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Dejen que sus raíces se profundicen en Cristo

y saquen nutrición de él.


Asegúrense de que continúan creciendo en el
Señor,
y de que se hagan fuertes y vigorosos en la
verdad.
Colosenses 2:7 (LB)
Dios sabía lo que estaba haciendo desde
el comienzo. El decidió desde el principio
moldear las vidas de aquellos que lo aman
con los mismos rasgos de la vida de su
Hijo...
Vemos el original y la forma
final de nuestras vidas allí en él.
Romanos 8:29 (Msg)
Desde el comienzo, el plan de Dios fue hacernos como su Hijo
Jesús. Este es nuestro destino y uno de los propósito de nuestras
vidas. Dios anunció esta intención durante la Creación: “Entonces
Dios dijo, ‘Hagamos seres humanos a nuestra imagen y semejanza.’”
Génesis 1:26 (NCV).

En toda la creación, sólo los seres humanos son hechos "a la


imagen de Dios." Este es un gran privilegio y nos da
dignidad.

La Biblia dice que todos, no sólo los creyentes, poseen parte de la


imagen de Dios.
Pero la imagen está incompleta y ha sido dañada y distorsionada
por el pecado. Por eso Dios envió a su Hijo en una misión para
restaurar la imagen completa que hemos perdido.

¿A qué se parece la "imagen y semejanza" de Dios completada? ¡Se


parece a Jesucristo! La Biblia dice que Jesús es “la exacta semejanza
de Dios” 2 Corintios 4: 4 (NLT); “la imagen visible del Dios
invisible” Colosenses 1: 15 (NLT); y “la exacta representación de su
ser” Hebreos 1: 3 (NIV).
La gente a menudo usa la frase "De tal palo, tal astilla" para
referirse a la semejanza de un hijo con su padre. Dios quiere que
sus hijos también lleven su imagen. La Biblia dice, "Ustedes fueron
creados para ser semejantes a Dios, verdaderamente rectos y
santos.“ Efesios 4: 24 (GWT).

Dios quiere que seamos semejantes a Él – que adoptemos los


valores, las actitudes y el carácter de Él. La Biblia dice, "Adopten
una forma de vivir completamente nueva – una vida moldeada por
Dios, una vida renovada desde adentro y que se hace parte de la
conducta de ustedes a medida que Dios reproduce exactamente su
carácter en ustedes.” Efesios 4: 22 (Msg)
La meta suprema de Dios para nuestra vida aquí en la tierra no es
nuestra comodidad, sino el desarrollo de su carácter.

El quiere que crezcamos espiritualmente y que seamos como Cristo.

Ser como Cristo consiste en transformar nuestro carácter, no nuestra


personalidad.

Dios quiere que desarrollemos la clase de carácter descrito en las


bienaventuranzas de Jesús, en el fruto del Espíritu, en el gran capítulo de
Pablo acerca del amor, y en la lista de Pedro de las características de una
vida efectiva y productiva (Mateo 5: 1-22; Gálatas 5: 22-23; 1 Corintios 13 y
2
Pedro 1: 5-8).
Cada vez que nos olvidemos que el carácter es uno de los
propósitos de Dios para vida, nos
frustrado nuestra por las sentiremos nos
profundamente o viviremos en negación
circunstancias, de la realidad.
desilusionaremos

Nos preguntaremos, “¿Por qué me está pasando esto? ¿Porque estoy


pasando tantas dificultades?” Una respuesta es que la vida ¡está
supuesta a ser difícil! Es lo que nos facilita crecer.
Recordemos, ¡la tierra no es el cielo!

Muchos cristianos mal interpretan la promesa de Jesús sobre la


“vida abundante”. La expectación que tienen es vivir un cielo aquí
en la tierra.
Nunca olvidemos que ¡la vida no gira entorno a nosotros!
Existimos para los propósitos de Dios y no viceversa.

¿Por qué Dios nos proveería un cielo en la tierra cuando Él ha


planeado para nosotros uno en la eternidad? Dios nos da el
tiempo que nos da en la tierra para formar y fortalecer
nuestro carácter para cuando vivamos en el cielo.

LA META SUPREMA DE DIOS PARA NUESTRA VIDA AQUÍ EN LA TIERRA


NO ES NUESTRA COMODIDAD, SINO EL DESARROLLO DE SU CARÁCTER.
La función del Espíritu Santo es reproducir el carácter de Cristo en
ti.

