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Cambio climático

Mg. Virginia Vildoso Quique


Definición de Cambio Climático
Por "cambio climático" se entiende un cambio de clima
atribuido directa o indirectamente a la actividad humana
que altera la composición de la atmósfera mundial y que se
suma a la variabilidad natural del clima observada durante
períodos de tiempos comparables.
Por "sistema climático" se entiende la totalidad de la
atmósfera, la hidrosfera, la biosfera y la geósfera, y sus
interacciones.
Por "emisiones" se entiende la liberación de gases de
efecto invernadero o sus precursores en la atmósfera en un
área y un período de tiempo especificados.
Por "gases de efecto invernadero" se entiende aquellos
componentes gaseosos de la atmósfera, tanto naturales
como antropógenos, que absorben y reemiten radiación
infrarroja.
Por "organización regional de integración
económica" se entiende una organización
constituida por los Estados soberanos de
una región determinada que tiene
competencia respecto de los asuntos que
se rigen por la presente Convención o sus
protocolos y que ha sido debidamente
autorizada, de conformidad con sus
procedimientos internos, para firmar,
ratificar, aceptar y aprobar los
instrumentos correspondientes, o
adherirse a ellos.
Por "depósito" se entiende uno o más
componentes del sistema climático en
que está almacenado un gas de efecto
invernadero o un precursor de un gas de
efecto invernadero.
Por "sumidero" se entiende cualquier
proceso, actividad o mecanismo que
absorbe
un gas de efecto invernadero, un aerosol
o un precursor de un gas de efecto
invernadero de la atmósfera.
El convenio de las Naciones Unidas sobre el cambio climático

Tanto históricamente como en la actualidad, la


mayor parte de las emisiones de gases de efecto
invernadero del mundo han tenido su origen en
los países desarrollados, que las emisiones per
cápita en los países en desarrollo son todavía
relativamente reducidas y que la proporción del
total de emisiones originada en esos países
aumentará para permitirles satisfacer a sus
necesidades sociales y de desarrollo.
Conscientes de la función y la importancia de los
sumideros y los depósitos naturales de gases de
efecto invernadero para los ecosistemas
terrestres y marinos.
Recordando también que los Estados, de conformidad con la
Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho
internacional, tienen el derecho soberano de explotar sus
propios recursos conforme a sus propias políticas ambientales y
de desarrollo, y la responsabilidad de velar por que las
actividades que se realicen dentro de su jurisdicción o bajo su
control no causen daño al medio ambiente de otros Estados. ni
de zonas que están fuera de los límites de la jurisdicción
nacional.
Reafirmando el principio de la soberanía de los Estados en la
cooperación internacional para hacer frente al cambio climático,
Reconociendo que los Estados deberían promulgar leyes
ambientales eficaces, que las normas, los objetivos de gestión y
las prioridades ambientales deberían reflejar el contexto
El protocolo de kyoto

El protocolo de Kyoto es un acuerdo internacional que


tiene como objetivo la reducción mundial de emisiones
de seis gases que contribuyen al efecto invernadero y
lograr así atenuar el proceso de calentamiento global
que sufre el planeta. Estos gases son: CO2 (dióxido de
carbono), CH4 (metano), N2O (óxido nitroso),
SF6 (hexafluoruro de azufre), HFC (hidrofluorocarbonos)
y PFC (perfluorocarbonos).
El protocolo de Kyoto nació el 11 de diciembre de 1997
en la ciudad de Kyoto (Japón), cuando los países
desarrollados se comprometieron a reducir sus
emisiones de gases contaminantes.
Para que el protocolo fuera de obligado
cumplimiento debía ser firmado por al menos 55
países y que entre todos ellos sumaran el 55% de
las emisiones mundiales. Esto no se consiguió
hasta que Rusia firmó el acuerdo en 2004, y el
protocolo entró en vigor en el año 2005.
Actualmente lo han firmado más de 140 países y
lo han ratificado unos 128.
El protocolo de Kyoto exige que los países
firmantes alcancen en conjunto una reducción de
aproximadamente el 5% de las emisiones (con
respecto a las de 1990) en el periodo de tiempo
que va desde el año 2008 al 2012.
Los acuerdos de Bali

