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"Recobra tus sueños"

Soñar es fácil, pero alcanzarlos requiere esfuerzo. Lucha por lograr


todo lo que has soñado.
Es muy común abandonar y desechar nuestros sueños. Trabajar por alcanzarlos
demanda constancia y dedicación.

• primer consejo: libérate del cautiverio


El Salmo 126:1-2 dice: Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de
Sión, Seremos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará
de risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las
naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.
• El Señor nos ha liberado del cautiverio del pecado para que podamos
soñar. Es justo que le alabemos y demos gracias por el precio que
pagó por nuestra libertad. En cautiverio no se puede soñar. Incluso los
animales cambian de comportamiento cuando son cautivos. Las orcas
en cautiverio son incapaces de mantener su aleta dorsal erguida. Es
una manifestación de su tristeza y humillación.
• Eres tan libre en Cristo Jesús como los sueños que tengas. Si ya eres
libre, demuéstralo soñando y luchando por alcanzar tus anhelos.
Soñar nos mantiene alertas, ilusionados, activa nuestra fe, nos
impulsa a trabajar y esforzarnos. Cuando eres esclavo de algún vicio,
del sexo ilícito, el soborno, estafa o corrupción, los sueños se
convierten en pesadillas. Satanás quiere esclavizarte para que no
sueñes. Sabe que si puedes soñar es porque eres libre por la sangre
de Cristo. Cuando te liberas de un hábito nocivo y declaras a nuestro
Señor Jesucristo como tu Salvador, la fe de ser alguien y poder hacer
grandes cosas te renueva y te convierte en una persona entusiasta,
llena de proyectos y deseosa de hablar con Dios. Justamente eso me
sucedió el día que le entregué mi vida al Señor.
• Los sueños están directamente relacionados con la mente y el
corazón de cada persona. Si eres avaro y egoísta, difícilmente
tendrás un sueño generoso. Pero si tienes buenas intenciones y
tus sueños se relacionan con el beneficio de muchos, éstos se
adhieren a tu corazón y tu mente, entonces tienes más
posibilidades de alcanzarlos. Si sueñas con ser doctor y sanar a
las personas, ten por seguro que todo obrará a bien. Serás más
exigente y soñarás con un hospital para niños con cáncer. Los
buenos sueños se amplían y fructifican. Por eso es importante
que cuides tu corazón y expandas tu mente. Cuídate de ti mismo
y de tus debilidades porque así cuidas tus sueños.
Dios hace cosas maravillosas con aquellos que tienen buenos
sueños. Él hará algo grande si tu sueño es grande, pero primero
debes ser libre.
• Tus logros serán tan grandes como los sueños que te atrevas a
cultivar. Un día fuimos con unos amigos a la construcción del nuevo
templo. Todos imaginábamos lo que habría en el lugar donde
estábamos. Uno decía: "en esta silla donde me sentaré", otro decía:
"allá tengo mi parqueo reservado", yo también les compartía: "justo
aquí están las gigantescas pantallas que permitirán a todos
aprovechar la Palabra". No hemos soñado con vigas, concreto y
cemento. Hemos soñado con un albergue para miles de personas que
conocerán al Señor. El edificio es sólo un recurso, el sueño es alcanzar
a todos los que imaginamos lavados con la sangre del Cordero y
bautizados en el Espíritu Santo. Seguramente lo veremos realizado,
así como soñamos y alcanzamos a cada uno de quienes hoy integran
Casa de Dios.

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