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PROMESA

SÍNTESIS DE LOS TEMAS DE LA HISTORIA


DE LA SALVACIÓN
Las promesas y la fe.
• Dios al prometer da una certeza que no decepciona jamás: “no
es un hombre para mentir ni hijo de Adán para retractarse”
(Num 23, 19). Para él prometer es ya dar.
• En Israel, las promesas son la clave de la historia de la
salvación, es el cumplimiento de las profecías y de los
juramentos de Dios (Gén 22, 16-18; Sal 110, 4; Lc 1, 73).
• En el judaísmo confía en las promesas, pero acentúa el carácter
de recompensa: la garantía del cumplimiento de la promesa es
la obediencia a los mandamientos (Esd 7, 1. 19s). Al contrario,
el cristianismo ve en las promesas la iniciativa de Dios.
Las promesas y la fe.
• Por eso san Pablo preocupado por mostrar que la base de la vida
cristiana es la fe, se ve llevado a mostrar la esencia de las
Escrituras y del designio de Dios consiste en la promesa dirigida a
Abraham y cumplida en Jesucristo (Gál 3, 16-29).

• Heb al presentar una historia de fe en el AT, presenta una historia


de las promesas (Heb 11, 9. 13. 17. 33. 39)

• En el NT se conoce la palabra propia para promesa: επαγγελια,


επαγγελμα, anuncio, noticia, promesa. επαγγελλομαι, anunciar,
dar a conocer, prometer comprometerse a, προεπαγγελλομαι,
anunciar de antemano, prometer de antemano.
Israel, pueblo de las promesas
• Una estructura esencial del AT es presentar a la
promesa de Dios como el fundamento único de la
existencia de Israel.
1. Las promesas a los patriarcas.
• Las diferentes tradiciones combinadas en el Génesis coinciden
en hacer de él el libro de las promesas (Gén 12, 1. 7; 13, 15ss;
15; 17; Sal 105, 8s).
• Éstas comportan siempre un heredero y una herencia, una
descendencia numerosa y gloriosa, una tierra exuberante (cf.
Gén 15, 4-7; 17, 16; 26, 24; 28, 13ss; 35, 12). Siempre
relacionado también con el destino de la humanidad entera.
2. Las promesas de la ley.
• Las promesas dirigidas a los patriarcas implican sus exigencias,
se dirigen a la fe, implican una existencia nueva.

• La ley es la extensión de esas exigencias a todo el pueblo;


supone una promesa anterior y precisa sus condiciones. Las
promesas no son fruto de la justicia del pueblo, sino
manifestación de la generosidad de Dios, que, sin embargo, es
inexorable con el pecado e incapaz de darse a quien no le da su
fe.
3. Evolución de las promesas.
• Las promesas fueron durante largo tiempo terrestres: un hijo,
una tierra, un rey, una prosperidad abundante.
• Deuteronomio les atribuye ya un carácter de felicidad que sacia.
• Con los profetas se espiritualizan y se interiorizan: lo esencial
viene a ser una alianza nueva “pondré mi ley en el fondo de su
ser y la escribiré en su corazón” (Jer 31, 33).
• Los profetas les dirigen las promesas más maravillosas, los
salmistas cantan “YHVH es la parte de mi heredad” (Sal 16, 5;
73, 26) y prometen la herencia de Dios y las bienaventuranzas a
los pobres, los sabios anuncian a los justos “una esperanza llena
de inmortalidad” (Sab 3, 1-5), mientras que los mártires
aguardan la resurrección (Dan 12, 2s; 2Mac 7).
4. Las promesas mesiánicas
Las promesas de Jesucristo.
• 1. Los Sinópticos.
• 2. El Evangelio de Juan
• 3. La promesa del Espíritu.

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