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del
Consejero
UNA TAREA PRIVILEGIADA Ps. Vidal Bravo
El Señor Jesucristo, al ver las multitudes
desamparadas como ovejas sin pastor, sin Dios y sin
esperanza de salvación, tuvo compasión de ellas. En
una ocasión, lloró por Jerusalén, porque era una
ciudad rebelde al mensaje de Dios. La pasión de
Jesucristo es la salvación de los pecadores.
Mateo 9:35-38, Lucas 19:41-44.
“Porque
de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su hijo unigénito,
para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna”.
El Señor Jesucristo dio su vida y
derramó su sangre para hacer posible
el perdón y la vida eterna del ser
humano. Por tanto, la salvación del
pecador tiene un alto precio que pagó
nuestro Señor Jesucristo, y a la vez, es
gratuita para el que cree y le acepta
como su Salvador y Señor.
Si el Señor pagó con su vida el costo de la
salvación, la iglesia no debe escatimar ningún
esfuerzo, ni costo alguno para alcanzar a más
personas. Porque el propósito de la existencia
de la iglesia es predicar el Evangelio a toda
criatura, si no está dispuesta a asumir el costo
de las actividades para salvar a la gente,
¿para qué existe la iglesia?
La iglesia tiene que invertir su tiempo,
recursos humanos y económicos, para
llegar a las multitudes con el
Evangelio. Debe priorizar la
evangelización y el discipulado,
haciendo esfuerzos para capacitar a sus
miembros para evangelizar y para
discipular. Ps. Vidal Bravo
El Consejero de Altar debe cultivar
buenas cualidades espirituales y
personales para ser un buen ejemplo
del nuevo hermano en Cristo.
Por otro lado, por lo menos debe
tener un mínimo de capacitación de
cómo realizar su tarea de consejería.
I. ¿QUÉ ES UN CONSEJERO DE
ALTAR?
Un consejero es un miembro de la iglesia,
maduro en la fe y capacitado para tomar y
ayudar a la persona que ha hecho su
decisión de aceptar a Cristo como su
Salvador y Señor. Ayudándole a entender lo
que está haciendo y dándole las
instrucciones básicas de la Palabra de Dios
Se llama Consejero de Altar, porque aconseja al
nuevo creyente que respondiendo a la invitación
del evangelista pasa al altar. El consejero
también pasa al altar y allí empieza su contacto
con el nuevo hermano.