La difteria es una enfermedad ocasionada por los efectos locales y
sistémicos de la toxina diftérica, un potente inhibidor de la síntesis de proteínas producido por la bacteria Corynebacterium diphtheriae, un bacilo aerobio grampositivo. La enfermedad local es una faringitis grave que de manera característica se acompaña de una seudomembrana con placas en la garganta y la tráquea. Afecta a múltiples órganos, pero el más importante es el corazón, donde la toxina produce una miocarditis aguda. PATOGÉNESIS:
Corynebacterium diphtheriae tiene poca capacidad invasiva y la difteria
se debe a los efectos locales y sistémicos de la toxina diftérica (DT), una exotoxina proteica con características citotóxicas poderosas. Inhibe la síntesis de proteínas en extractos libres de células de prácticamente todas las células eucariotas, desde protozoarios y levaduras hasta plantas superiores y humanos. La producción de la toxina diftérica tiene efectos tanto locales como sistémicos. A nivel local, su acción sobre las células epiteliales conduce a necrosis e inflamación, formando una seudomembrana compuesta de un conglomerado de fibrina, leucocitos y sedimentos celulares. DIAGNÓSTICO:
El diagnóstico inicial de la difteria es totalmente clínico.
En la actualidad no existen pruebas rápidas de laboratorio de suficiente valor para influir en las decisiones relacionadas con la administración de la antitoxina. Los frotis directos de las áreas infectadas de la garganta no son herramientas diagnósticas confiables. El diagnóstico definitivo se logra mediante el aislamiento e identificación de C. diphtheriae a partir del sitio de infección y por la demostración de su toxigenicidad. TRATAMIENTO:
El tratamiento de la difteria se dirige a la neutralización de la toxina con la
eliminación concurrente del organismo. La primera es la más crítica y se lleva a cabo mediante la administración puntual de una antitoxina diftérica, un antisuero que se produce con caballos. Debe aplicarse de inicio porque sólo neutraliza la toxina circulante y no tiene efecto alguno sobre la toxina ya fijada o dentro de las células. C. diphtheriae es susceptible a una variedad de antimicrobianos, incluyendo penicilinas, cefalosporinas, eritromicina y tetraciclina. De ellas, la eritromicina ha resultado ser la más eficaz. Las complicaciones de la difteria se manejan primordialmente con medidas de soporte. Recomendaciones para la antibioticoterapia:
Iniciar la terapia con antibióticos sin esperar el resultado de las pruebas de
laboratorio. Preferiblemente intravenosos (IV) para pacientes que no pueden tragar o están en estado crítico. A la mejoría clínica del paciente y tolerancia oral, cambie a la vía oral (VO). Verificar si hay alergia a la penicilina, el riesgo de anafilaxia es raro. Terapia con antitoxina diftérica (ATD):
La antitoxina diftérica se debe utilizar en los casos sospechosos de difteria
en un entorno hospitalario, son esperar la confirmación del laboratorio. La administración de ATD deber ser en las primeras horas del diagnóstico; cualquier retraso disminuye la eficacia y aumenta la mortalidad. La ATD se aplica en DOSIS UNICA y esta caria de acuerdo con la severidad del caso. Se administra previa prueba de sensibilidad para prevenir reacciones anafilácticas. La ATD neutraliza la toxina de forma circulante (libre), pero no la toxina fijada a los tejidos. Por este motivo debe cumplirse la totalidad de la dosis terapéutica en una sola administración. La ATD se elabora a partir de plasma rico en anticuerpos contra la toxina diftérica, obtenido de equinos hiperinmunizados, por lo cual puede producir reacciones de hipersensibilidad (anafilaxia, reacción febril o enfermedad del suero). Por lo tanto, se requiere realizar prueba de sensibilidad a la ATD. Para la desensibilización se cumple con el siguiente protocolo y se mantiene disponible todo el tiempo el medicamento Epinefrina al 1:1000 para atender reacciones anafilácticas. PREVENCIÓN:
El pilar de la prevención de la difteria es la inmunización. La vacuna es de
gran eficacia. Entre tres y cuatro dosis de toxoide diftérico producen inmunidad mediante la estimulación de la producción de antitoxina. Los individuos completamente inmunizados pueden adquirir una infección por C. diphtheriae, ya que los anticuerpos se dirigen sólo en contra de la toxina, pero la enfermedad es leve. La infección grave y la muerte tan sólo se presentan en individuos no inmunizados o con una inmunización deficiente. La inmunización con toxoide DT evita la enfermedad grave mediada por la toxina (El toxoide es la DT desactivada por formalina). Acciones de prevención y control de la difteria:
Acciones para los contactos.
Búsqueda Activa de contactos y determinación de los grupos de población expuestos en instituciones (guarderías, escuelas, hospitales, centros de trabajo y otros). Quimioprofilaxis del 100% de los contactos del caso, incluyendo el personal de los servicios de salud donde hayan sido atendidos, según pauta de tratamiento definida. Cuarentena de todos los contactos: Restricción selectiva y parcial para la observación, aplicación de medidas sanitarias y prevención de la transmisión. • Desinfección inmediata de todos los objetos que hayan estado en contacto con el enfermo y de todos los artículos contaminados con sus secreciones. • Vacunación con toxoide diftérico tetánico, de acuerdo con el esquema nacional de inmunizaciones, del 100% de la población de la comunidad de donde proceda el caso, siguiendo criterios definidos para los contactos. Acciones en la comunidad: Detección y profilaxis de portadores asintomáticos susceptibles de transmitir la bacteria. Investigación en la comunidad afectada y en los hospitales de referencia que atendieron los casos notificados. Promoción y educación a la población, en especial a los padres de niños pequeños, sobre los peligros de no cumplir el Esquema Nacional de Inmunizaciones.