Los acuerdos de Bali (Bali Package, en inglés) son un


conjunto de medidas de liberalización del 
comercio internacional aprobadas en la Novena Conferencia
de Ministros de la Organización Mundial de Comercio (OMC)
celebrada en Bali (Indonesia) entre el 3 y el 7 de diciembre
de 2013. Es el primer acuerdo global alcanzado por la OMC
desde su fundación en 1995 y es también el primer fruto de
la Ronda de Doha iniciada en 2001.
Las demoras burocráticas y los trámites engorrosos
representan una carga para los comerciantes que participan
en el comercio transfronterizo de mercancías. La facilitación
del comercio -la simplificación, modernización y
armonización de los procedimientos de exportación e
importación- se ha convertido, por lo tanto, en un tema
importante para el sistema mundial de comercio.
El más importante consiste en la simplificación de los trámites
burocráticos en las aduanas para agilizar el paso de bienes y
hacerlo más transparente. Según algunos cálculos esto se
traducirá en un aumento del comercio internacional en un
billón de dólares (730.000 millones de euros).1
Los acuerdos también contemplan la mejora de condiciones de
los países en desarrollo para poder comerciar y les permite,
aunque en un plazo máximo de cuatro años, conceder
subsidios a las explotaciones agrícolas y ganaderas si el
objetivo es proporcionar alimentos baratos a la población más
pobre. El principal impulsor de que se hiciera esta salvedad en
las normas que rigen la OMC fue India que así logró la
aprobación de su programa para almacenar alimentos que
luego podrá vender a su población con fuertes subsidios (algo
prohibido por la OMC
Copenhague

El documento es una referencia para que los gobiernos


negocien un nuevo acuerdo que de continuidad al poco
respetado Protocolo de Kyoto.
El documento, que se distribuyó a los políticos de 192 países
reunidos durante la segunda ronda de negociaciones
intermedias que concluyen el 12 de junio, consta de 160
páginas y pretende ser una referencia para los gobiernos
que participan en la negociación de un nuevo acuerdo
climático.
El documento fue redactado por un grupo de organizaciones
ambientalistas de todo el mundo, contiene un apartado
jurídico que abarca todos los elementos necesarios para
darle al mundo un acuerdo ambicioso y justo que mantenga
a los efectos del cambio climático por debajo de los niveles
de riesgo inaceptables identificados por los científicos.
Copenhague
"Éste es un paso histórico ya que por primera vez en la historia una
coalición internacional de grupos de la sociedad civil ha tomado una
medida similar. Juntos hemos producido el documento legal más
coherente hasta la fecha, mostrando soluciones equilibradas y
creíbles frente a la crisis del clima, basadas en la equidad y la ciencia
", señaló Kim Carstensen, de WWF Internacional.
La adaptación es otro componente clave del Tratado, pues en éste se
describe un Marco de Acción para la Adaptación que incluye
subvenciones, seguros y la compensación por los países más
vulnerables.
El Tratado aboga por un acuerdo jurídicamente vinculante que
consta de tres partes; el Protocolo de Kyoto actualizado para
reforzar los compromisos de los países industrializados; un nuevo
Protocolo de Copenhague que comprendería obligaciones para
Estados Unidos además de opciones para impulsar las economías
bajas en carbono en los países en desarrollo, con el apoyo de los
países industrializados mundo; y, un conjunto de decisiones que
sientan las bases para los próximos tres años.
Acuerdo de Cancún
Los Acuerdos de Cancún son un conjunto de decisiones importantes
tomadas por la comunidad internacional para hacer frente al reto a
largo plazo del cambio climático de manera colectiva y completa en el
futuro, y para tomar ahora medidas concretas con el fin de acelerar la
respuesta mundial. Los acuerdos, alcanzados el 11 de diciembre de
2010 en Cancún, México, durante la 
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, suponen
pasos cruciales hacia planes oficiales de reducción de las emisiones de
gases de efecto invernadero y de ayuda a las naciones en desarrollo
para que se protejan de los impactos del cambio climático y construyan
sus propios futuros sostenibles.
los principales objetivos de los Acuerdos de Cancún son los siguientes:
MITIGACIÓN
* Establecer objetivos claros para reducir a lo largo las emisiones de
gases de efecto invernadero generadas por el ser humando, con el fin
de mantener la subida de la temperatura media mundial por debajo de
dos grados.
* Fomentar la participación de todos los países en la
reducción de estas emisiones, de acuerdo con las
responsabilidades y capacidades de cada país para hacerlo.
TRANSPARENCIA DE LAS MEDIDAS

