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EVENTOS
Aunque sea paradójico, la industria de los eventos es uno de los segmentos
más silenciosos de la economía. Silencio, porque para cualquier persona no
experta en el tema, el sólo conocer las cifras que se manejan en este ámbito
puede llegar a sorprenderlo.
EN LOS MEDIOS DE
COMUNICACIÓN SE VEN POR LO
GENERAL MÁS QUE NADA LOS
RESULTADOS A NIVEL SOCIAL QUE
P R O D U C E D E T E R M I N A D O E V E N T O,
PERO NI SIQUIERA LA PRENSA
ESPECIALIZADA AUSCULTA CON
PROFUNDIDAD LOS ALCANCES DE
ESTE SECTOR.
Las empresas de eventos, incorporan a su actividad, un
sinnúmero de otras pequeñas y medianas compañías que
apoyaban sus actividades. La externalización de servicios
permite que por cada productora de eventos que opera en
alguna ciudad, hay al menos 15 empresas que se benefician
de su desarrollo.
En el ámbito del marketing, es conocida la tendencia a nivel
mundial de que las empresas cada año están destinando
mayores recursos a la producción de eventos dentro de su mix
comercial en desmedro de los canales masivos. Sin embargo,
reflexionar respecto al alcance social, al impacto que puede
producir en el resto de la cadena empresarial, a los beneficios
que puede traer a la comunidad y a la economía el
florecimiento de esta industria en nuestro país nos ayudará a
tener una visión a largo plazo y a encontrar nuestro lugar
en el mercado.
En nuestro país, recién comienza a florecer esta
actividad y ello está estimulando a un gran número
de emprendedores motivados, dinámicos y entusiastas
a desarrollarse profesionalmente y a aprovechar las
oportunidades que se presentan en la creciente
demanda por eventos de nivel.
La clave para el éxito en este
ámbito va más allá de realizar un
evento impecable desde el punto de
vista de la ejecución, va más allá
de lo operativo, aún cuando ello es
importante. El éxito acompañará a
quienes puedan encontrar su
“concepto único”, el elemento
diferenciador, su propia piedra
filosofal.
EL MERCADO Y EL
CONSUMIDOR CHILENO
De la mano con las grandes transformaciones de la economía
nacional, el consumidor chileno ha vivido una dinámica de
cambios tan rápida que muchas empresas productoras de
bienes y servicios han quedado fuera de competencia por no
poder satisfacer a un cliente cada vez más exigente, informado
y consciente de su rol central en el mercado.
En efecto, los cambios de hábitos, estilos de vida, gustos y
preferencias, han ido transformando el panorama social
económico y cultural de nuestro país obligando a las
empresas a ser más flexibles, estudiar más a sus clientes y
adecuar a la nueva realidad sus productos, servicios, la forma
de entregarlos, promocionarlos e incluso de cobrarlos.
En esta carrera han prosperado muchas industrias creativas y
aplicadas que se han adelantado y han ido evolucionando junto
con el consumidor. Por el otro lado están organismos, empresas
y profesionales que no han entendido el cambio y sobreviven
penosamente o simplemente han desaparecido.