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UNIVERSIDAD ESTATAL PENÍNSULA DE

SANTA ELENA

FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS


ESCUELA INGENIERÍA AGROPECUARIA
MARÍA FERNANDA SILVESTRE FRANCO
La poda se puede definir como la supresión de cualquier
parte de la planta (hojas, ramas, raíces, yemas, flores, etc)
realizado según el criterio del cultivador con el fin de
obtener un resultado determinado en lo referente a
seguridad, salud, estética o productividad de la planta.
Para producir mejores frutos o florecimiento más intenso.
Para desarrollar y mantener la apariencia o el tamaño
deseado.
Para re-establecer el equilibrio entre las raíces y las ramas
después de que hayan sido trasplantadas.
Para entrenar una planta nueva. La poda estimula el
crecimiento abierto y equilibrado.
Para rejuvenecer arbustos viejos o descuidados. Quitar
tallos viejos y ramas estimula el crecimiento.
Para mantener la salud. La poda de ramas viejas o muertas
mantiene las plantas saludables. El mantenimiento incluye
retirar el crecimiento denso para permitir que la luz y el aire
alcancen al tallo.
• Si las temperaturas permanecen bajas, conviene postergar la tarea
pues el frío afecta los cortes recién hechos: el agua penetra por las
zonas podadas, las congela y literalmente las quema y revienta desde
dentro.
• La poda estimula la formación de yemas.
• No se debe podar en primavera, porque se interrumpe la producción
floral.
• Los árboles y arbustos de floración primaveral temprana se podan
justo cuando las flores comienzan a caer, para estimular la formación
de nuevos brotes.
• Jamás podar un arbusto o árbol de floración primaveral en invierno, ya
que la producción de nuevos brotes y flores se vería seriamente
dañada. Hay que podar siempre después de su floración.
• Las podas de verano, en cambio, estimulan la floración otoñal.
Si la labor de poda ayuda en el desarrollo de la mayoría de
las plantas, a otras las daña o deforma su crecimiento.
Como norma general: SE PODAN las especies de hoja
caduca (que caen en otoño) y NO SE PODAN las perennes.
Claro que en esto, como en todo, hay excepciones.
Los frutales de hoja caduca se podan cuando han botado
todas las hojas.
Nunca en verano ni en pleno invierno.
En primavera se permite un corte menor, sólo si al rebrotar
muestran ramillas secas.
Ciertos árboles, como el tulipero o ginko bilova, almacenan
sus reservas invernales en las ramas: JAMÁS los pode, salvo
suaves despuntes en etapa de crecimiento.
Una buena poda es vital para los rosales.
Aunque por lo común no se podan, sí conviene hacerles cortes de
mantención, siempre DESPUÉS de las heladas: sacar ramas entrecruzadas y
verticales ("chupones") siempre desde la base y abrir "ventanas" hacia el
norte para que entre el sol, en especial si la copa está muy densa.
Este tipo de poda previene contra pestes como la conchuela y fumagina,
amantes de la sombra.
Podar si las ramas de la copa muestran la base seca: puede ser una señal de
que las raíces no son capaces de alimentar toda la planta y necesita
concentrar sus energías.
Cuando las ramas alcanzan un tamaño considerable, prevenir el desganche
con un corte que las mantenga del porte adecuado y proporcional.
Los frutales de hoja persistente no se podan, sólo se limpian después de las
heladas.
Acortar una rama fina.
Se debe hacer el corte justo por encima de una yema (o par de yemas, segun lo
que tenga esa especie), entre 6 y 10 mm. Si se hace más cerca, la yema podría
morir; si más lejos, queda un antiestético tocón que al final morirá no sin antes
consumir energías e incluso puede ser entrada de enfermedades. El corte se
hace en bisel, inclinado unos 45º hacia el lado contrario de la yema en caso de
plantas con yemas alternas. En caso de plantas con yemas opuestas (como el
lilo), el corte se hace recto sobre las yemas.
Las ramas de cierto grosor se deben cortar mediante la técnica del
sacasavia, esto es, dejando junto antes del corte una rama que asegure
la llegada de savia. Para que sea efectiva, la rama sacasavia debe tener al
menos un tercio del grosor de la rama.
Los chupones son órganos similares a las ramas, pero a diferencia de éstas, no
aparecen en la estructura portadora (tronco , rama o raíz) a la vez que se
desarrolla ésta, sino después. Se caracterizan, entre otras cosas, porque están
más débilmente insertadas (lo que puede causar su desprendimiento más
fácilmente que si fuera una rama) y por presentar durante mucho tiempo
corteza de aspecto más joven que el tronco donde se sustenta.
A diferencia de las ramas, los chupones se deben eliminar a ras de la
estructura que los sustenta, pero siempre sin dañar la corteza de ésta. En el caso
de chupones de raíz, hay que desenterrarlos hasta llegar a la raíz y cortar bien a
ras de ella.*Como excepción, hay algunos chupones que pueden ser útiles y
conviene no podarlos. Esto se tratará al hablar de las técnicas de poda.

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