitidos a los empleos públicos, sin otra diferencia que la de sus talentos y virtudes. • Los inicios del siglo XX traen consigo la aparición de las primeras organizaciones sindicales, básicamente provenientes del ramo textil. De esta manera, empezaron a suscitarse diversas manifestaciones, sin embargo, en abril de 1911 se realizó la primera huelga general, la cual tenía como consigna el establecimiento de una legislación que observe una jornada de ocho horas de trabajo para todos los establecimientos industriales y comerciales, una ampliación de las compensaciones a los trabajadores, vivienda para la clase trabajadora, luchar contra el desempleo y ampliar la educación pública y medidas de protección para los campesinos indígenas de la sierra. Posteriormente, y en el contexto de la post primera guerra mundial, se dictaron cuatro leyes de suma relevancia: la Ley Nº 2760 del 26 de junio de 1918 que se refería a la inembargabilidad de los sueldos y las pensiones de los empleados públicos y los salarios de los obreros salvo por obligaciones alimentarias; la Ley Nº 2851 del 23 de noviembre de 1918 que establecía reglas de protección laboral a favor de las mujeres y los menores; la Ley Nº 3010 del 28 de diciembre de 1918 que reguló el descanso dominical y en los días feriados; y, finalmente, la Ley Nº 3019 del 27 de diciembre de 1918 que impuso a los empresarios la obligación de dotar de habitaciones a sus obreros y familiares si el establecimiento industrial estaba más de un kilometro de los centros poblados. Posteriormente, la Ley Nº 5119 modificó la Ley Nº 4916, estableciendo el derecho a la indemnización también en los casos de renuncia del empleado. Mediante el Decreto Supremo de junio de 1928 se reglamentó Ley Nº 4916. Finalmente, mediante la Ley Nº 6871 del 2 de mayo de 1930 se creó un juzgado de trabajo con el objeto de atender las reclamaciones de los empleados en el marco de la Ley Nº 4916. Seguidamente, por virtud de la Ley Nº 9679 del 11 de diciembre de 1942 se creó el Ministerio de Justicia y Trabajo, el que años después fuese reemplazado en parte por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Indígenas creado por la Ley Nº 11009 del 30 de abril de 1949. • A continuación, se dictaron el Decreto Ley Nº 18668 del 1 de diciembre de 1970 y el Decreto Supremo Nº 003- 71-TR, mediante los cuales se facultó a las autoridades administrativas a la imposición de multas a los empleadores de la verificación de incumplimientos laborales; asimismo, se establecieron las nuevas facultades de los inspectores laborales y el procedimiento de inspección laboral. • Se ha efectuado un breve recuento de las principales normas de índole laboral dadas durante el periodo de 1920 hasta 1979, fecha en que se promulgó una nueva Constitución. En efecto, el 12 de julio de 1979 se instituyó una nueva Constitución, la que, a diferencia de las anteriores, se caracterizó por la prolija regulación que le dio al trabajo, pero esencialmente por otorgarles la calidad de derechos fundamentales a una serie de derechos que emanan de la relación laboral. Así, entre las principales normas sobre el particular se establece la protección constitucional de la remuneración, la equidad remunerativa y por primera vez a nivel constitucional se consagra el derecho a la remuneración mínima vital y su forma de reajuste. De igual manera, se consagra el derecho fundamental a una jornada ordinaria de trabajo de ocho horas diarias y de cuarenta y ocho horas semanales, determinándose la posibilidad de fijar colectiva o individualmente una jornada menor, pero jamás mayor. Asimismo, se prevé el trabajo en sobretiempo, el trabajo nocturno, el descanso semanal y anual, el pago de la compensación por tiempo de servicios, y de gratificaciones, bonificaciones y demás beneficios que señala la ley o el convenio colectivo. la Constitución Política de 1993, norma magna que limitó ciertos derechos concedidos por la Constitución anterior, incluso le restó nivel constitucional a muchos de ellos. Por otra parte, la Constitución Política del Perú consagra expresamente tres principios fundamentales, que son el de igualdad de oportunidades sin discriminación, el carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la ley, y el de la