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Horacio Cabezas
Universidad Mesoamericana, Guatemala
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Guatemala
2022
Portada: Indígenas esclavizados según Códice Boturini.
CONTENIDO
Introducción 3
1- Esclavitud indígena al inicio de la conquista española 11
2- Encomienda-repartimiento o esclavitud indígena 19
Leyes de Burgos y Requerimiento 20
Repartimiento de indios: Eufemismo equivalente a esclavitud 23
Inicio de la Encomienda-Repartimiento en Guatemala 26
3- Esclavos de guerra y naborías en Guatemala 31
Naborías o Esclavos de Rescate 33
Conflictos en la asignación de la Encomienda-Repartimiento 34
Desacato a Juana la Loca 36
Explotación de minas por medio de esclavos indígenas 39
Construcción de Armada para viajar a Perú 40
4- Esclavitud indígena en Nicaragua y Honduras 49
Gil González Dávila: Capitán de la primera expedición de huestes españolas
en Nicaragua 50
Francisco Hernández de Córdoba: Primer exportador de esclavos indígenas a Panamá 50
Asesinato de Cristóbal de Olid, Pedro Moreno como Juez de Comisión e
intento de concertación entre Hernán Cortés y Francisco Hernández de Córdoba 53
Disputas entre Diego López de Salcedo, Pedrarias Dávila y Pedro de los Ríos 57
Pedrarias intenta apoderarse de Nequepio o Cuscatlán 60
Pedrarias Dávila favorece tráfico de esclavos indígenas desde Nicaragua
hacia Panamá y Perú 61
Correrías de Tonatiuh en Honduras 65
Construcción de Armada de Tonatiuh hacia Islas de las Especies 68
5- Las Casas, Leyes Nuevas y abolición de la esclavitud indígena 73
Viaje de Las Casas a la Corte española 74
Junta de Letrados en Valladolid 76
Leyes Nuevas u Ordenanzas de Barcelona 78
Presidente Alonso de Maldonado suspende en forma parcial Leyes Nuevas 80
Liberación de esclavos indígenas en Santiago de Guatemala 84
Abolición de la encomienda-repartimiento o esclavitud indígena y asesinato
del Obispo Antonio de Valdivieso 89
Leyes Nuevas son modificadas 100
Bibliografía 103
2 Esclavitud indígena en el Reino de Guatemala
4 No existe documento en que Isabel la Católica prohíba esclavizar a los indígenas. En 1495,
cuando una real cédula autorizó la venta en Andalucía de 300 indígenas que Cristóbal Colón
había traído de América, se molestó con su protegido, pero lo único que hizo fue suspender la
real cédula, mientras se estudiaba si no había inconveniente moral. El Obispo Juan Rodríguez
de Fonseca ocultó a los esclavos indígenas y no fueron liberados, lo que es expuesto en el
capítulo 29 de la serie Isabel de RTVE.
5 Mena García, 2018: 10.
6 Segundo Juicio, 1541: 881-881v.
7 Memorial, 2002: 106 y 251. Otzoy, 1999: 189. Remesal, 1932-I: 168. Segundo Juicio, 1541: fols.
888-888v.
6 Esclavitud indígena en el Reino de Guatemala
8 Guanín o tumbaga: Aleación precolombina compuesta de oro y cobre, y en algunos casos algo
de plata. Se empleaba en la elaboración de adornos como narigueras, orejeras, pectorales y
láminas con figuras de animales o alteregos.
Introducción 7
E l Popol Wuj14 señala que, cuando los pueblos dejaban de tributar, sus
centros fortificados eran sometidos, caían en la esclavitud, eran sangrados
y los flechaban contra los árboles. Y en ese contexto, refiere que, por haberse
insubordinado y alzado, los dirigentes ilocab15 (ilokab’) fueron sacrificados y sus
súbditos esclavizados:
Sacrificaron a los Ilokab’ delante de las deidades. Éste fue el pago por sus delitos,
ordenado por el Señor K’otuja. Muchos llegaron a ser esclavos, fueron esclavizados, los
hicieron esclavos […] Y así empezaron a sacrificar a la gente delante de las deidades.
En Guatemala prehispánica, los alabitz y munib’ (esclavos) constituían una
minoría diferente a los al k’ajol (vasallos), que vivían en amak (aldeas), cultivaba
tierras comunales, confeccionaba artesanías y periódicamente tributaba maíz,
frijol, cacao, chompipes o gallinas de la tierra, miel, plumas, mantas, piedras
preciosas (chalchihuitl), cerámica suntuaria, petates, jícaras y guacales decorados…,
productos que los recaudadores trasladaban a los ajawab’ (señores) que habitaban
en tinamit (centro fortificado o ciudad). Igualmente, los al k’ajol entregaban
periódicamente gente de la comunidad: una parte empleada en la construcción
de nim ja (casas grandes o palacios), templos, caminos, fortalezas, juego de pelota,
escalinatas…; otra, en la confección de cerámica suntuaria, esculturas, armas,
redes, petates, sandalias…; y alguna, en el adiestramiento militar.
16 Tamemes o Tlamemes: Indio que transportaba, a pie y en largas distancias, cualquier clase de
carga, avisos o mensajes. Por lo general, era un tipo de trabajo forzoso. Empleaban en su
trabajo el mecapal, una banda frontal ancha y gruesa de cuero que lleva un mecate en cada
extremo que sostenía la carga a la espalda del tameme; en algunos mecapales, se utilizaban
estructuras de textiles y madera.
17 Gozawa, 2017: 52.
18 Recinos, 1957: 139-145.
19 Título, 2007: 143-144.
Esclavitud indígena al inicio de la conqujista española 13
2- Frente y laterales de la Estela 24 de Naranjo (Petén). Representa a Wak Chan Ajaw, Señora de Naranjo, originaria de Dos Pilas
y también conocida como Señora Seis Cielo, de pie sobre un cautivo, posiblemente de Ucanal (Petén). Los glifos a1-a9 se
refieren a la Señora de Naranjo (669); b1-c10, la llegada de la señora a Naranjo (682); c14, el nacimiento de su hijo K’ahk’ Tiliw
Chan Chaak o Ardilla Humeante (688); b15-c17, se le proclama décimo octavo sucesor del fundador de la dinastía de Naranjo.
