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Elementos que con llevan a la

depresión en la esposa del pastor


Comité nacional de damas Dorcas
País hermano de ecuador
“¿Por qué te abates, alma mía, y
por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios, pues he de alabarle
otra vez. ¡Él es la salvación de mi
ser, y mi Dios!” (Sal. 42.11).
Dios creó un mundo bueno, donde reinaba
la armonía. Cada cosa creada, cada órgano
y sistema, funcionaba como debía ser. Sin
embargo, el hecho de que exista un
Diseñador perfecto, quien creó
perfectamente, no niega el hecho de que
también existió una caída.
Génesis 3 narra que la muerte entró al
mundo perfecto de Dios, y las
enfermedades que antes no existían
comenzaron a aparecer. Todos los
órganos —el corazón, los pulmones, el
hígado, y aun el cerebro— comenzaron a
padecer de disfunciones.
Incluyendo la depresión.
La depresión es una de esas enfermedades
que surgieron fruto de la caída.
La forma de pensar de los seres humanos
se trastornó tanto que Pablo nos advierte:
“Todas las cosas son puras para los puros,
mas para los corrompidos e incrédulos nada
es puro, sino que tanto su mente como su
conciencia están corrompidas” (Tit. 1:15).
SEGÚN LA OMS

La depresión es “un desorden mental


común, caracterizado por una
persistente tristeza o pérdida de interés
en las actividades que normalmente
disfrutarías, acompañada por una
incapacidad de realizar actividades
diarias, por al menos dos semanas”.
Millones de personas, incluidos los cristianos,
sufren de depresión todos los días.
La depresión puede manifestarse como
tristeza, falta de energía, frustración y
miseria prolongada.
 Muy a menudo, los hombres manifiestan
depresión a través de la ira y la agresión.
Hay muchas fuentes diferentes de depresión
y varios tipos.
 La depresión es un desorden complejo. 
Un estudio publicado en 2016 demostró que hay
diferentes subtipos dentro de la depresión
persistente, dependiendo de los síntomas. 
 Se estima que la depresión afecta a aproximadamente
300 millones de personas en el mundo, mayormente
mujeres.
 Sabemos que si hay depresión en un miembro de la
familia, el riesgo de que otros puedan padecerla
aumenta. En personas que ya han padecido de
depresión no es raro que esta se repita durante su
vida. Podemos observar que esta disfunción tiene un 
Depresión reactiva: es, como su nombre lo
indica, provocada en reacción a situaciones
adversas. En general, la depresión
desaparece con el tiempo, a medida que se
resuelve o acepta la situación. La depresión
situacional no es necesariamente mala. A
menudo, es una respuesta razonable y
apropiada al dolor de un mundo caído
  Lamentaciones 3: 1-18.
 Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su enojo.
 Me guió y me llevó en tinieblas, y no en luz;

 Ciertamente contra mí volvió y revolvió su mano todo el día.


 Hizo envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos;


 Edificó baluartes contra mí, y me rodeó de amargura y de trabajo.


 Me dejó en oscuridad, como los ya muertos de mucho tiempo.


 Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho más pesadas mis cadenas;

 Aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi oración;



Depresión clínica: 

es una condición continua que


dura todos los días durante la
mayor parte del día y por más de
dos semanas. La depresión clínica
interfiere con la vida cotidiana en
el trabajo, la escuela y el hogar.
Los hábitos de sueño también se
Depresión crónica: 

 es menos intensa que la depresión clínica, pero puede durar mucho más
tiempo, al menos dos años. Se caracteriza por fatiga, tristeza y malestar
general, y puede ser interrumpido por episodios de depresión clínica. La
depresión crónica produce que uno no se siente bien, pero por lo general no
afecta el estilo de vida ni la capacidad para trabajar.

los que la sufren descubren que tiene ramificaciones en todas las partes de la
vida humana: externa, personal, mental, física y espiritual.
Externa

La depresión tiene un fuerte


componente genético; sin embargo,
muchos episodios depresivos son
provocados por una situación
externa. La muerte de un ser
querido es un desencadenante
común. El estrés sostenido, el
Salmo 143: 3-4

 3-Porque ha perseguido el enemigo mi alma;


Ha postrado en tierra mi vida;
Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.