interpretación favorable al trabajador en caso de duda insalvable sobre el sentido de una norma. A diferencia de Constitución anterior, la vigente Constitución no otorga una protección directa contra el despido injustificado, pues esta norma fundamental establece que “la ley otorga al trabajador adecuada protección contra el despido arbitrario”. ( Néstor Del Buen Lozano), es el conjunto de normas relativas a las relaciones que directa o indirectamente derivan de la prestación libre, subordinada y remunerada de servicios personales, y cuya función es producir el equilibrio de los factores en juego, mediante la realización de la justicia social. Para Mario de la Cueva El Derecho individual del trabajo es el conjunto de normas que fijan las bases generales y deben regular las prestaciones individuales de servicios, a efecto de asegurar a los trabajadores la vida, salud y nivel decoroso de vida. Según el profesor Rafael Caldera "El derecho del trabajo es el conjunto de normas jurídicas que se aplican al derecho social-trabajo, tanto por lo que toca a las relaciones entre las partes que concurren a él y con la colectividad en general, como al mejoramiento de los trabajadores en su condición de tales". Según Teófila Díaz Aroco “el trabajo es la actividad física que implica esfuerzo físico y mental consciente libre y voluntario para producir bienes y/o prestar servicios recibiendo un ingreso o retribución para satisfacer las necesidades primarias y secundarias; actividad que permite al ser humano alcanzar su realización personal, su dignificación contribuyendo al perfeccionamiento que Dios le ha entregado influyendo en el desarrollo socioeconómico y de la civilización en general”. Conjunto de normas y principios teóricos que regulan las relaciones jurídicas entre empleadores y trabajadores y de ambos con el estado, originado por una prestación voluntaria, subordinada, retribuida de la actividad humana, para la producción de bienes y servicios. "No se presume la gratitud del trabajo". Etimológicamente El vocablo trabajo, travail (francés), trabaglio (italiano), trabalho (portugués), proviene de la voz latina tripalium (tripalis). Dificultad, esfuerzo, impedimento, molestia. Ocuparse en obra, ejercicio o ministerio. Acción de los esfuerzos. Desde una concepción puramente física, mecánica y natural, trabajo es la fuerza capaz de modificar el estado de reposo o de movimiento de un cuerpo. Concepto Se define el trabajo humano como “la acción del hombre sobre la naturaleza y de esta manera convertirse en señor de ella en vez de ser su esclavo” (Antonio Vásquez Vialard) Concepción Jurídica Socio Económica Objetivo y finalidad: “ Trabajo es la actividad humana que implica esfuerzo físico y mental consciente, libre y voluntario, para producir bienes y/o prestar servicios, recibiendo un ingreso o retribución para satisfacer las necesidades primarias y secundarias; actividad que permite al ser humano alcanzar su realización personal, Es la rama de la ciencias jurídicas que tiene por objeto el reconocimiento y protección de los fines vitales del trabajo humano ” (Celso Becerra) “ El derecho del trabajo gobierna el trabajo subordinado, el trabajo dependiente ” ( Juan D. Pozzo ) “ Es un instrumento para asegurar un orden social, que en cierta manera viene a ser un compromiso entre los principios de la justicia y la efectiva distribución del poder. ( Antonio Vásquez Vialard ) El trabajo es un fenómeno social ◦ Es social porque permite al ser humano conseguir su realización y autosatisfacción personal e interactuar con sus semejantes, alcanzando de esta manera el reconocimiento de la sociedad y el Estado. • El trabajo es un fenómeno económico Es económico porque le otorga al trabajador la posibilidad de conseguir una remuneración equitativa , justa y suficiente que le permitirá insertarse en el mercado a través del intercambio de bienes y servicios; así como por medio del trabajo eficiente se puede aumentar la productividad y competitividad de las empresas y del país. El trabajo es un fenómeno jurídico Es un fenómeno jurídico porque en la actualidad su ejercicio presupone la existencia de una regulación estatal previa. Naturaleza jurídica. La determinación de la naturaleza jurídica del Derecho Laboral es de