Los bloques b8-d13 explican lo representado; e3-d7, el nombre de la Señora de Dos Pilas; e7-d10, su ascendencia materna; y
e10-d13, la paterna. Finalmente, en los glifos e13-e18 se conmemora el fin de período 9.13.0.0.0 (702 DC), cuyas ceremonias
fueran presididas por la Señora de Naranjo.
El Memorial de
Sololá20 explica que la
sublevación de Tata Yak
y Aj Itza contra su padre
Quicab se debió a la
codicia, para apoderarse
de sus joyas, esclavos y
nima’q achi:
Se encolerizaron con
su padre los llamados
Tata Yak y Aj Itza.
Ambicionaban el Señorío
de K’iq’ab’, deseaban
el jade, los metales
3- Templo de Huitzilopochtli en el Templo Mayor de Tenochtitlan. A la par, Tzompantli. preciosos, los esclavos,
Códice Tovar, 1587. la gente de su propio
padre. Entonces, dictó
sentencia el consejo de la gente k’eche’ sobre los Nima’q Achi que servían al Señor.
Todos los primeros sirvientes del Señor K’iq’ab’ fueron ejecutados.
Estos eran los nombres de los Señores de los Nima’q Achi: Jerech, Taq’unun,
Xjutz’uy (Tortillita Tostada ), Ewentek, Asakot y Kamachal. En verdad eran muchos
los hijos e hijas de cada grupo de ajpops. No le consultaron al Señor cuando murieron.
Los guerreros penetraron las casas de los ajpop y los mataron a todos. No había existido
orden del Señor [K’iq’ab’] que estaba en la ciudadela de Pan Petaq. Los guerreros habían
convenido con los hijos de K’iq’ab’ que éste muriera al mismo tiempo que los demás
Señores. Penetraron la casa del Señor en Pan Petaq y se rindió ante los guerreros.
Los guerreros que iban con el ajpop Xajil regresaron, (pero los que acompañaban a
K’iq’ab’) fueron exterminados. Cuando se rindió el Señor ante los guerreros, les habló
de su jade, de sus metales preciosos, les dio su Señorío, les dio el cargo de ajpop achij,
les cedió la gloria y la majestad a los guerreros. Despreciaba el corazón del Señor
K’iq’ab’ a sus hijos. Fue una maldad lo que hicieron los llamados Tata Yak y Aj Itza.
Así fue arrebatado el Señorío y la gloria por los guerreros de algunos amaq’. Entonces
les dieron a los 13 ajpop residencias a orillas de los amaq’. Los Nima’q Achi fueron la
causa del conflicto, cuando se apagó la gloria de los k’iche’s.
En ciertas ocasiones, las guerras tenían como objetivo hacer prisioneros entre
pueblos que intentaban liberarse del tributo, ya sea para sacrificarlos o para
convertirlos en alimento ritual de sacerdotes y fieles asistentes. También las
había con ocasión de calamidades públicas, como eran las sequías, inundaciones,
hambrunas, pestes…, o cuando se tenía que inaugurar una obra arquitectónica
monumental, como templos, palacios o juegos de pelota. Este tipo de guerras fue
propio de toda Mesoamérica.
cayeron luego en lo que era y comenzaron a dar en los contrarios y a herir y matar
de aquellos que estaban forrados en otros muertos. Y desde que los indios vieron el
poco fruto de su astucia y ardid, se pusieron en huida, y los cristianos consiguieron la
victoria. Y de allí adelante decían los indios que no eran hombres los cristianos, sino
teotes, que quiere decir dioses, y aquellos dioses suyos son diablos y sin ninguna
deidad. Y de allí adelante se llamó aquella tierra, donde acaeció lo que es dicho, la
Provincia de los Desollados.
Independientemente que la calificación hecha por Fernández de Oviedo del
tlacaxipehualiztli (desollamiento de hombres) es errónea, la realidad es que, antes del
inicio de la temporada de lluvias (primeros días de mayo), pipiles, chorotegas
y nicaraos cumplían con tal costumbre religiosa, un acto cruel y cruento sin
lugar a dudas, el que era parte de la cosmovisión ancestral religiosa guardada en
honor de Xipe Tótec por teotihuacanos y toltecas, así como por los señoríos que
organizaron en el litoral del Pacífico de lo que en la actualidad es América Central.
Xipe Tótec era un Dios mesoamericano relacionado con la renovación anual de
la vegetación y la fertilidad, y también era considerado patrón de los orfebres26
(ilustración 4). Consistía en un simulacro de lucha, en que prisioneros de guerra
de alta jerarquía eran amarrados a una piedra circular para que, con armas falsas,
se defendieran de cinco guerreros con macahuitls (espadas con incrustaciones de
navajas de obsidiana). Al ser heridos y vencidos, el sacerdote principal les sacrificaba
y arrancaba el corazón. Luego, otros sacerdotes los desollaban, pintaban sus pieles
de amarillo (teocuitlaquemitl) y con ellas recubrían la escultura de Xipe Tótec y la de
los asistentes al evento religioso, así como sus propios cuerpos. Durante el resto del
mes (de 20 días), revestidos con la piel de los sacrificados, realizaban procesiones
y danzas. Migrantes teotihuacanos y toltecas lo continuaron practicando en
Cotzumalguapa y Escuintepeques# (Guatemala), Cuscatlán (El Salvador) y entre
chorotegas y nicaraos de Nicaragua, convencidos que de ese modo sus milpas
florecerían y las cosechas serían abundantes.