* Garantizar la transparencia internacional de las medidas


que tomen los países y garantizar que el progresos mundial
hacia el objetivo a largo plazo se examine dde manera
oportuna.
TECNOLOGÍA
* Movilizar el desarrollo y la transferencia de tecnología
limpia para potenciar los esfuerzos de lucha contra el
cambio climático, llevándola al lugar adecuado en el
momento adecuado y de manera que se obtengan los
mejores resultados.
FINANCIACIÓN
* Movilizar y proporcionar mayores fondos a corto y
largo plazo para que los países en desarrollo pueden
tomar más medidas y que estas sean más eficaces.
ADAPTACIÓN
* Ayudar a las personas especialmente vulnerables del
mundo a adaptarse a los impactos inevitables del
cambio climático.
BOSQUES
* Proteger los bosques del mundo, que son un gran
depósito de carbono.
FOMENTO DE LA CAPACIDAD
* Fomentar la capacidad mundial, especialmente en
países en desarrollo, para superar el reto en su
conjunto.
* Establecer instituciones y sistemas eficaces que
garanticen el cumplimiento de estos objetivos.
Acuerdo de Durban

La XVII Conferencia de la ONU sobre cambio climático


de Durban (Sudáfrica) finalizó el 11 de diciembre con el
compromiso de 190 países para crear una hoja de ruta
hacia la reducción de sus emisiones de gases de efecto
invernadero.
El acuerdo global para reducir los gases de efecto
invernadero, que debe ser adoptado en 2015 y entrar en
vigor en 2020, era la condición impuesta por la Unión
Europea (UE) para sumarse a un segundo periodo del
Protocolo, de Kioto, que expira en 2012.
Rusia, Japón y Canadá decidieron no formar parte de
este segundo periodo de compromiso del único tratado
vigente sobre reducción de emisiones, que obliga sólo a
las naciones industrializadas, excepto EEUU.
Aunque los acuerdos alcanzados hoy han sido criticados
por muchos países en desarrollo por su falta de ambición a
la hora de aprobar nuevas reducciones de emisiones, su
objetivo es mantener la subida de temperaturas a menos de
2 grados con respecto a la era preindustrial para finales de
este siglo.
La cumbre de Durban también aprobó el mecanismo de
funcionamiento del Fondo Verde para el Clima, que prevé
unas ayudas de 100.000 millones de dólares anuales a partir
de 2020 a los países en desarrollo para hacer frente al
cambio climático.
Los acuerdos fueron adoptados por los delegados tras dos
noches prácticamente en blanco, en las que las diferencias
entre la UE, EEUU, la India y China estuvieron a punto de
hacer descarrilar la negociación.
Posición peruana respecto a los instrumentos para el control
del Cambio Climático
Las emisiones de GEI del Perú fueron 84
567,62 Gg de CO2 eq en 2012 (sin considerar
Uso del Suelo, Cambio de Uso del Suelo y
Silvicultura - USCUSS), significando solo 0,19
% de las emisiones mundiales de ese mismo
año (WRI, 2014). Sin embargo, se evidencia
un incremento de 29,4 % con respecto al 2000
(que fue de 59 649 Gg de CO2 eq, sin
considerar USCUSS), dado que existe una
fuerte relación entre el crecimiento
económico y el aumento de las emisiones de
GEI en el Perú.
Las consecuencias de posponer una rigurosa
reducción de emisiones implicarían mayores
costos y riesgos, como lo señala el PNUMA
(2014): Niveles globales requeridos de
reducción de emisiones mucho más altos para
el mediano plazo. Mayor financiamiento de
infraestructura intensiva en carbono. Mayor
necesidad de tener que usar todas las
tecnologías disponibles para la gestión de
emisiones en el mediano plazo.
Mayor financiamiento de infraestructura intensiva
en carbono. Mayor necesidad de tener que usar
todas las tecnologías disponibles para la gestión de
emisiones en el mediano plazo. Mayores costos
para la gestión de emisiones en el mediano y largo
plazo, y mayores riesgos de disrupción en la
economía. Mayor dependencia en emisiones
negativas. Mayor riesgo de no cumplir el objetivo
de los 2 °C, lo cual conducirá a desafíos
sustancialmente mayores en relación a los costos y
las necesidades de adaptación.
El desarrollo bajo en carbono es un verdadero reto
para el Perú, ya que aún es un país en vías de
desarrollo y que además depende en gran medida
de actividades primarias como la minería, pesca,
agricultura y tala. En ese sentido, las acciones para la
gestión de emisiones deben alinearse a las políticas
de desarrollo sectoriales para incentivar una
apropiación transversal de la gestión de emisiones y
aprovechar sus co beneficios, como el mejoramiento
de la calidad del aire, la reducción de la pobreza, el
aumento de la seguridad energética, la preservación
de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos,
entre otros.

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