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Buonarroti
1475-1564
Con su maestro, Ghirlandaio, aprende la
técnica del fresco y toma la paleta brillante,
de amarillos azafranados, carmines, verdes y
azul ultramar.
Sagrada
Familia en una
composición sin
precedentes.
Realizada para la boda de Magdalena Strozzi
y Agnolo Doni, un noble florentino aficionado
a las artes, retratados por Rafael.
Extrema complejidad de la representación; El
joven Buonarroti desea demostrar su dominio
de la anatomía y de la representación de las
figuras humanas en el espacio frente al ya
entonces consagrado Leonardo.
(Ciclo de La Creación)
40,23 m X 13,30 m
ICONOGRAFÍA: Narra “La Creación y la Caída
del hombre" tal como figura en el Génesis, en 9
escenas dispuestas en el centro de la bóveda,
separadas por “ignudi” (desnudos).
Respecto de la
orientación del soporte
ya que, excepto la
franja central, el resto
de la bóveda, pechinas
y lunetos debe verse
como una continuación
vertical del muro.
2.- Y respecto de la realidad de lo pintado
(seres vivos –videntes, profetas e ignudi- o
pinturas convencionales).
Es evidente que el vocabulario artístico de
Miguel Ángel se limita al cuerpo humano y
sólo al cuerpo humano
Los fondos paisajísticos son casi
inexistentes, y el espacio en que se
desarrollan las acciones no se concreta.
Separación de los Mares y La Tierra
Creación de Adán
En todas se manifiesta poderosamente la energía del dibujo
miguelangelesco y su primacía sobre el color, que actúa como
explicamos respecto del "Tondo Doni".
La mayoría también dejan constancia del virtuosismo
técnico alcanzado por el artista.
En definitiva, una obra de dinamismo pleno y
colosal, no sólo por el mundo de gigantes de
músculos tensos que presenta, sino incluso
por las dimensiones de una obra tan vasta y
pintada en condiciones tan particulares de
posición e iluminación.
“El Juicio Final”
Capilla Sixtina
1535-1541
ICONOGRAFÍA:
Segunda venida de Cristo
que marca el final de los
tiempos, la Resurrección
de los Muertos y el
Juicio Universal, según el
relato del Apocalipsis de
San Juan.
Si la primera vez,
Cristo vino como
hombre para
compartir la suerte
de los hombres y
morir como víctima,
ahora viene como
Dios y como Juez,
para separar a los
justos de los
pecadores.
Sin dividir el
espacio pictórico,
en una sola gran
escena inmensa
presidida en la
parte alta del eje
central por este
Cristo joven y
decidido.
María, al lado de
Cristo, no intercede y,
ciertamente, el gesto,
la difícil relación que su
cuerpo establece con el
de su Hijo, la increíble
mezcla de temor,
pudor, dolor y amor que
expresa son una de las
creaciones más
inolvidables de la
historia de la pintura.
Rodean a Cristo y su Madre ángeles que
portan los símbolos de la pasión: corona de
espinas, cruz, lanza y columna.
Así como un grupo de Santos:
A la derecha de
Cristo, los elegidos
suben al cielo
sostenidos por los
ángeles, a pesar de
que los demonios
quieren retenerlos
en vano; y a la
izquierda, los
réprobos se
precipitan en el
infierno, donde los
aguarda Caronte
con su barca.
Estilísticamente, el
rasgo más notable
es, sin duda, la
naturaleza singular
de su ESPACIO
PICTÓRICO, que por
su enormidad no
obedece a una
construcción
perspectiva
unificada.
Tradicionalmente, con la suciedad que lo
recubría, el fresco tenía una curiosa cualidad
de bajorrelieve en el que los cuerpos parecían
emerger, con sus volúmenes definidos por la
luz, de un fondo grisáceo o verdoso y plano.