Sie sind auf Seite 1von 7

Cursillo prematrimonial

“Sacramento del Matrimonio”


La fidelidad del amor conyugal

1646 El amor conyugal exige de los esposos, por su misma naturaleza, una fidelidad
inviolable. Esto es consecuencia del don de sí mismos que se hacen mutuamente los esposos.
El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero. “Esta íntima
unión, en cuanto donación mutua de dos personas, como el bien de los hijos exigen la
fidelidad de los cónyuges y urgen su indisoluble unidad” (GS 48,1).
1647 Su motivo más profundo consiste en la fidelidad de Dios a su alianza, de Cristo a su
Iglesia. Por el sacramento del matrimonio los esposos son capacitados para representar y
testimoniar esta fidelidad.
La fidelidad del amor conyugal

1649 Existen, sin embargo, situaciones en que la convivencia matrimonial se hace


prácticamente imposible por razones muy diversas. En tales casos, la Iglesia admite la
separación física de los esposos y el fin de la cohabitación.
Los esposos no cesan de ser marido y mujer delante de Dios; ni son libres para contraer una
nueva unión. En esta situación difícil, la mejor solución sería, si es posible, la reconciliación.
La comunidad cristiana está llamada a ayudar a estas personas a vivir cristianamente su
situación en la fidelidad al vínculo de su matrimonio que permanece indisoluble (Cfr FC; 83;
CIC, can. 1151-1155).
La fidelidad del amor conyugal

1650 Hoy son numerosos en muchos países los católicos que recurren al divorcio según las
leyes civiles y que contraen también civilmente una nueva unión. La Iglesia mantiene, por
fidelidad a la palabra de Jesucristo (“Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete
adulterio contra aquella; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio”:
Mc 10, 11-12).
Sean fieles… ¿?
¿A qué se estarán refiriendo con esto de que sean fieles, que seas fiel, que vivas en
fidelidad?
Palabra en la que muchas veces su contenido es mal interpretado y llevado a un solo pano o
sentido. Pensemos de forma optimista que quieren o pretenden referirse al amplio sentido
cristiano que esta palabra contiene.
La fidelidad como el mayor atributo de Dios, su bondad paternal para con el pueblo de la
alianza. Es esa categoría divina que se revela inmutable, frente a la constante infidelidad del
hombre.
Sean fieles… ¿?

Pretención o deseo en la vida matrimonial es el imperativo a la invitación a vivir en fidelidad, que se


haga una sola cosa con la fidelidad de Cristo hasta la muerte.
Dios es la roca de Israel, este nombre simboliza su inmutable fidelidad. La verdad de sus palabras, la
solidez de sus promesas. Pide y se te dará, es lo que dice Jesucristo en el evangelio de Mateo, de
manera que si le pedimos ser fieles como él, nos dará este don. De manera que hay que orar al Dios
fiel para obtener de él la fidelidad.
La virtud de la fidelidad caracteriza a los que son movidos por el Espíritu Santo. Y solo Dios puede
convertir a su pueblo infiel y darle la felicidad haciendo germinar de la tierra la felicidad que debe ser
su fruto.
Sean fieles… ¿?
¿Dónde se encuentra el modelo de fidelidad no solamente para un cristiano? En aquel siervo
fiel llamado Cristo Jesús. Aquel que cumple las Escrituras y hace la voluntad del Padre. Por
él serán los creyentes fortalecidos y hechos fieles a su vocación hasta el fin (1 Cor. 1,8).
Aún siendo nosotros infieles, él permanece fiel. Por tanto, el título de fieles basta para
designar a los discípulos de Cristo, a los que tienen fe en él. Se refiere esta virtud y don a la
lealtad y buena fe que los cristianos debemos poner empeño en practicar.
La fidelidad es la prueba del amor auténtico.

Das könnte Ihnen auch gefallen