Durante ese mismo período, el fraile mercedario Francisco de Bobadilla llegó
a Teoca, plaza principal de Nicaragua (en la actualidad, Rivas), en compañía de
Bartolomé Pérez, Escribano Público de la Alcaldía de Granada; de los naguatlatos
(intérpretes) Luis Dávila, Francisco Ortiz y Francisco de Arcos; así como del clérigo
Diego de Escobar, el Capitán Johan Gil de Montenegro, el Capitán Andrés de
Garabito y Alonso de Herrera Dávila. Allí interrogó a los caciques Chicoyatonal
(Alonso de Herrera), Misesboy, Avagoaltegoan (Don Francisco) y Quiavit,
Señor de Xoxoyta (Francisco de Bobadilla); así como a los güegües (ancianos)
Zipat, Tazoteyda (sacerdote chorotega), Coyevet y Astochimal,27 quienes en sus
respuestas dijeron que
• tenían 21 días festivos durante su año ritual de 260 días;28
26 Vié-Wohrer, 1999.
27 Fernández de Oviedo, 1855-IV: 39-58.
28 Fernández de Oviedo, 1855-IV: 47 y 52.
18 La Esclavitud en el Reino de Guatemala
Altezas los recibieron alegre y benignamente, y así los mandaron tratar como a los
sus súbditos e vasallos, y vosotros sois temidos y obligados a hacer lo mismo.
Por ende, como mejor podemos, vos rogamos y requerimos que entendáis bien
esto que os decimos, y toméis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que
fuere justo, y reconozcáis a la Iglesia por señora y superiora del Universo mundo,
y al Sumo Pontífice, llamado Papa, y en su nombre al Rey y a la Reina doña Juana,
nuestros señores, en su lugar, como a superiores y señores y reyes de estas islas y
tierra firme, por virtud de la dicha donación, y consintáis y deis lugar que estos
padres religiosos os declaren y prediquen lo susodicho.
Si así lo hiciéredes, haréis bien y aquello que sois obligados a Sus Altezas, y nos
en su nombre vos recibiremos con todo amor e caridad, e vos dejaremos vuestras
mujeres e hijos y haciendas, libres, sin servidumbre, para que de ellas y de vosotros
hagáis libremente lo que quisiéredes y por bien tuviéredes, e no vos compelerán a
que vos tornéis cristianos, salvo si vosotros, informados de la verdad, os quisiéredes
convertir a nuestra santa fe católica, como lo han hecho casi todos los vecinos de las
otras islas; y allende de esto Sus Altezas vos darán muchos privilegios y exenciones
y vos harán muchas mercedes.
Y si no lo hiciéredes, y en ello dilación maliciosamente pusiéredes, certifícoos que
con la ayuda de Dios, nosotros entraremos poderosamente contra vosotros y vos
haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéremos, y vos sujetaremos
al yugo y obediencia de la Iglesia y de Sus Altezas, y tomaremos vuestras personas
y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como a tales los venderemos
y dispondremos de ellos como Sus Altezas mandaren, e vos tomaremos vuestros
bienes y vos haremos todos los daños y males que pudiéremos, como a vasallos que
no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y protestamos
que las muertes y daños que de ello se recreciesen, sea a vuestra culpa y no de Sus
Altezas, ni nuestra ni de estos caballeros que con nosotros vienen. Y de como lo
decimos y requerimos, pedimos al presente escribano que nos dé por testimonio
signado, y a los presentes rogamos que de ello nos sean testigos, etc.38
La primera vez que se intentó hacer uso del Requerimiento fue el 12 de junio
de 1514, en el Puerto de Santa Marta, en Panamá, por Gonzalo Fernández de
Oviedo, en cumplimiento de órdenes de Pedrarias Dávila. En esa ocasión, no lo
consiguió, pues los indígenas no lo dejaron bajar de la embarcación. Dos días
después, inició su lectura, pero la interrumpió para protegerse de una lluvia de
flechas enharboladas (envenenadas), una de las cuales alcanzó a su sirviente Her-
nando de Arroyo, quien moriría dos días después.39
El Requerimiento fue calificado por Fernández de Oviedo como intrincado y es-
téril formulario, razón por la que sugirió a Pedrarias:
Señor, parésceme que estos indios no quieren escuchar la teología de este
requerimiento, ni vos tenéis quien se lo dé a entender: Mande Vuestra Merced
guardarlo hasta que tengamos algún indio en una jaula, para que despacio lo
aprenda y el señor obispo se lo dé a entender.40
En 1516, en España, Fernández de Oviedo ofreció detalles sobre la forma en
que el Requerimiento se había venido realizando en Panamá:
Pareció que habían sido salteados, y que primero fueron atados que les dijesen ni
supiesen que había Papa, ni Iglesia, ni cosa de cuantas el Requerimiento decía: y
después de estar metidos en cadena, uno les leía aquel requerimiento, sin lenguas
o intérprete, y sin entender el lector ni los indios; y ya que se lo dijeran con quien
entendiera su lengua, estaban sin libertad para responder a lo que se les leía, y
al momento tiraban con ellos aprisionados adelante, y no dejando de dar palos a
quien poco andaba, y haciéndoles muchos otros ultrajes, y fuerzas y adulterios, con
mujeres extrañas y apartadas de la fe. Y tampoco hubo castigo ni reprensión en
esto, sino tan larga disimulación, que fue principio para tantos males, que nunca se
acabarían de escribir.41
Y al referirse a las risas del Doctor Juan López de Palacios RubiosJuan:y re-
querimiento” , uno de sus autores, cuando conversaban sobre dicho instrumento
jurídico, anotó:
Y mucho más me pudiera yo reír de él y de sus letras (que estaba reputado por gran
varón, y por tal tenía lugar en el Consejo Real de Castilla), si pensaba que lo que
dice aquel Requerimiento lo habían de entender los indios sin discurso de años e
tiempo.42
que nos lo diese nos habíamos de obligar que habíamos de ir con aquellos tres navíos·
a unas isletas que estaban entre la isla de Cuba y Honduras, que agora se llaman las
islas de los Guanaxes, y que habíamos de ir de guerra y cargar los navíos de indios
de aquellas islas, para pagar con indios el barco, para servirse de ellos por esclavos.
