Desde el momento en que Dios creó al primer hombre y a la primera mujer, les invitó a ser padres: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla” (Génesis 1:28). Aunque lo habitual es que un bebé crezca bajo la atenta mirada de un padre y una madre, hay casos especiales en los que esto no es posible. Una paternidad responsable nos lleva a plantearnos CASOS ESPECIALES cómo educar a nuestros hijos para hacer de ellos No tener hijos. ciudadanos del Cielo. Padres y madres solos.
LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
Principios de la educación. El objetivo de la educación. Cuando no se alcanza el objetivo. NO TENER HIJOS “Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer” (Génesis 25:21)
Rebeca, Raquel o Ana son ejemplos de mujeres
que deseaban ardientemente tener hijos, pero no podían. En estos casos, Dios escuchó sus oraciones (Gn. 30:1; 1S. 1:27). Abraham y Sara, y Zacarías y Elisabet son ejemplos de matrimonios resignados a no tener hijos. Dios, sin embargo, les concedió el don de la paternidad (Gn. 21:2; Lc. 1:13). Dios escucha las oraciones, aunque no siempre las contesta.
Hay parejas que deciden voluntariamente no tener
descendencia. Otras, deciden adoptar hijos y darles un futuro mejor. Debemos ser especialmente sensibles con el dolor de aquellos que, deseando ser padres, no se les concede este privilegio. PADRES Y MADRES SOLOS “Dejad todas vuestras En la Biblia tenemos ejemplos de madres preocupaciones a Dios, porque divorciadas (Génesis 21:14), solteras (Génesis él se preocupa de vosotros” (1ª de Pedro 5:7 DHHe) 38:24) o viudas (2ª de Reyes 4:1) que tuvieron que criar solas a sus hijos. Hoy en día, esta misma casuística hace que hombres y mujeres tengan que criar a sus hijos sin el apoyo de su cónyuge. Esto provoca problemas serios que dificultan la crianza de los hijos. Para ellos, es especialmente importante confiar en Aquel que nos dice: “no te dejaré, ni te desampararé” (Josué 1:5) Como iglesia, debemos preocuparnos por apoyar y ayudar a estos hermanos y hermanas en sus dificultades (Santiago 1:27). PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7)
Cada hijo es diferente dependiendo de su orden de
nacimiento, de su temperamento, de su género, etc. Por ello, necesitamos la ayuda de Dios para poder educarlos correctamente. Deuteronomio 6:4-9 provee los fundamentos de la educación para los padres que desean criar a sus hijos para que sean adultos responsables, y ciudadanos del reino de los Cielos. Los padres deben:
Reconocer a Amarlo de Atesorar su Compartirlo
Dios (v. 4). corazón, mente Palabra (v. 6). con los hijos y espíritu (v. 5). (v. 7). PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7)
¿Cómo aplicar estos fundamentos? Usando dos pares de principios:
Instrucción formal: momentos dedicados a
estudiar la Biblia (p.e. el culto familiar) Inculcar / Hablar (v. 7) Instrucción informal: aprovechando las circunstancias de la vida cotidiana.
Ligar la verdad a nuestras acciones (mano) y
pensamientos (frente) Atar / Escribir (v. 8-9) Que la verdad pueda leerse tanto en nuestra vida pública (puerta) como privada (postes) EL OBJETIVO DE LA EDUCACIÓN “Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio” (Génesis 18:19a) El objetivo de los padres cristianos es hacer de sus hijos verdaderos hijos e hijas de Dios, inculcarles el amor de Dios y el anhelo de compartir con ellos la eternidad. Para ello, la Palabra de Dios nos enseña cómo educar a nuestros hijos para cumplir este objetivo: Disciplinarlos con amabilidad (Colosenses 3:21). Enseñarles la Ley de Dios (Salmo 78:5). Darles buen ejemplo (Génesis 18:19). Dirigir bien nuestro hogar (1ª de Timoteo 3:12). Corregirlos (Proverbios 29:17). EL OBJETIVO DE LA EDUCACIÓN La Biblia nos muestra tanto ejemplos de padres y madres que criaron a sus hijos con fidelidad, como de aquellos que mostraron favoritismo, falta de corrección o pecados manifiestos que dificultaron la educación de sus hijos. Aprendamos de estos ejemplos.
Isaac (Génesis 25:28) Enoc (Génesis 5:21-27)
Elí (1ª de Samuel 3:13) Job (Job 1:5)
Samuel (1ª de Samuel 8:3) Isaías (Isaías 8:18)
David (1ª de Reyes 1:6) Mardoqueo (Ester 2:7)
Manasés (2ª de Reyes 21:6) Eunice (2ª de Timoteo 1:5)
CUANDO NO SE ALCANZA EL OBJETIVO “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6)
Si un hijo abandona la fe y reniega de los principios que
sus padres han querido inculcarle, ¿de quién es la culpa? Es fácil acusar a los padres de no haber educado correctamente a sus hijos. Sin embargo, los padres pueden haber hecho todo correctamente y, a pesar de todo, el hijo se ha desviado. Los hijos toman sus propias decisiones y son los responsables últimos ante Dios por sus acciones. Ser buenos padres es decisión nuestra; ser buenos hijos es decisión de ellos. Cuando un hijo se rebela, los padres deben mantenerse unidos y establecer límites claros. Necesitamos oración ferviente, amor y paciencia; y permanecer a su lado mientras lucha con Dios. Recuerda que Dios lo ama. “Padres, ¿estáis obrando con energía incansable en favor de vuestros hijos? El Dios del cielo nota vuestra solicitud, vuestra labor ferviente, vuestra vigilancia constante. Oye vuestras oraciones. Con paciencia y ternura, educad a vuestros hijos para el Señor. Todo el cielo se interesa en vuestra obra. Los ángeles de luz se unirán a vosotros mientras lucháis por guiar a vuestros hijos hacia el cielo. Dios se unirá a vosotros y coronará de éxito vuestros esfuerzos. Cristo se deleita en honrar a la familia cristiana; porque tal familia es un símbolo de la familia del cielo”