 Y mi espíritu se angustió dentro de mí;


Está desolado mi corazón.


Personal

Las elecciones personales juegan un papel en la depresión.


Se ha dicho que la depresión es pecado, pero es más exacto decir que el pecado
conduce a la depresión y la alimenta.
La depresión puede ser causada por el abuso del alcohol y las drogas, la ira y el
egocentrismo y otras conductas autodestructivas.
El pecado siempre tiene consecuencias negativas, y parte de cualquier terapia
para la depresión debe incluir un análisis de qué pecados podrían estar
exacerbando la situación (Salmo 32: 3-5).
Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu
mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de
verano. Selah
5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah
 Mental
La depresión es impulsada por sentimientos, percepciones y pensamientos negativos.
 Las creencias no bíblicas sobre el valor y la capacidad de uno a menudo contribuyen a la depresión.
 La Biblia nos exhorta a tomar cautivos los pensamientos (2 Corintios 10: 5), a concentrarnos en la
verdad de una situación y no a una percepción defectuosa (Juan 8:32), y a confiar en la Palabra de
Dios y no en nuestros sentimientos (Salmo 56: 4).
 Lo que una persona piensa, siente y elige creer, sea verdad o no, puede tener repercusiones físicas.
Rehusarse a creer en el poder y el amor de Dios y concentrarse en el quebrantamiento y el dolor
harían que alguien se deprima (Salmo 25: 4-5, 16-19).
 2 Corintios 10:5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,

 Juan 8:32 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


32  y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

 Salmos 56:4 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


En Dios alabaré su palabra;
 

En Dios he confiado; no temeré;


¿Qué puede hacerme el hombre?
 Espiritual
La depresión tiene un elemento espiritual definido. Puede ser una de las herramientas de
Satanás para sacar a los cristianos de la obra del Reino.
 La depresión puede afectar nuestra visión de Dios y socavar nuestra alegría. Es imposible vivir
una vida guiada por el Espíritu sin gozo (Gálatas 5:22; Filipenses 4: 4).
 Algunas veces, la depresión puede ser causada por la actividad demoníaca directa (
1 Samuel 16:14), pero no siempre.
 Cómo manejamos la depresión es un asunto altamente espiritual.
 La Biblia dice que debemos echar todas nuestras preocupaciones sobre Dios (1 Pedro 5: 7). Un
remedio para un "alma abatida" es depositar su confianza en el Dios que salva. ¿Por qué voy a
inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él
es mi Salvador y mi Dios!" (Salmo 42:11).
 Físico
La depresión puede afectar a nuestros cuerpos físicos de varias maneras. Una lesión o
enfermedad puede desencadenar la depresión y luego dificultar la rehabilitación, causando un
círculo vicioso. El insomnio puede hacer lo mismo. La depresión también puede ser causada por
un simple desequilibrio hormonal o químico del cerebro que se resuelve fácilmente con
medicamentos. El tratamiento puede requerir un ataque en varios frentes: medicación temporal
para relajar el cuerpo y aliviar la mente, ajustes a la dieta, confesión de pecado y consejo
espiritual.

La depresión es una condición complicada y multifacética. Estar deprimido no es inherentemente


pecaminoso, y la depresión no siempre es causada por el pecado, ni tampoco indica falta de fe.
Cuando la depresión ataca, la víctima debe hacer que el descubrimiento de la causa y el
tratamiento de la depresión sea una prioridad.