utilidad teórico-práctico evidente para sistematizar las normas, establecer la jurisdicción competente y determinar las sanciones punitivas en los casos de transgresión por los destinatarios de aquellas. El tema ampliamente debatido ha originado distintas direcciones doctrinarias nominadas así: Publicista: tendencia según la cual el Derecho del trabajo es Derecho Público. Privatista: sostiene que pertenece al campo del Derecho Privado. Dualista: esta posición afirma que es un derecho mixto por cuanto las normas laborales protegen el interés individual y colectivo. Frente a la clásica distinción entre Derecho Público y Privado otros juristas afirman que el Derecho Laboral constituye un tercer género nuevo e independiente de aquellos. Le asignan por tanto una naturaleza Sui Géneris. La solución más aceptable desde los ángulos científicos y filosóficos con base en los sujetos y fines de la relación jurídica es la que manteniendo incolumne la sustantividad del Derecho Laboral le atribuye naturaleza dualista o mixta. Ya que lo integrado de modo inescindible instituciones del Derecho Público y del Derecho Privado. En la época contemporánea de nuestro siglo, el Derecho Laboral sólidamente estructura como núcleo de principios, instituciones y normas legislativas codificadas, presenta caracteres prominentes que lo distinguen de las ramas tradicionales de la Ciencia Jurídica. Los enunciaremos del modo siguiente: Constituye una nueva rama no tradicional del Derecho Positivo. Su estructuración como cuerpo de doctrinas y sistema de normas para dar soluciones justas a la cuestión social, es reciente. Se propone primordialmente: primero, asegurar un mínimo de derechos y garantías para la prestación del trabajo, compatibles con la dignidad de la persona humana; segundo, compensar la inferioridad económica de los trabajadores en relación de dependencia frente a los empleadores, otorgándoles protección jurídica preferente, en consonancia con las posibilidades económicas de cada país. Es una rama jurídica diferenciada de las demás, por referirse a las relaciones jurídicas establecidas entre personas determinadas (trabajadores) que ponen su actividad física o intelectual, en forma subordinada, al servicio de otras que la remuneran (empleadores) y a las de éstos y aquéllos con el Estado, en su carácter de ente soberano, titular de la coacción social. Es una rama jurídica autónoma porque contiene principios doctrinarios propios y especialización legislativa, independiente del Derecho común. Consagra la moderna concepción dignificadora del trabajo como función social, para separarlo del ámbito de las relaciones puramente patrimoniales que lo consideraban una simple mercancía. Está destinado a superar la lucha de clases. El Derecho del trabajo ya no constituye un derecho de clases, como lo fue en sus orígenes, en que obliterando el principio de la igualdad jurídica. Tiende a la unificación internacional y a la codificación. Se debe a razones predominantemente económicas, la estructuración de un Derecho universal del trabajo. Las leyes del trabajo son de orden público. Parar precisar esta característica, es necesario determinar el concepto jurídico de orden público, a fin de no confundirlo con el Derecho Público. En éste, entra como sujeto de la relación jurídica el Estado, ente soberano, y el fin propuesto es el interés general, cuyo cumplimiento es forzoso. El sistema de fuentes regulado por la Constitución Política del Perú consagra diversos tipos normativos principalmente las normas con rango de ley y aquellas con rango reglamentario. La expresión fuente del derecho se usa para designar las diversas formas o maneras que el derecho encuentra para manifestarse a través de las normas jurídicas, es decir, como el orden jurídico brota para su observancia y aplicación, tal como hay que remontar la corriente de un río, hasta llegar a las fuentes de donde brotan sus aguas. Las principales fuentes del derecho laboral peruano son: 1. La Constitución. 2. Los tratados. 3. La Ley, Decreto Legislativo, decreto de urgencia. 4. El reglamento. 5. Convenio Colectivo. 6. Reglamento interno de trabajo. 7. La Costumbre. 