Y desque vimos los soldados que aquello que nos pedía el Diego Velázques no era
justo, le respondimos que lo que decía no lo manda Dios ni el rey, que hiciésemos
a los ·libres esclavos. Y desque supo nuestro intento, dijo que era mejor que no el
suyo, en ir a descubrir tierras nuevas, que no lo que él decía, y entonces nos ayudó
con cosas para el armada.
Una tempestad los alejó de la ruta, los mantuvo a la deriva y los arrojó a
Cozumel, a la que dieron el nombre de Isla de las Mujeres, donde, a pesar del
recibimiento pacífico, atacaron a sus moradores, robaron las figurillas de oro
rebajado que encontraron en los templos, destruyeron el centro ceremonial y se-
cuestraron dos indígenas, a los que dieron los nombres de Melchor y Julián. Esas
acciones, propias de bandoleros, marcan el inicio de la conquista del imperio
azteca.
Días después, con ayuda de mexicas y tlaxcaltecas, así como de 2,000 guer-
reros cakchiqueles,51 consolidó el triunfo sobre el principal señorío indígena del
Altiplano guatemalteco, cazando a los moradores de las aldeas circunvecinas a
Utatlán (ilustración 8). Y conforme lo hacían, los capturados eran marcados en
la cara con hierro candente y repartidos entre los principales capitanes como es-
clavos de guerra. En esa ocasión, Sancho de Barahona (el Viejo), uno de los capi-
tanes, recibió 120. Mutatis mutandi, se repetía lo que la Reina Isabel la Católica
había hecho, cuando ordenó que los judíos portaran una marca en su vestimenta.
La diferencia en este caso fue que tal “distinción” fue elevada a la enésima poten-
cia, pues tenía que ser portada en la propia cara, como se hacía con los esclavos
de guerra.
Después de haber aterrorizado a los pobladores quichés, Pedro de Alvarado
marchó hacia Iximché, capital de los cakchiqueles, a la que los indígenas alia-
dos mexicanos llamaban Quauhtemallan, a la que arribó el 1 hunahpu (12 de abril
de 1524). El ajpoxajil y el ajposotz’il, cargos ocupados por B’eleje’ K’at (9 K’at) y
Kaji’ Imox (4 Imox), presidieron el recibimiento, lo que Tonatiuh, nombre que los
mexicas dieron a Pedro de Alvarado, confirmaría en carta del 27 de julio de 1524
que dirigió a Cortés:
fui muy bien recibido de los señores de ella que no pudiera ser más en casa de
nuestros padres y fuimos tan proveídos de todo lo necesario que en ninguna cosa
hubo falta).52
La otra cara de la moneda, es decir, la versión indígena sobre tal llegada, apa-
rece en el Memorial de Sololá, contada por uno de los cronistas de dicha crónica
indígena:53
se fueron a las sierras.60 Durante más de 15 días, los buscó y provocó con amenazas,
pero sólo derrotó a los de Ilopango, donde herró como esclavos a los pocos que
cogió:
Y luego, como vi esto, yo hice proceso contra ellos y contra los otros que me habían
dado la guerra y los llamé por pregones y tampoco quisieron venir. Y como vi su
rebeldía y el proceso cerrado, los sentencié y di por traidores y a pena de muerte a
los señores de esta provincia, y a todos los demás que se hubiesen tomado durante
la guerra y se tomasen después hasta tanto que diesen la obediencia a Su Majestad,
fueron esclavos y se herrasen y de ellos o de su valor se pagasen 11 caballos que en
la conquista de ellos fueron muertos y los que de aquí en adelante matasen y más las
otras cosas de armas y otras cosas necesarias para la dicha conquista.61
El 10 hunahpu (21 de julio de 1524), al regresar a Iximché, Tonatiuh exigió que
le entregaran una de las hijas de los Señores Cakchiqueles, y éstos cumplieron
con lo pedido.62 Es más, encaró a los Señores cakchiqueles y les dijo: ¿Por qué no
me habéis traído el metal? Si no traéis con vosotros todo el dinero de las tribus, os
quemaré y os ahorcaré. Luego, los sentenció a pagar 1,200 pesos de oro; y como
respuesta a la rebaja solicitada por los Señores cakchiqueles, les señaló: Conse-
guid el metal y traedlo dentro de cinco días. ¡Ay de vosotros si no lo traéis! ¡Yo conozco
mi corazón!63 Ante la codicia de los teules64 y para que no ejecutara sus criminales
amenazas, el 7 ahmak (26 de agosto de 1524), B’eleje’ K’at y Kaji’ Imox , acompa-
ñados de sus guerreros, abandonaron Iximché y se internaron en las montañas.
Lo expresado por el Memorial de Sololá es confirmado por el Cargo XXVII del
Juicio de Residencia65 de 1529:
Item se le da por cargo al dicho Alvarado que llegado que llegó a Guatemala a la
vuelta que volvió de los pueblos contenidos en las preguntas antes de ésta dijo a los
señores y naturales de la dicha provincia que querían poblar allí66 y ellos lo tuvieron
por bien y el dicho Pedro de Alvarado les mandó que dentro de cierto término le
diesen 1,000 hojas de oro de a 15 pesos cada hoja, e los dichos señores comenzaron
a recoger oro para cumplir con el dicho Alvarado y le dieron hasta en cantidad de 8
ó 9,000 pesos de oro e desde que vieron que se acortaba el plazo y que no tenían oro
para cumplir porque el dicho Alvarado no tomaba sino oro fino y lo recibía por el
toque y por temor que de él hubieron por las crueldades que le vieron hacer y porque
había tomado la señora mujer del Cacique para la traer por su manceba se alzaron de
guerra y así han estado mucho tiempo y lo mismo hicieron en todas las comarcas y
decían y publicaban los señores y naturales que mientras el dicho Pedro de Alvarado
fuese capitán no estarían de paz con los cristianos, aunque muriesen en la guerra a
cuya causa su majestad y los españoles han perdido mucha cantidad de pesos de oro.