A veces, la víctima de la depresión puede simplemente salir adelante, confiando en que Dios
traerá consuelo y que la situación cambiará. Otras veces, se requiere terapia y medicación. Dios
desea que sus hijos conozcan la alegría. Los ataques de depresión pueden servir para acercarnos
más a Él a través de nuestras luchas (Romanos 5: 3-5; 1 Pedro 1: 6-7). "Podrán desfallecer mi
cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna." (Salmo 73:26).
 En muchos círculos cristianos existe la creencia de que es imposible para un
verdadero creyente deprimirse a menos que esté en pecado, tenga falta de fe
o falta de conocimiento bíblico. Sin embargo, un estudio de la Palabra
demuestra que varios profetas se deprimieron: algunos por su propio pecado
(como David), y otros por el pecado del pueblo (como Moisés). Jeremías se
deprimió porque el Señor le reveló lo que le pasaría al pueblo judío… ¡se
deprimió porque conoció la realidad!  
 Al decir que todos los pacientes deprimidos lo están por haber pecado,
estamos haciendo mucho daño en los que están deprimidos por razones
médicas. Estas personas terminan sintiendo los síntomas típicos de la
depresión y además la culpabilidad por “haber pecado”, cuando muchas
veces no lo han hecho. Generalizar de esta manera convierte a los acusadores
en personas como los amigos de Job, quienes dieron consejos y explicaciones
sin entender completamente la situación.
 No podemos ver la depresión como toda espiritual, o toda biológica, ya que
usualmente es una combinación de ambos componentes. El cuerpo y el alma
están entrelazados. 
 La depresión aumenta la oscuridad típica de la mente caída, resultando en un
corazón más duro y egocéntrico. Nuestro corazón nos engaña (Jer. 17:9).

 Sentimos una especie de nube de duda y temor siempre encima, y una


neblina que no nos deja ver las cosas como son. Comenzamos a pensar que
esto nunca se irá. Los problemas parecen más grandes que las promesas de
Dios, y las heridas y el dolor vencen nuestra fe. Como resultado, perdemos de
vista que este mundo no es nuestro hogar. En vez de buscar las razones para
alabar al Señor, preferimos maldecir nuestra crisis.
 en el caso de Jeremías, la depresión puede ser una respuesta a la realidad
cuando uno se da cuenta de la profundidad de la maldad en el mundo y
nuestra incapacidad de corregirla. Por eso hemos de aprender a confiar una y
otra vez en Jesús, quien venció (Jn. 16:33).
 depresión, este padecimiento frecuentemente es un instrumento en las
manos de Dios para santificación. Si nada escapa la mano de Dios (
Mt. 10:29-33) y Él usa todo para nuestro bien (Ro. 8:28), entonces Él puede
utilizar la depresión para formarnos a su imagen.
Qué hacer en medio de la depresión

 Primero, buscar ayuda. Cristo nos dejó una familia, su Iglesia, porque Él
conoce nuestras debilidades y la necesidad que tenemos.
 Es posible que la depresión sea un llamado de Dios para volvernos al redil y
sanarnos, porque el pecado nos esclaviza y nos separa de Dios. Oseas 6:1 nos
dice: “Vengan, volvamos al Señor. Pues Él nos ha desgarrado, pero nos
sanará; nos ha herido, pero nos vendará”. Sabemos que Jesús, el buen pastor,
dejará las 99 ovejas para buscar a aquel que salió del redil (Lc. 15:4-7).
 En la mayoría de los casos de depresión no producida por un desbalance
químico, la consejería bíblica es suficiente para mejorar. Sin embargo,
particularmente cuando la depresión es severa y la persona no responde a la
consejería, puede ser que la medicación sea necesaria. 
 Si la depresión es por un desbalance químico, la persona necesita buscar
ayuda médica. Aunque la mayoría de las depresiones pueden ser tratadas de
manera ambulatoria, las severas pueden requerir ingreso en un hospital.
Cualquier persona psicótica (depresión acompañada de alucinaciones o
delirios) o con pensamientos suicidas necesita ayuda psiquiátrica inmediata.
 El paciente psicótico requerirá antipsicóticos combinados con antidepresivos,
mientras que las depresiones no psicóticas pueden necesitar antidepresivos e
incluso, en algunos casos, antipsicóticos. Para los casos más severos, cuando
el tratamiento con fármacos no ha sido exitoso, puede recurrirse a la terapia
electroconvulsiva.
 Para el creyente, el tratamiento médico siempre debe ser acompañado de
consejería bíblica; es en la Palabra donde encontramos la verdad.
 El medicamento sin consejería bíblica no llega al raíz del problema, y cada
vez que se trate de suspender los medicamentos la depresión regresará. En
todos los casos, el cuerpo de Cristo debe involucrarse en la vida de la persona
deprimida para sobrellevar la carga unos y de otros, como nos lo manda 
Gálatas 6:2.
 Vivimos en un mundo caído, pecaminoso, disfuncional, y lleno de dolor. 
Romanos 8:22-23 nos dice: “Pues sabemos que la creación entera a una gime
y sufre dolores de parto hasta ahora. Y no solo ella, sino que también
nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos
gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como
hijos, la redención de nuestro cuerpo”.
 El cuerpo humano es una “máquina” inmensamente complicada, creada por
un Dios incontenible. Aunque nuestros cuerpos han sido quebrantados por la
caída y son afligidos por toda clase de enfermedades físicas y mentales,
podemos confiar en que —cuando regrese por los suyos— Dios recreará lo que
Él creó.
Síntomas

