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El tratamiento térmico en el material es uno de los pasos fundamentales para que pueda
alcanzar las propiedades mecánicas para las cuales está creado. Este tipo de procesos
consisten en el calentamiento y enfriamiento de un metal en su estado sólido para cambiar
sus propiedades físicas. Con el tratamiento térmico adecuado se pueden reducir los esfuerzos
internos, el tamaño del grano, incrementar la tenacidad o producir una superficie dura con un
interior dúctil. La clave de los tratamientos térmicos consiste en las reacciones que se
producen en el material, tanto en los aceros como en las aleaciones no férreas, y ocurren
durante el proceso de calentamiento y enfriamiento de las piezas, con unas pautas o tiempos
establecidos.
Desarrollo de los tratamientos térmicos.
Calentamiento hasta la temperatura máxima.
Al empezar algún tratamiento térmico se debe iniciar a la temperatura ambiente la
cual tampoco se deben introducir piezas de más de 200 mm de espesor o diámetro
en hornos cuya temperatura sea superior a los 300 grados.
La elevación de temperatura debe ser uniforme en toda la pieza y se logra
aumentando la temperatura lo más lentamente posible.
La temperatura como mínimo debe de ser un minuto por un milímetro de espesor o
diámetro de la pieza.
Beneficios
Dependiendo de las propiedades deseadas, los beneficios varían e incluyen:
Mecanizado más fácil.
Estabilidad dimensional.
Mejora de las propiedades mecánicas y eléctricas.
El calentamiento por encima de AC₃ tiene por objeto transformar la estructura en austenita,
disolviendo todos los elementos solubles en el hierro y conseguir una homogeneización lo más
perfecta posible. Si el enfriamiento no es lo suficientemente rápido (velocidad superior a la crítica
de temple), tendrán lugar algunas transformaciones antes de alcanzar la temperatura Ms, dando
lugar a una estructura heterogénea y una dureza más baja. Tampoco conviene que la velocidad de
enfriamiento sea demasiado alta, pues puede dar lugar a que se alcance la temperatura de Mf sin
que toda la austenita se haya transformado en martensita, quedando retenida una parte de la
austenita, lo cual conduce también a una estructura heterogénea y una dureza más baja.
Medios de enfriamiento
Los medios de enfriamiento más usados son: agua, aceite y chorro de aire, aunque hay otros; así tenemos
que la inmersión en mercurio u otro buen conductor de calor, produce mayor dureza y fragilidad que la
inmersión en agua, mientras que el enfriamiento en aceite (temple al aceite), endurece sin fragilidad
(debido a la menor acción refrigerante del aceite), y eleva por lo tanto la elasticidad, tenacidad y
resistencia a la tracción del acero.
a) Temple al agua.
Se emplea a temperaturas entre 15° y 20° C. para los aceros al carbón; por este medio el enfriamiento es
más rápido y puede producir grietas a los aceros aleados.
b) Temple al aceite.
Se emplea para aceros al carbón de menos de 5 mm de espesor y aceros aleados, hay aceites
especialmente preparados para este uso, pero se pueden usar aceites de menos de Engler (no. 20),
estando a una temperatura de 50° a 60°C.
2.5 el revenido
El revenido es un tratamiento térmico consistente en proporcionar un calentamiento a una pieza, después
del temple, entre la temperatura ambiente y la de transformación (aproximadamente 730ºC), según el
tipo de acero a tratar, efectuándose un mantenimiento más o menos prolongado, a esta temperatura
seguido de un enfriamiento adecuado.
El revenido tiene como fin disminuir la elevada fragilidad producida por el temple anterior, así como
proporcionar a los aceros una cierta tenacidad, a la vez que se eliminan o disminuyen las tensiones
producidas por el temple. En consecuencia, se debe efectuar el revenido inmediatamente seguido a la
operación de temple. La mayor tenacidad de las piezas revenidas tiene generalmente como consecuencia
una cierta disminución de la dureza conseguida durante el temple. Generalmente se puede decir que, con
la temperatura ascendente de revenido, aumentan la elasticidad y alargamiento y disminuyen la
resistencia y la dureza (a excepción de los aceros rápidos). El efecto del revenido depende de la aleación
del acero, del temple, del espesor de la pieza y del tratamiento aplicado. El efecto del revenido es más
fuerte para piezas de acero poco aleado, de dimensiones delgadas y de mayor contenido en carbono.
Fases del revenido.
El revenido se hace en tres fases:
1.-Calentamiento a una temperatura inferior a la crítica. El calentamiento se suele hacer en
hornos de sales. Para los aceros al carbono de construcción, la temperatura de revenido
está comprendida entre 450 a 600°C, mientras que para los aceros de herramientas la
temperatura de revenido es de 200 a 350°C
2.-Mantenimiento de la temperatura, para igualarla en toda la pieza. La duración del
revenido a baja temperatura es mayor que a las temperaturas más elevadas, para dar
tiempo a que sea homogénea la temperatura en toda la pieza.