3
CONTENIDO
ESCLAVOS DE GUERRA
Y NABORÍAS EN EL REINO DE
GUATEMALA
Pedro de Portocarrero
Hernán Carrillo
Regidores
Juan Pérez Dardón
Domingo Zubiarreta
Alguacil Mayor Gonzalo de Alvarado
Escribano de Cabildo Alonso Reguera
Sin embargo, mucho tiempo después, el 27 de noviembre de 1527, Jorge de
Alvarado realizaría, en Bulbuxyá o Almolonga, el primer trazado de la villa de
Santiago de Guatemala, ya que el 7 Ahmak (26/8/1524), apenas un mes después
que su hermano Pedro había nombrado a los integrantes del primer cabildo, los
señores cakchiqueles y su ejército abandonaron Iximché y se internaron en las
montañas aledañas, iniciando una prolongada lucha de resistencia armada, como
respuesta obligada a las atrocidades y sed de oro de los españoles.
75 Martínez Peláez, 1979: 62; Rodríguez Becerra, 1977: 74, 90, 100; García Peláez, 1968-I: 89, 92;
Zavala, 1967: 12, 21.
76 Kramer, Lovell y Lutz, 1994-II: 54.
77 AGCA, A120, leg. 1129, fols. 65 y 105. Protocolo de Juan Martínez de Soria.
78 Kramer, Lovell y Lutz, 1994-II: 48.
79 Kramer, Lovell y Lutz, 1988: 28 y 55.
80 Rodríguez Becerra, 1977: 42; Wortman, 1982: 5
Esclavos de Guerra y Naborías 35
mandaba é mandó […] que ninguna persona, de cualquier estado y condición que
sean, de los que han traído pendencias é pasiones, unos con otros, no sean osados
de hablar en ellas por escrito ni por palabra, ni en juicio ni fuera de él, so pena de
muerte é de perdimiento de todos sus bienes.85
Como muestra de su poder tiránico, ese mismo año de 1530, Tunatiw volvió a
repartir 90 pueblos indígenas, sólo que disminuyó el número de los vecinos ben-
eficiados a 50. La inestabilidad en la posesión de la Encomienda-Repartimiento
se puede comprobar en lo que sucedió con el pueblo quiché de Chichicastenango:
En 1526, fue asignado a Gonzalo de Alvarado; en 1527, a Jorge de Alvarado; en
1529, a Francisco de Orduña; ese mismo año, a Ortega Gómez; y en 1530, a Pedro
de Alvarado.86
94 AGCA, A123, leg. 4575, fol. 1v; y A1, leg. 1511, fol. 4.
95 Memorial, 2002: 105-106.
96 El cronista dominico Francisco Ximénez (1929-I: 130) señaló en su crónica que la tierra en
que se fundó la nueva ciudad de Santiago de Guatemala y en la que se repartieron solares
a los vecinos españoles pertenecía a los indígenas de Pancam: y sólo se sabe que los indios que
había en aqueste Valle eran los de Pancam, cuyo territorio se extendía hacia la parte de la ciudad que es
ahora, como desde la Plaza Mayor que es ahora, hasta el Convento de Nuestra Señora de las Mercedes,
subiendo para arriba hacia nuestro Convento [Santo Domingo], según se colige de un Cabildo que
está en el Libro Tercero que dice: Que por cuanto a los indios de Pacán se les ha tomado parte de sus
tierras para la fundación de la nueva ciudad se busque donde poderles recompensar sus tierras [Esto
nunca se cumplió]. Estos de Pancam se incorporaron en el pueblo de Jocotenango y así hasta el día de
hoy en muchos pueblos distantes nombran a Guatemala Pacam del nombre del paraje en que se fundó;
y otros Panchoy que quiere decir en la laguna, no como interpreta Fuentes, diciendo la Laguna grande,
que no era sino pequeña la que se hacía en la parte que hoy llaman Barrio del Tortuguero.
97 Memorial, 2002: 106. Otzoy, 1999: 189.
98 Memorial, 2022: folio 251.
40 Esclavitud Indígena en el Reino de Guatemala
para lavar metales. Todas las personas escarbaron metales en Pan Q’än (Lugar
Amarillo). Fueron 400 hombres y 400 mujeres los que fueron tributados, los que
fueron impuestos por Tunatiw en Pan Q’än, llevándose también a los Señores del
pueblo. Todo esto vimos ¡hijos míos!
Durante el trabajo de lavado de oro en los ríos, el Ajpop Xajil el día wuqu’ kej
B’eleje’ K’at falleció, hecho que Tunatiw aprovechó para imponer como nuevo
gobernante a Don Jorge, alterando con ello la costumbre ancestral:
2 veintenas después de que se cumplieran 2 años desde que se presentaron los
Señores [ante Tunatiw], murió el Señor B’eleje’ K’at. Murió el día Wuqu’ Kej
(6 Kej) [24/9/1532] cuando se encontraba lavando metales. Tunatiw salió de aquí
para imponer al sustituto del Señor. Entonces entró Don Jorge al Señorío. Fue solo
por orden de Tunatiw. No era la decisión del consejo la que gobernaba. Entonces
Tunatiw escogía a los Señores. Su palabra fue aceptada por los Señores. En verdad
daba miedo Tunatiw.99
La explotación minera se realizó en distintas regiones. Por ejemplo, Pedro de
Alvarado tuvo las siguientes minas:
Cuadrilla de 100 esclavos indios e indias en minas de plata, en Quetzaltenango.
Mina de plata que tenía en compañía de Pedro Gómez.