8. La jurisprudencia 9. El contrato de trabajo. La Constitución: Es la manifestación de la soberanía popular. Esto le brinda el respaldo de ser la norma suprema del Estado. Por eso es el lugar ideal para regular i determinar de manera general las fuentes del derecho. El que sea la norma suprema significa que prevalece sobre las demás normas y obliga a todos (tanto a los poderes públicos como particulares) a observar el incumplimiento de manera ineludible. La importancia que tiene la Constitución, desde el punto de vista del derecho laboral radica en que establece los principios y derechos humanos laborales que deben ser las guías de todo el ordenamiento. Constitución de 1993.- Sobre la Constitución vigente, queremos resaltar dos cuestiones: cuál es la función que le otorga al trabajo en el contexto social y cómo regula los derechos y principios laborales. El trabajo aparece en la Constitución como un deber y un derecho y como base del bienestar social y medio de realización personal (artículo 22). Bloque de los derechos laborales: La igualdad ante la ley y la no discriminación (numeral 2 del artículo 2), con aplicación por cierto no reservada al ámbito laboral; la sindicación, en el marco del derecho de constituir diversas formas de organización jurídica sin fines de lucro (numeral 13 del artículo 2); y la libertad de trabajo (numeral 15 del artículo 2). Derechos fundamentales: El proceso de amparo, en concreto, puede utilizarse frente a la vulneración o amenaza de los derechos constitucionales y no sólo los que de ellos sean fundamentales. La Constitución sí se ocupa de tres temas que conforman el núcleo del Derecho Individual del Trabajo: la cuantía de la remuneración, la duración de la jornada y de los descansos, y la duración de la relación laboral. En lo que respecta a la remuneración, no se abandona, pese a la perspectiva neoliberal que preside el texto, el concepto de remuneración mínima (artículo 24), producto por excelencia de la intervención niveladora del Estado sobre las desigualdades sociales. Aunque se suprime la referencia al reajuste periódico de aquélla. La jornada ordinaria se fija en 8 horas diarias o 48 semanales, como máximo (artículo 25), permitiendo que se supere el primer tope si se respeta el segundo. El tiempo de trabajo que exceda de esas barreras debe, por tanto, tratarse como jornada extraordinaria. Correlativamente, se reitera en el mismo precepto, el derecho a los descansos remunerados, semanales y anuales. Asimismo, se regula el despido, aunque en este caso con una redacción ambigua: “La ley otorga al trabajador adecuada protección contra el despido arbitrario” (artículo 27) El tratado puede ser definido como el acuerdo de voluntades entre dos a mas sujetos de derecho internacional con capacidad de concretarlo, celebrarlo en forma verbal o escrita, regido por el derecho internacional y destinado a crear. Modificar o extinguir derechos de este ordenamiento. La actual Constitución Política de 1993 en el inciso 4 del art. 200 atribuye rango de ley a los tratados sin hacer distinción alguna entre tratados celebrados por congreso, vía resolución legislativa y aquellos ratificados por el Presidente de la Republica, vía decreto supremo. Mención especial merecen los tratados de derechos humanos según al art. 3 de la Constitución que hayan o no sido ratificados por el Perú puedan ser considerados de rango constitucional en nuestro ordenamiento jurídico. Es la fuente estatal por excelencia para la regulación de los derechos laborales. En tal sentido si bien es cierto la Constitución es la norma suprema del Estado, los preceptos y mandatos allí contenidos necesitan mayor amplitud de desarrollo para ser aplicados a situaciones concretas. Es una norma jurídica que emana del Poder legislativo que manda, prohíbe o permite hacer algo. Su función es similar al que se otorga a la ley, la diferencia radica en que aquel es una norma producto de la delegación de la potestad legislativa que tiene el Congreso al Poder ejecutivo para que produzca normas equivalente a la ley, recibe el nombre de decreto legislativo, pero es para situaciones excepcionales, por delegación de funciones con una ley autoritativa y por un tiempo limitado. De acuerdo al art. 118 inciso 19 de la Constitución solo pueden tratar de materias económica financiera en este sentido su naturaleza es