Mientras el Espíritu del Señor obra dentro de nosotros, llegamos a


ser cada vez más como él y reflejamos su gloria más aún. 2
Corintios 3:18 (BAD)

Este proceso de transformarnos para ser más como Jesús se llama


santificación.

No puedes reproducir el carácter de Jesús si dependes de tu propia


fuerza. La fuerza de voluntad y las mejores intenciones no son
suficientes. Solo el Espíritu Santo tiene poder para hacer los
cambios que Dios quiere efectuar en nuestras vidas.
DIOS es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer,
para que se cumpla su buena voluntad. Filp. 2:13

El poder del Espíritu Santo, no solo son milagros y emociones


intensas.

La mayor parte del tiempo ese poder es liberado en tu vida de una


manera tranquila y discreta, de modo que ni siquiera eres
consciente de Él ni lo percibes. A menudo Dios nos llama la
atención con Un suave murmullo.

La semejanza con Cristo no se produce por imitación, sino


porque Cristo mora en nosotros.
Dadas las situaciones, escogemos hacer lo correcto y
luego
confiamos en que el Espíritu de Dios nos dará:

 Su poder
 Su amor
 Su fe
 y sabiduría para lograrlo

Dado que el Espíritu de Dios vive dentro de nosotros, estas cosas


siempre están disponibles si se lo pedimos.
El Espíritu Santo libera su poder en el momento en que das un paso de
fe.

La obediencia libera el poder de Dios.

Dios espera que actúes primero. No esperes hasta que te sientas poderoso
o seguro.

Sigue adelante pese a tu debilidad, haciendo lo correcto a pesar de tus


temores y sentimientos. Así es como cooperas con el Espíritu Santo, y es
como se desarrolla tu carácter.

Aunque el esfuerzo no tiene nada que ver con nuestra salvación, tiene
mucho que ver con nuestro crecimiento espiritual.
En Efesios 4:22-24, se nos explica nuestras 3
responsabilidades
1. Debemos escoger abandonar nuestras maneras antiguas
de actuar.

2. Debemos cambiar nuestra manera de


pensar.
3. Debemos vestirnos con el carácter de Cristo,
desarrollando nuevos y consagrados hábitos.

TU CARÁCTER ES ESENCIALMENTE LA SUMA DE TUS HÁBITOS.


Si estudiamos su palabra y la aplicamos y si nos conectamos
frecuentemente con otros creyentes y aprender a confiar en
Dios en circunstancias difíciles, nos haremos como Cristo.

El prefiere trabajar a través de nosotros en lugar de hacer


milagros a fin de depender unos a otros para tener
comunión. El quiere que crezcamos juntos.

Nuestra madurez espiritual no es individual o solitaria sino


es estar juntos a otros; y nuestra verdadera madurez
espiritual consiste aprender Amar como Cristo.
Ser como Cristo es un proceso largo y lento de crecimiento que nos
tomara el resto de nuestra vida. Pablo dijo “Esto continuara hasta
que seamos…maduros así como Cristo lo es.”

Aun así no se completara aquí en la tierra sino hasta que estemos


en el cielo o cuando Jesús regrese.

Nos preocupamos cuando Dios parece guardar silencio en temas


específicos.
Dios está mucho más interesado en lo que eres que en lo que
haces. Dios está mucho más preocupado en tu carácter que en
tu carrera profesional, porque tu carácter te acompañara toda la
eternidad.

Romanos 12:2

Para concentrarnos a llegar a ser más como Jesús, deberemos tomar


decisiones opuestas a la cultura imperante.
No nos sintamos tan a gusto en nuestra cultura que influirá y no
nos dejara pensar, es mejor concentrarnos en Dios.

Dios hará que salga lo mejor de nosotros.

Jesús no murió en la cruz solo para que pudiéramos vivir vidas


cómodas y bien ajustadas. Su propósito es mucho mas profundo Él
quiere hacernos como Él mismo antes de llevarnos a su presencia .
Un Punto Para Reflexionar: Fui creado para ser como
Cristo.

Un Versículo Para Recordar: "A medida que el Espíritu del Señor


trabaja en nosotros, nos hacemos más y más como él y reflejamos
su gloria aún más." 2 Corintios 318 (NLT).

Una Pregunta Para Considerar: ¿En que área de mi vida necesito


pedir por el poder del Espíritu para ser hoy semejante a Cristo?

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