Dos cuadrillas de esclavos indígenas (una de 90 y otra de 85), con sus herra-
mientas y bateas, en minas de oro en Totonicapán.
Cuadrilla de 90 esclavos indios en minas de oro en Tecpanatitlán.
Cuadrilla de 65 esclavos indios en mina de oro en Atitlán.
Tierras en el Valle de Santiago de Guatemala (Almolonga) con 90 esclavos in-
dios con sus mujeres.100
Entre 1524 y 1530, Sancho de Barahona, Juan Rodríguez Cabrillo y Diego Sán-
chez de Ortega explotaron una mina con alrededor de 80 esclavos indígenas,
ubicada entre Rabinal y Uspantán, y la alimentación y vestimenta de los esclavos
eran proporcionadas por los indígenas encomendados de Cobán. En mayo de
1531, Diego de Rojas declaró que en esa región hubo mucho descontento y sub-
levaciones indígenas.101 Aproximadamente una década después, los frailes domi-
nicos se apoderaron de ella.
una armada muy grande para descubrir tierras nuevas, donde tornaron a renovar
y a crecer los trabajos que solíamos tener porque tornamos a tributar de nuevo y
a trabajar en cortar y aserrar madera y hacer pez y maromas y carbón para hacer
navíos y fustas y servicios excesivos y a toda su casa mantenida y sobrada y todos
mayores trabajos que pasaron los hijos de Israel, y donde casi de los que habíamos
quedado y escapado perecimos de los grandes y malos tratamientos y dolencias que
por nosotros pasó.102
Un parecer semejante expondría años después el Obispo Francisco Marroquín
al señalar que la vida de los vecinos de Santiago de Guatemala (Almolonga) giró
en torno a la preparación y abastecimiento de armadas:
siempre esta ciudad ha servido, y los que en ella han residido y residen, más
que otro pueblo ninguno que haya en estas partes, así en la guerra, conquista
y pacificación de esta provincia, como de otras comarcanas a ella, como en las
armadas del Adelantado Alvarado, que en servicio de vuestra majestad hacía; y
asimismo en la pacificación del Perú, con todas las personas que a aquellas partes
han pasado, que han sido muchas; siempre esta ciudad ha sido venta y mesón y
hospital para todos.103
Tunatiw no se interesó en residir en su Gobernación, ni promovió su desar-
rollo, sino que se sirvió de ella para organizar expediciones militares muy lejos
de ella para enriquecerse. Antonio de Remesal,104 cronista dominico, ofreció por-
menores de la preparación de la Armada a Perú, en la que violentó la concesión
real, pues sólo había conseguido permiso para explorar el Mar del Sur, pero con
rumbo al Norte:
y en llegando a su Ciudad de Santiago y Provincia de Guatemala, el año de mil y
quinientos y treinta, comenzó a tratar de esto con muchas veras. Envió a reconocer
los puertos de la Costa de su gobernación y en el que antes tenía descubierto a
quince leguas de la Ciudad de Santiago: se halló buen recado de madera para
labrar navíos en lo cual se entendió luego, diciendo siempre el Adelantado que
había de cumplir lo prometido· y enriquecer la gente que se hallase en esta jornada.
La referencia anterior es sobre el Puerto de Iztapa (ilustración 13), donde fuer-
on construidos el Galeón San Cristóbal, de 300 toneladas; el Santa Clara, de 170;
y el Buena Ventura, de 150,105 labor en la que el Presbítero Francisco Marroquín
lo apoyó. En efecto, el 20 de julio de 1532, los consejeros reales Francisco de los
Cobos y Beltrán de la Cueva y Toledo, para favorecer sus intereses esclavistas,
consiguieron la rúbrica de una real cédula para que, en la Gobernación de Guate-
mala, el hierro para esclavos dependiera de Pedro de Alvarado y Francisco Mar-
roquín.106 Y Tunatiw aprovechó el nombramiento despoblando la villa de San
Miguel de la Frontera y, en especial, la de los pueblos y aldeas indígenas de los
alrededores, a los que herró como esclavos, entre ellos a muchas mujeres y niños
menores de 14 años, sin requerir la presencia del Presbítero Marroquín, como la
real cédula ordenaba. Sin embargo, los defensores de Tunatiw alegaron que
fue porque convenía así al servicio de Su Majestad, por estar muy lejos de esta
ciudad de Santiago y porque si se hubieran de traer a herrar a esta ciudad, donde
Esclavos de Guerra y Naborías 43
Decían que disponía de todo a su arbitrio y sin respeto alguno a los intereses de la
real hacienda; que daba y quitaba indios sin atender a la justicia, aplicándose a sí
mismo la mayor parte de ellos; y que tenía gran número de esclavos trabajando en
sus minas, contra las reales órdenes que prohibían aquel abuso, y que para nada
atendía ni acataba las disposiciones del soberano.113
Igualmente, en la ciudad de México, diversos sectores expresaron su contrarie-
dad porque la Corona hubiera permitido lo que estaba sucediendo en Guate-
mala. Por ejemplo, el 8 de agosto de 1533, el Obispo y Presidente de la Audiencia,
Sebastián Ramírez de Fuenleal, en carta a Juana la Loca, le señaló que el hierro de
los esclavos sería fuego que devastaría la tierra. Le informó también que el año
anterior, en México, un esclavo valía 40 pesos, y que en la actualidad en Guate-
mala costaba 2 pesos.114
El 31 de enero de 1534, al momento que la Armada zarpó hacia Perú, contra
lo dispuesto por la Capitulación que no autorizaba a Tunatiw a llevar esclavos
indígenas, la mayor parte de la tripulación la constituían 6,000 esclavos indíge-
nas (en su mayoría cakchiqueles, pero también pipiles, lencas y chorotegas) y
alrededor de 200 esclavos negros artesanos (carpinteros, herreros y calafateros).