 En primer lugar, veamos los síntomas que puede presentar una persona con esta condición. Cuando una persona
está deprimida experimenta síntomas que afectan tanto lo físico como lo espiritual, porque hay una
interrelación entre nuestro cuerpo y nuestra alma, lo que la Escritura describe como el hombre interior y el
hombre exterior (2 Co. 4:16).
 Dentro de los síntomas físicos podemos mencionar la falta de interés en las actividades cotidianas, no cumplir
con sus responsabilidades, la persona no quiere levantarse en la mañana, no quiere cocinar, come mucho o
poco, gana o pierde peso, duerme mucho o poco, o sufre de insomnio, habla mucho o habla poco, culpa a otras
personas de su situación, se torna irritable o se aísla, o tiene dependencia de otras personas porque no quiere
que lo dejen solo.
 Dentro de los síntomas espirituales podemos citar la falta de gozo, el no experimentar el amor de Dios, pensar
que Dios los ha abandonado, el estar centrados en sí mismos y no en Dios, un sentimiento de culpabilidad sin
fundamento, vergüenza, dudas de su salvación, sentirse sin rumbo y propósito en la vida, entre otros.
 Un ejemplo que encontramos en la Biblia de estos síntomas es el de Job en 7:1-7. En el versículo 1 dice que la
vida del hombre es una lucha, un trabajo forzado. Al momento de decir esto Job tenía un sentido de vacío. En
los versículos 3-4 vemos que tenía problemas de insomnio, porque dice que nunca amanecía y estaba lleno de
inquietudes hasta el alba. Los días corrían rápido y no tenía esperanza, era una persona cansada de la vida,
cuyos ojos no volverían a ver el bien (6-7).
Causas

 En segundo lugar debemos evaluar las causas que pueden conducir a la depresión, que también
pueden ser físicas y/o espirituales. Cito a Jim Newheiser: “Los cristianos reconocemos que
tenemos una naturaleza dual – cuerpo y alma (2 Co. 4:16; 5:8), lo que pasa al cuerpo afecta el
alma (Job 2), y lo que sucede al alma puede influenciar el cuerpo (Pr. 14:30; 17:22; 
Salmo 38:1ss). La depresión siempre tiene un componente espiritual y usualmente tiene un
componente físico”.[2]
 Dentro de las causas físicas que contribuyen a la depresión podemos mencionar el efecto
colateral de ciertos medicamentos, enfermedades o trastornos de salud, entre los que
podemos citar: los problemas cardíacos, el hipo o hipertiroidismo, la hipoglicemia o el cáncer,
enfermedades como el Alzheimer, la esclerosis múltiple, derrames cerebrales y tumores en el
cerebro. Tenemos también una alimentación desbalanceada, la falta de ejercicio físico, falta
de sueño y la falta de descanso por un exceso de trabajo.
 Nota: Es importante destacar que para tratar las causas físicas el aconsejado debe acudir a
un médico para descartar cualquier condición de salud que lo esté afectando.
 Causas espirituales
Sentimientos de culpa por pecados no
confesados

 Dentro de las causas espirituales podemos mencionar primero los


sentimientos de culpa por pecados no confesados a Dios. En el Salmo
32 tenemos el caso de David, donde se describen los efectos de haber callado
su pecado luego de su adulterio con Betsabé y el asesinato de Urías heteo,
esposo de Betsabé. Él nos dice que cuando calló su cuerpo se consumió con su
gemir todo el día (v. 3); que sentía la pesada mano de Dios de tal manera que
su vitalidad se desvanecía con el calor del verano (v. 4). Todo esto es un
espíritu de pesadez, de desánimo, abatimiento, tristeza y oscuridad que
había caído sobre David; la vida se había convertido en una carga para él, y
permaneció en esa condición hasta que trató bíblicamente con su pecado y lo
confesó a Dios, y fue restaurado (vs. 5-6; Pr. 28.13).
Respuestas no bíblicas a circunstancias
de la vida

