Sie sind auf Seite 1von 17

Manuel Belgrano

El creador de nuestra bandera


fue también un precursor de las
ideas industrialistas
PENSANDO EN EL PAÍS
DESDE BELGRANO
Estudió en el Colegio San Carlos
en Bs. As. y en España en la
Universidad de Valladolid y la de
Salamanca. Vivió intensamente
las ideas de la época en plena
Revolución Francesa, Russeau,
Voltaire,
Desde la teoría de Quesnay
fisiócrata (ponía el acento en la
tierra como fuente de riqueza) y la
del liberal Adam Smith que había
escrito allá en 1776 que
“La riqueza de las Naciones”
estaba fundamentada en el trabajo
de sus habitantes, en la capacidad
de transformar las materias primas
en manufacturas
BELGRANO con ese gran bagaje
de ideas pensó que ambas teorías
eran complementarias en una
tierra con tantas riquezas por
explotar.
Regresó a Bs. As. Con el título de
abogado y el nombramiento de
“Primer Secretario del Consulado”,
desde ese puesto Belgrano trato de
poner en práctica sus ideas. Sentía
que tenía una misión “Beneficiar y
engrandecer a nuestro país”, y la
podría cumplir a través de la
educación y capacitación del
pueblo.
Sus ideas innovadoras se vieron
reflejadas en el intento de modificar
el modelo de producción vigente en
esa época. Desconfiaba de la
riqueza fácil que prometía la
ganadería porque daba trabajo a
muy poca gente, no desarrollaba la
inventiva, desalentaba el
crecimiento de la población y
concentraba la riqueza en pocas
manos.
Su obsesión era el fomento de la
Agricultura y la Industria.
Belgrano el más católico de
nuestros próceres tenía la
convicción que era función de la
iglesia guiar a los agricultores
ya que tenían prácticas más
adelantadas y al pueblo que
trabajaría en la industria
derivada,
“El mejor medio de socorrer la
mendicidad y la miseria es
prevenirla y atenderla en su
origen” y “La importación de
mercancías que impiden el
consumo de las del país o que
perjudican al progreso de sus
manufacturas, lleva tras sí
necesariamente la ruina de una
nación”
“El amor a la patria y nuestras
obligaciones exigen de nosotros
que dirijamos nuestros cuidados
y erogaciones a los objetos
importantes de la agricultura e
industria por medio del
comercio interno para
enriquecerse,
enriqueciendo a la patria y a
cada uno de sus habitantes,
resulta el aumento de los
trabajos útiles, seguida de la
abundancia, la comodidad de la
población como una
consecuencia forzosa”
Pensó en una reforma agraria,
repartición de las tierras,
expropiación de tierras baldías a
favor de los desposeídos.
Se trata de un pensamiento muy
avanzado para la época, de una
actualidad que asombra, admira
y entristece porque pasaron
doscientos años desde que
fueron escritos por nuestro
primer economista, siguen
esperando ser atendidos y
encauzados,
las notables soluciones
propuestas por una de las
mentes más lúcidas de nuestra
revolución, siguen sin encontrar
eco,.
Sus últimas palabras
“Yo espero que los buenos
ciudadanos de esta tierra
trabajarán para remediar sus
desgracias”
expresadas en su lecho de
muerte,
en medio de una estricta
pobreza, aquel 20 de junio de
1820. siguen siendo un sueño
para muchos actuales
ciudadanos que creen y esperan
la GRAN ARGENTINA.

Das könnte Ihnen auch gefallen