excepcional, por ello deben afectar únicamente a los derechos laborales económicos regulados en la ley de presupuesto y otras normas conexas. Es el acto normativo del Poder ejecutivo por lo general se presentan con decretos supremos que son emitidos por el Presidente de la Republica. Su función es ejecutar reglamentar las leyes, decretos legislativos y otras normas con rango de ley dentro de los limites que estas han fijado, solo se expide si la Ley necesita precisiones. El convenio colectivo es la fuente por excelencia del Derecho del Trabajo. Es el acuerdo al que arriban los trabajadores con sus empleadores luego de una negociación colectiva en la que se discute el pliego de reclamos, la misma que puede lograrse a través del trato directo o a través del auxilio de una persona o entidad, que aproxime las posiciones en discordia (intervención de tercero no dirimente: conciliación y mediación), o bien que resuelva el conflicto en sustitución de ellas (intervención de tercero dirimente: arbitraje). Sólo en este último caso, el producto será un laudo arbitral, mientras en todos los anteriores será un CONVENIO COLECTIVO DE TRABAJO. Nuestra Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, dispone en su artículo 70º, que cualquiera sea el producto, tiene la misma naturaleza y surte los mismos efectos. Un factor estructural en la relación laboral es el reconocimiento al empleador de un poder de dirección, que le permita organizar la producción y el trabajo. En ejercicio de este poder, el empleador puede impartir órdenes a los trabajadores a su cargo, con las limitaciones que la ley establece, ya sea de modo singular, a cada trabajador, ya sea de modo general, estableciendo reglas de cumplimiento obligatorio en la empresa o parte de ella. En este último caso, los mandatos constituyen propiamente normas, mientras en el primero no. Pues bien, el cuerpo que aglutina las principales reglas dictadas por el empleador, es justamente el REGLAMENTO INTERNO DE TRABAJO (RIT). Su producción es potestad unilateral del empleador. Nada impide que, sin embargo, éste acuerde con la organización sindical, expedir todas o algunas de dichas reglas por convenio colectivo. Dicho Reglamento de trabajo debe ser aprobado por el ministerio de Trabajo y es obligatorio para las empresas que cuenten con más de 100 trabajadores. La costumbre es una práctica reiterada que genera en la comunidad en la que se da, la convicción de que produce derechos y obligaciones para sus miembros. Se constituye, pues, de la combinación de un elemento objetivo: la repetición generalizada y continuada de una conducta determinada, y otro subjetivo: la creencia de que surgen de ella reglas obligatorias. En nuestro medio, la jurisprudencia ha exigido la repetición de un comportamiento a lo largo de dos años para la formación de una costumbre. Es el conjunto de fallos o sentencias emitidas por los altos tribunales de Justicia y que sirven de modelos para aplicarse de manera similar a situaciones análogas que se presenten con posterioridad. Es la interpretación jurisdiccional del derecho positivo, constituido por el conjunto de decisiones judiciales y en ocasiones administrativas dictadas sobre una misma cuestión o asunto, en el mismo sentido y en especie análogas. Su misión es completar lo que dicen las costumbres y aplicar las mismas a la diversa variedad de casos nuevos. Cada sentencia que emiten los tribunales contribuye a aclarar, precisar y enriquecer el sistema de normas jurídicas y sirve de ejemplo y apoyo para resoluciones posteriores. Todos los contratos son acuerdos de dos o más partes, mediante los que se crean, regulan, modifican o extinguen relaciones jurídicas patrimoniales. Así lo establece nuestro Código Civil en su artículo 1351. De este modo, tienen una eficacia constitutiva, pero también reguladora. El contrato de trabajo establece, pues, sin duda, derechos y obligaciones para los sujetos laborales individuales. Sólo que esta regulación, de un lado, no es normativa, y del otro, comúnmente no es muy importante.
Aunque para algunos autores, el contrato de
trabajo no es una fuente del derecho, porque sus efectos alcanzan únicamente a las partes que lo celebran; sin embargo de él también emanan derechos y obligaciones. .