 En segundo lugar, los cristianos se deprimen cuando responden de una manera


no bíblica a las diferentes circunstancias que se presentan en sus vidas, como
son las tareas y las responsabilidades que los abruman, las circunstancias
difíciles, decepciones o pruebas. En Deuteronomio 1:22-29 tenemos el relato
de lo que le sucedió a los israelitas antes de entrar en la tierra prometida.
Cuando recibieron el reporte de los espías que habían enviado a reconocer la
tierra que ellos debían reclamar, se llenaron de temor y se desanimaron, al
oír que había gigantes en esas tierras. Ellos pensaron que Dios les estaba
pidiendo una tarea que ellos no podían llevar a cabo y se decayeron y se
deprimieron.
Auto lástima

 
 En tercer lugar, los creyentes se deprimen cuando sienten auto lástima, como
el caso de Asaf en el Salmo 73. Él tuvo una perspectiva no bíblica de la vida,
ya que veía a los impíos prosperar mientras él pensaba que había sido en vano
haber vivido piadosamente. Esto lo llevó a sentir envidia de ellos (v. 3) y a
deprimirse (vs. 12-14). Cuando vio la vida desde una perspectiva bíblica, él
entendió el fin de ellos y de los privilegios que gozaba, y pudo salir de su
depresión (vs. 16-17).
Sentirse atrapados

