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 ¿Das hojas o das frutos?

(MARCOS 11:12,14)

Maldición de la higuera estéril

(Mateo. 21:18-19)

Marcos 11:12 Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre.

Marcos 11:13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo;
pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos.

Marco 11:14 Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus
discípulos.

Introducción

Hermanos tengo dos noticias, una buena y una que podrían encontrar que es mala la primera es que
Dios es un Dios de fruto y la segunda es que el a su vez nos pedirá frutos a nosotros, por esto en el
texto leído vemos que Jesús se acerca aquella higuera a buscar fruto y en esta solo encontró hojas, es
decir Jesús también se acercará a ti un día a procurar frutos, y ahí es cuando deberás estar definido si
en verdad tienes frutos o es solo hojas.

Desarrollo

En el clima de Palestina, la primera cosecha de higos (las brevas) generalmente madura en junio y la
última en septiembre. El incidente ocurrió quizá en el mes de abril, y, por lo tanto, faltaban pocas
semanas antes de que madurara la primera cosecha. Aunque era insólito que se esperara hallar higos
tan prematuros, con todo era concebible que un árbol tan frondoso tuviera frutas a punto de madurar.
También debe tenerse en cuenta que en los países del cercano Oriente se come con frecuencia la fruta
verde o sin madurar (ver com. Isaías 28)

La higuera hermanos es importante señalar porque el maestro hace esta enseñanza, el todo lo sabe el
sabia que aquella higuera no llevaba fruto pero se acercó el quiso dar un mensaje a sus discípulos. Y el
por qué esta ilustración en el pasaje.

Para los que ven en la orilla del mediterráneo se les hace fácil comprender esto, el proceso productivo
de la higuera es cuando no está cubiertas por hojas, en ese proceso da como fruto lo que se conoce
por breva sus hojas proliferan anunciando que llego el tiempo de dar frutos. Y cronológicamente Jesús
y sus discípulo estaban pasando en empoce en donde no hay en la higuera fruto alguno, pero el divino
maestro siempre aprovechaba cada ocasión para plasmar una enseñanzas a sus seguidores.

Dios, queridos hermanos, un día se acercará a nosotros a buscar frutos y no hojas.

Las hojas:

Pero, ¿qué son las hojas? Sorprende el significado de esta palabra:


La fragilidad y la transitoriedad del ser humano (Isaias_64:6),

La cercanía del juicio escatológico (Mateo 24:32; Marcos 13:28),

La gloria de un reino terrenal (Daniel 4:12, Daniel 4:14, Daniel 4:21),

Las hojas proviene del hebreo fulo que quiere decir algo que se quiere mostrar, hermanos cuántos de
nosotros solo estamos escondidos tras hojas solo mostrando belleza y apariencia no es eso lo que Jesús
demanda, él se acercarás a buscar beneficio, a buscar los talentos que Él nos dio verlo reproducirse,
las hojas es el verdor lo que se quiere esconder, la parte que queremos mostrar, para esconder la que
en verdad somos. Jesús vendrá a buscar nuestros frutos démosle a Dios los frutos demandado.

Nada halló sino hojas.

Era una promesa incumplida. De todos los defectos, no había ninguno que resultara más ofensivo para
Jesús que la hipocresía (ver com. Mateo 6: 2; 23:13). A semejanza de la higuera estéril, la religión
Judía estaba desprovista de frutos. Abundaba en formas y ceremonias, pero le faltaba la verdadera
piedad (Ver com. Marcos. 7: 2-3; t. IV, pp. 32-34).

En Dios nos esperan grandes cosas busquemos su reino y justicia y todo lo demás se nos será añadido.

Dar frutos, porque son los frutos de los que trato enseñar Jesús.

Los frutos:

Perî (‫פְּרִ י‬, H6529), «fruto; recompensa; precio; ganancias; productos; resultados». Este vocablo está en
garitica y egipcio. Perî aparece unas 120 veces en el hebreo bíblico durante todos los períodos.

Primero, perî se refiere al producto comestible maduro de una planta o su «fruto». Este significado
amplio es evidente en Deuteronomio 7:13 : «También bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu
tierra, tu grano y tu vino nuevo y tu aceite, la cría de tus vacas y el incremento de tus ovejas». La
primera vez que aparece, el término se usa para significar tanto «árboles» como sus «frutos»:
«Produzca la tierra hierba, plantas que den semilla y árboles frutales que den fruto, según su especie»
(Génesis 1:11 RV ). En Salmos 107:34, el vocablo se usa como calificativo de «tierra»; una «tierra
fructífera» es una «tierra de frutos».

Segundo, perî significa «progenitura» o el «fruto del vientre». En Deuteronomio 7:13, el término
significa «descendencia humana», pero también puede decirse de animales (Génesis 1:21-22).

Tercero, el «producto» o «resultado» de una acción a veces se denomina, poéticamente, «fruto»:


«Entonces dirá el hombre: Ciertamente el justo tiene frutos; ciertamente hay un Dios que juzga la
tierra» (Salmos 58:11 RV; «hay recompensa para el justo» lba ). Isaias 27:9 (lba ) habla del «fruto del
perdón de su pecado» («todo el fruto capaz de apartar su pecado» bj ), o sea, el resultado de la acción
divina de purificar a Israel. La mujer sabia compra un terreno y siembra con sus ganancias o «fruto de
sus manos» (Proverbio 31:16). En otras palabras, su recompensa es recibir el «producto» de sus
labores (Proverbio 31:31). Los justos serán recompensados «según su camino y según el fruto de sus
obras» (Jeremías 17:10; cf. 21:14). En la mayoría de pasajes como este, la RV y sus revisiones
traducen perî como «fruto» (cf. Proverbios 18:21).
La doble negación hace que la prohibición sea más enfática. La esterilidad del árbol representaba la
improductividad de Israel, y la maldición, el juicio que Jesús iba a pronunciar al día siguiente: "Vuestra
casa os es dejada desierta"(Ver com. Mateo. 23: 38). Fue también al día siguiente cuando Jesús
censuró severamente a los escribas y a los fariseos por sus pretensiones hipócritas (Mateo. 23: 13-33).

El propósito de esta parábola convertida en realidad era preparar las mentes de los discípulos para las
escenas de los días siguientes, durante los cuales los dirigentes Judíos confirmarían su rechazo de
Jesús. Con frecuencia, este tipo de parábolas induce más eficazmente a la reflexión que lo que podría
hacerlo las meras palabras. Hay otras parábolas transformadas en realidad en Isa. 20:2-6 y Ezequiel. 4:
1 a 5: 17.

Conclusión.

Estamos en el plan de Dios vamos a poner a Dios en el nuestro.

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