Viajaron en 8 naves construidas en astilleros de Iztapa, Acajutla (El Salvador), El
Realejo (Nicaragua) (ilustración 14) y en el Golfo de Chira. Una pertenecía a Juan
Rodríguez,115 otra a Antonio Diosdado, y una tercera a Santos de Figueroa, Cisne-
ros y Álvaro de Paz. El resto de la tripulación estaba integrada por 450 españoles
(270 de a caballo y 100 ballesteros y escopeteros; e infantes de espada y rodela).
Además, Marcos de Niza y otros frailes franciscanos, dos frailes mercedarios,
Presbítero Pero Bravo y otros cinco sacerdotes seculares,116 su hermano Gómez,
su hijo Diego,117 sus primos Diego y Alonso de Alvarado, su sobrino Luis de Mos-
coso Alvarado, García Holguín y el Capitán Garci Lasso de la Vega (futuro padre
del autor de Comentarios Reales). También formaron parte de la comitiva Doña
Luisa Xicoténcatl y su hija Doña Leonor de Alvarado, como lo demuestran las re-
spuestas a la pregunta 9 de la Probanza del Adelantado D. Pedro de Alvarado y Doña
Leonor de Alvarado, su hija:118
Item si saben que el dicho Adelantado Don Pedro de Alvarado en la jornada que
hizo a los reinos del Perú llevó consigo a la Doña Leonor de Alvarado como tal
14- Plano de El Realejo (Nicaragua), elaborado por Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán. Infografía de Wílfido Enríquez.
hija suya, juntamente con la dicha Doña Luisa su madre y la dicha Doña Leonor
llevaba en su compañía una dueña española muy honrada la cual era mujer del
capitán fulano de Astete, para que industriase a la dicha Doña Leonor de Alvarado
Esclavos de Guerra y Naborías 47
121 Entradas: Incursiones militares que las huestes españoles realizaban en regiones no conquistadas,
para capturar indígenas. Antes de la promulgación de las Leyes Nuevas, los convertían en sus
esclavos. Posteriormente, los obligaron a ser tributarios y a trabajar en favor de los españoles.
122 Guanín: Palabra taína empleada para referirse a una aleación de cobre, oro y plata, empleada
en la elaboración de bezotes, orejeras, figurillas y medallones.
123 Benzoni, 1975: 131-133.
Esclavitud Indígena en Nicarfagua y Honduras 51
Tú debes saber, señor, que cuando nosotros oímos como los cristianos venían a
nuestros países y nos dimos cuenta de las crueldades que cometían en todo lugar,
matando, incendiando, robando, convocamos a nuestros amigos y confederados, y
reunidos en consejo decidimos luchar y morir todos combatiendo valerosamente,
antes de ser sojuzgados por ellos. Con tal determinación preparamos lanzas, piedras,
flechas y otras armas, y tan pronto como los cristianos llegaron a nuestros pueblos,
los atacamos y los combatimos en buena parte del día. Pero al final, la mayoría de los
nuestros, asustados por el ímpetu de los caballos, se pusieron en fuga. Mandamos
luego dos embajadores al capitán de los cristianos a pedir la paz, pero con la intención
de renovar nuestras fuerzas. Nos aceptó como amigos y buena parte de nosotros,
fingiendo, fuimos cantando y bailando a visitarlo, y les llevamos muchas joyas de
oro y otras cosas. Regresamos a nuestras casas y en tres días nos reorganizamos y
atacamos a los cristianos. Más pronto, como la otra vez, los nuestros huyeron, y así
de nuevo, y con la misma intención que antes; volvimos a pedir paz. Habiéndola
obtenido, reunimos nuestra gente y después de discutir llegamos a una firme y
deliberada determinación: antes morir todos que quedar siervos de los cristianos.
Decidimos que, si alguno de nosotros diese la espalda para huir, seria muerto por
nosotros mismos sin ninguna contemplación, y con esta resolución nos preparamos
para ir al asalto de los cristianos. Pero nuestras mujeres, que habían oído tal decisión,
se nos acercaron y entre lágrimas nos rogaron y suplicaron que antes de morir de
aquella manera sirviésemos más bien a los cristianos; más si nuestra voluntad era
realmente poner en acto lo que nos habíamos propuesto, que antes las matásemos,
y con ellas también a sus pequeños hijos, para no quedar solas en manos de los
crueles y fieros barbudos. Debido a tales súplicas de nuestras esposas, depusimos las
armas y nos sometimos a las rapacísimas manos de la nación cristiana. Sin embargo,
en breve, a causa de tantos malos tratos que sufríamos cada día, algunos pueblos
se sublevaron; pero fueron castigados por los españoles de manera tal que hasta
a los niños los hacían morir a punta de espada. No contentos con eso apresaban
a otros bajo pretexto de que querían rebelarse contra ellos, los atormentaban y los
vendían como esclavos. Nosotros ya no éramos dueños de nuestras esposas, ni de
nuestros hijos, ni de ninguna de las cosas que antes poseíamos; a tal punto llegaron
las cosas que muchos de nosotros mataban a sus hijos, otros iban a colgarse, otros se
dejaban morir de hambre. Finalmente, después de tantos innumerables e intolerables
trabajos, fatigas y miserias, llegó la provisión del Rey de Castilla124 por la cual nos
restituían la libertad.
Las cabalgadas alcanzaron su objetivo. Así lo confirmó el Escribano Luis de los
Ríos, al anotar en el acta notarial del 1 de mayo de 1524 que, al fundir y pesar
el guanín conseguido durante las diferentes correrías, su valor fue de 206,908
pesos oro: 185,000 para la real hacienda, y 21,908 para financistas, monasterios,
obras pías y conquistadores. El 10 de mayo de ese mismo año, el Maestre naviero
124 Referencia a las Leyes Nuevas u Ordenanzas de Barcelona, conseguidas por Bartolomé de las
Casas y aprobadas en 1542. Mediante ellas se prohibió la esclavitud de los indígenas y la
liberación de los que habían sido hechos.
