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TIEMPO DE

SER PADRES

Lección 8 para el 25 de mayo de 2019


Desde el momento en que Dios creó al
primer hombre y a la primera mujer, les
invitó a ser padres: “Y los bendijo Dios, y
les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla” (Génesis 1:28).
Aunque lo habitual es que un bebé crezca
bajo la atenta mirada de un padre y una
madre, hay casos especiales en los que
esto no es posible.
Una paternidad responsable
nos lleva a plantearnos
CASOS ESPECIALES
cómo educar a nuestros
hijos para hacer de ellos No tener hijos.
ciudadanos del Cielo.
Padres y madres solos.

LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS


Principios de la educación.
El objetivo de la educación.
Cuando no se alcanza el objetivo.
NO TENER HIJOS
“Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo
aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer” (Génesis 25:21)

Rebeca, Raquel o Ana son ejemplos de mujeres


que deseaban ardientemente tener hijos, pero
no podían. En estos casos, Dios escuchó sus
oraciones (Gn. 30:1; 1S. 1:27).
Abraham y Sara, y Zacarías y Elisabet son
ejemplos de matrimonios resignados a no tener
hijos. Dios, sin embargo, les concedió el don de
la paternidad (Gn. 21:2; Lc. 1:13).
Dios escucha las oraciones, aunque no siempre
las contesta.

Hay parejas que deciden voluntariamente no tener


descendencia. Otras, deciden adoptar hijos y darles un
futuro mejor.
Debemos ser especialmente sensibles con el dolor de aquellos
que, deseando ser padres, no se les concede este privilegio.
PADRES Y MADRES SOLOS
“Dejad todas vuestras En la Biblia tenemos ejemplos de madres
preocupaciones a Dios, porque divorciadas (Génesis 21:14), solteras (Génesis
él se preocupa de vosotros”
(1ª de Pedro 5:7 DHHe)
38:24) o viudas (2ª de Reyes 4:1) que tuvieron
que criar solas a sus hijos.
Hoy en día, esta misma
casuística hace que
hombres y mujeres tengan
que criar a sus hijos sin el
apoyo de su cónyuge.
Esto provoca problemas serios
que dificultan la crianza de los
hijos. Para ellos, es
especialmente importante
confiar en Aquel que nos dice:
“no te dejaré, ni te
desampararé” (Josué 1:5)
Como iglesia, debemos preocuparnos por apoyar
y ayudar a estos hermanos y hermanas en sus
dificultades (Santiago 1:27).
PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando
por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7)

Cada hijo es diferente dependiendo de su orden de


nacimiento, de su temperamento, de su género, etc.
Por ello, necesitamos la ayuda de Dios para poder
educarlos correctamente.
Deuteronomio 6:4-9 provee los fundamentos de la
educación para los padres que desean criar a sus
hijos para que sean adultos responsables, y
ciudadanos del reino de los Cielos. Los padres deben:

Reconocer a Amarlo de Atesorar su Compartirlo


Dios (v. 4). corazón, mente Palabra (v. 6). con los hijos
y espíritu (v. 5). (v. 7).
PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando
por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7)

¿Cómo aplicar estos fundamentos? Usando dos pares de principios:

Instrucción formal: momentos dedicados a


estudiar la Biblia (p.e. el culto familiar)
Inculcar / Hablar
(v. 7)
Instrucción informal: aprovechando las
circunstancias de la vida cotidiana.

Ligar la verdad a nuestras acciones (mano) y


pensamientos (frente)
Atar / Escribir
(v. 8-9)
Que la verdad pueda leerse tanto en nuestra
vida pública (puerta) como privada (postes)
EL OBJETIVO DE LA EDUCACIÓN
“Porque yo sé que mandará a sus
hijos y a su casa después de sí,
que guarden el camino de Jehová,
haciendo justicia y juicio”
(Génesis 18:19a)
El objetivo de los padres cristianos es
hacer de sus hijos verdaderos hijos e
hijas de Dios, inculcarles el amor de
Dios y el anhelo de compartir con
ellos la eternidad.
Para ello, la Palabra de Dios nos
enseña cómo educar a nuestros hijos
para cumplir este objetivo:
Disciplinarlos con amabilidad (Colosenses 3:21).
Enseñarles la Ley de Dios (Salmo 78:5).
Darles buen ejemplo (Génesis 18:19).
Dirigir bien nuestro hogar (1ª de Timoteo 3:12).
Corregirlos (Proverbios 29:17).
EL OBJETIVO DE LA EDUCACIÓN
La Biblia nos muestra tanto ejemplos de padres y madres que criaron a sus hijos con fidelidad,
como de aquellos que mostraron favoritismo, falta de corrección o pecados manifiestos que
dificultaron la educación de sus hijos. Aprendamos de estos ejemplos.

Isaac (Génesis 25:28) Enoc (Génesis 5:21-27)

Elí (1ª de Samuel 3:13) Job (Job 1:5)

Samuel (1ª de Samuel 8:3) Isaías (Isaías 8:18)

David (1ª de Reyes 1:6) Mardoqueo (Ester 2:7)

Manasés (2ª de Reyes 21:6) Eunice (2ª de Timoteo 1:5)


CUANDO NO SE ALCANZA EL OBJETIVO
“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando
fuere viejo no se apartará de él”
(Proverbios 22:6)

Si un hijo abandona la fe y reniega de los principios que


sus padres han querido inculcarle, ¿de quién es la culpa?
Es fácil acusar a los padres de no haber educado
correctamente a sus hijos. Sin embargo, los
padres pueden haber hecho todo correctamente
y, a pesar de todo, el hijo se ha desviado.
Los hijos toman sus propias decisiones y son los
responsables últimos ante Dios por sus
acciones. Ser buenos padres es decisión
nuestra; ser buenos hijos es decisión de ellos.
Cuando un hijo se rebela, los padres deben
mantenerse unidos y establecer límites claros.
Necesitamos oración ferviente, amor y
paciencia; y permanecer a su lado mientras
lucha con Dios. Recuerda que Dios lo ama.
“Padres, ¿estáis obrando con energía incansable en favor de
vuestros hijos? El Dios del cielo nota vuestra solicitud,
vuestra labor ferviente, vuestra vigilancia constante. Oye
vuestras oraciones. Con paciencia y ternura, educad a
vuestros hijos para el Señor. Todo el cielo se interesa en
vuestra obra. Los ángeles de luz se unirán a vosotros
mientras lucháis por guiar a vuestros hijos hacia el cielo.
Dios se unirá a vosotros y coronará de éxito vuestros
esfuerzos. Cristo se deleita en honrar a la familia cristiana;
porque tal familia es un símbolo de la familia del cielo”

E.G.W. (La oración, pg. 234)

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