 Una última razón es sentirse atrapados en una circunstancia específica a la


que no le ven salida. Esto puede ser una persona que está enferma y visita a
diferentes médicos y no mejora, o el caso de una persona que no puede
cumplir con sus compromisos financieros mes tras mes, y la situación se le va
poniendo cada vez más difícil, o la persona casada cuyo cónyuge le hace la
vida imposible. Una mujer que anhela ser madre y no ha podido salir
embarazada, o la soltera que anhela casarse y no le llega ese compañero.
 Una relación personal con Cristo
 En esa relación, en primer lugar, debemos enseñar al aconsejado que para tratar con la depresión debe tener
una relación personal con Cristo, quien le da el poder y el potencial para vencerla. En Juan 15:5 el Señor nos
dice: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque
separados de mí nada podéis hacer”. Así como la rama depende de la vid para la vida, el vigor y la fertilidad,
asimismo Jesucristo es la fuente de nuestro vigor, ya que todo lo que somos y todo lo que podemos hacer es por
la gracia y el poder que él nos comunica continuamente. Por nuestra unión con él podemos enfrentar y salir
victoriosos de la depresión.
 No importa qué tan difícil sea la situación del aconsejado, qué tan serios sean los problemas, las Escrituras nos
dicen que si los manejamos a la manera de Dios, él nos dará la salida (1 Co. 10:13). Pero el aconsejado debe
decidir a quién creer, si a su corazón que es engañoso y le dice que no hay solución para su situación, o creer a
Dios quien le da la solución por la gracia y el poder de Jesucristo.
 A la luz de esta realidad, debemos explicarle cómo debe apropiarse de los medios públicos y privados de gracia
para crecer en su fe. Podemos ayudarlo a crecer en su relación personal con su Señor, guiarlo en la lectura de
su Biblia, enseñarle a meditar en lo leído, a memorizar textos específicos que apliquen a su situación, a tomar
tiempo para orar con él. Explicarle la importancia de ser miembro de un cuerpo local de creyentes y
congregarse para ser pastoreado y edificado, para poner sus dones en operación en el cuerpo de Cristo y tener
comunión con el pueblo de Dios.
 Hablarse la Palabra
 En segundo lugar, el aconsejado debe cultivar el hábito de hablarle a su alma con la Palabra de Dios. Es importante entender que
todos nosotros tenemos un diálogo interno constante con nosotros mismos, y en lugar de escucharnos debemos aprender a hablarnos
la verdad de la Palabra de Dios como lo hace el salmista: “¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en
Dios, pues he de alabarle otra vez. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!” (Sal. 42:11). El salmista lamenta sus circunstancias, se
encontraba oprimido por sus enemigos y lejos del santuario de Dios, pero a pesar de eso le habla a su alma, invitándola a no
turbarse y motivándola a alabar y esperar en el Señor quien es la única fuente de su salvación y su Dios. Él rehusó centrar su mente
en sus problemas, en sus sentimientos, en sus opiniones o en las opiniones de otros, y en su lugar centró su mente en Dios decidido a
esperar en él como la única fuente de su salvación.
 Asimismo debe aprender a hablarle a su alma con el evangelio que siempre es necesario para tratar espiritualmente con la
depresión. Traer a su mente el recordatorio de que Dios le ama, que su salvación está segura y garantizada, porque cuando era
débil, impío y pecador, enemigo de Dios (Ro. 5:6-10), Cristo murió en la cruz del calvario por sus pecados; ahora ha sido justificado
por la fe, ha sido adoptado dentro de la familia de Dios y ahora tiene paz para con Dios a través de Jesucristo (Ro. 5:1). Ya no tiene
que temer al juicio de Dios.
 Dice Jerry Bridges: “Las buenas nuevas de que nuestros pecados son perdonados gracias a la muerte de Cristo, nos llena el corazón
de gozo, nos da valor para enfrentar el día y nos ofrece la esperanza que el favor de Dios estará sobre nosotros, no porque seamos
buenos sino porque estamos en Cristo”.[3]
 El aconsejado debe ser guiado al entendimiento de que ahora tiene una nueva identidad, es amado por Dios en Jesucristo, quien le
ha dicho: “Nunca te dejaré ni te desampararé”, de manera que pueda decir con confianza: “El Señor es el que me ayuda; no
temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?” (He. 13:5-6). Y finalmente, echar toda su ansiedad sobre el Señor, porque él tiene
cuidado de nosotros (1 Pe. 5:7).
 Autoexaminarse
 En tercer lugar, debe enseñarlo a hacer un autoexamen para analizar si su
depresión está asociada a sentimientos de culpa por pecados específicos que
debe confesar en la presencia de Dios y apartarse de ellos. Hacer preguntas
como: ¿Tienes amargura o resentimiento hacia otras personas en tu corazón?
¿Estás reaccionando de forma bíblica a las situaciones que se te presentan
diariamente? ¿Estás cumpliendo con tus responsabilidades como padre? Y
cuando se identifique esas áreas, el aconsejado debe ir a la presencia de Dios
en confesión de su pecado (1 Jn. 1:9; Pr. 28:13), haciendo el compromiso de
hacer lo que Dios quiere que haga independientemente de sus sentimientos.
Confiar en Dios

 En cuarto lugar, se debe analizar si su depresión es fruto de la incredulidad,


que es lo opuesto a confiar y regocijarnos en Dios. Solo en Cristo hay
esperanza para cambiar, porque solo él puede librar al creyente de los viejos
hábitos que le esclavizan y darle la victoria sobre la depresión. El consejero
está llamado a motivar al aconsejado a confiar en Dios y seguir los principios
que da en su Palabra.
Regocijarse en el Señor

 Finalmente es crucial que el aconsejado aprenda a regocijarse en el Señor


siempre (Fil. 4:4). Este texto enseña que se regocije en el Señor, no solo
cuando le vaya bien con su familia, en su trabajo, cuando pueda cumplir sus
aspiraciones, cuando no se enferme, cuando no tenga problemas, sino que debe
regocijarse en el Señor siempre, en toda circunstancia, en todo tiempo y en
todo lugar porque él es su todo en todo. Mirar quién es su Dios, lo que él ha
hecho en Jesucristo, lo que está haciendo y lo que hará en su vida, y
regocijarse en él, en su persona, en sus atributos, y en su control soberano; en
sus promesas y provisión para sus hijos, en su cuidado y su protección paternal.
 Espera en Dios.
  “¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en
Dios, pues he de alabarle otra vez. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!” (
Sal. 42:11)

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