52 Esclavitud Indígena en el Reino de Guatemala
con su gente de [Hernán] Cortés, y allí se vio donde tuvo el real que tuvo y se
vieron algunas cosas de las que allí dejó, en especial una lombarda [pequeño cañón
pequeño] y algún calzado.130
Por las culpas y delitos que de este proceso resultan contra el dicho capitán,
Francisco Hernández, así por los testigos y escrituras y cartas mensajeras contra
él en este proceso presentadas, como por sus confesiones, por ende habiéndome con
él benignamente, teniendo a Dios delante de mis ojos, fallo que debo condenar y
condeno al dicho capitán, Francisco Hernández, a que caballero en una bestia y una
soga a la garganta, atadas las manos, lo traigan por las calles acostumbradas de
esta ciudad, y en la plaza pública de ella lo degüellen de manera que naturalmente
muera. Y mando que del lugar donde le degollaren nadie no lo quite sin mi licencia
y mandado. Y condeno más al dicho capitán Francisco Hernández en perdimiento
de todos sus bienes para la cámara y fisco de Sus Majestades.143
En realidad, la verdadera razón del asesinato de Hernández de Córdoba
fue, por un lado, el temor de Pedrarias, más conocido en Nicaragua como Furor
Domini, a perder la inversión que había hecho en la conquista de Nicaragua; y,
por otro, evitar que la Gobernación de Tierra Firme disminuyera su tamaño y
poder, pues había la posibilidad que Nicaragua se convirtiera en Gobernación.
La cabeza de Hernández de Córdoba estuvo expuesta varios días sobre una
estaca de madera. Su cuerpo fue sepultado en el presbiterio de la Iglesia del
Convento de la Merced.
146 Juan de Grijalva: Sobrino del Gobernador de Cuba, Diego de Velázquez. En Tabasco (México),
uno de los ríos lleva su nombre. Según Bernal Díaz del Castillo (1933-I: 30), siempre mostró ánimo
de muy valeroso y esforzado capitán. Cayó en desgracia de Velázquez por las murmuraciones de
Francisco de Montejo y Pedro de Alvarado.
147 Fernández de Oviedo, 1855-IV: 105-106 (Libro XLII, cap. XII).
148 En Fernández, 1886-IV: 5-6.
149 Vega Bolaños (Colección Somoza), 1954-I: 191-192.
150 Vega Bolaños (Colección Somoza), 1954-I: 294.
151 En Aram, 2008: 372.
Esclavitud Indígena en Nicarfagua y Honduras 59
155 Vega Bolaños (Colección Somoza), 1954-I: 199-201. Cabezas Carcache, 2019: 24.
156 Mena García, 2002: 165.
157 Vega Bolaños (Colección Somoza), 1954-I: 196.
Esclavitud Indígena en Nicarfagua y Honduras 61
158 Vega Bolaños (Colección Somoza), 1954-I: 482-483; 1954-II: 95-100 y 285
159 Vallejo, 2008-I: 207.
160 Elvira o Elvirilla: En sucesivas ventas perteneció a Diego Galiano, Hernando de Hurtado, Luis
de Guevara, Francisco de Herrera, Francisco de Castañeda y Diego de Ayala Fue de los pocos
esclavos de Nequepio que se salvó de ser marcada con hierro candente. Por ella se pagó como
quinto real 2 pesos de oro. [Vega Bolaños (Colección Somoza), 1954-IV: 274; 1955-V: 459, 466].
161 Juarros, 2000: 386-387. Ayón, 1977: 220-223.
162 Vega Bolaños (Colección Somoza), 1955-IV: 190
62 Esclavitud Indígena en el Reino de Guatemala
y de esta manera cumplía el cacique el número que el tirano le pedía, con grandes
alaridos y llantos del pueblo, porque son las gentes que más parece que aman a
sus hijos. Como esto se hacía tantas veces, asolaron desde el año de 23 hasta el año
de 33 todo aquel reino, porque anduvieron 6 u 7 años 5 ó 6 navíos al trato [en el
negocio], llevando todas aquellas muchedumbres de indios a vender por esclavos a
Panamá y al Perú, donde todos son muertos, porque es averiguado y experimentado
millares de veces que sacando los indios de sus tierras naturales, luego mueren más
fácilmente, porque siempre no les dan de comer, y no les quitan nada de los trabajos,
como no los vendan ni los otros los compren sino para trabajar.
En carta a la Corona, Francisco de Castañeda señaló que, entre 1528 y el 4 de
octubre de 1529, en el rubro de registro y marca de esclavos indígenas, se habían
obtenido 860 pesos y 411 gramos de oro (387.275 maravedíes), lo que supondría algo
menos de un millar de esclavos indígenas, si aceptamos la estimación del gobernador
[Pedrarias] de que un esclavo nativo valía 5 pesos a lo sumo.170 Es más, el mismo
funcionario indicó a la Corona:
Suplico a Vuestra Majestad no la burla que acá pasa. El Protector [Diego Álvarez
de Osorio] siempre ha dicho que se herraban aquí indios por esclavos que eran
libres y no esclavos, y de ello ha informado a Vuestra Majestad. Y a esta causa, para
que no se herrasen fuera de aquí esclavos, sino aquí en esta ciudad para que él los
viese herrar, porque no se herrase ninguno libre, que en esta tierra no hay otro
provecho sino es el de los esclavos, se tomó un hierro que tenían en la ciudad de
Granada para herrar y se trajo al Arca de
las Tres Llaves,171 y aunque ha pedido el
dicho hierro el concejo de Granada para
herrar allá los esclavos porque dicen que
en traerlos acá pasan trabajo, no se lo
quisimos dar el dicho hierro para que allá
herrasen.172
Es un hecho histórico bien
comprobado, el que ningún historiador
serio puede negar, que Pedrarias Dávila
incrementó dicho tráfico esclavista, pues
autorizó que 5 ó 6 barcos se dedicaran a
22- Dibujo rememorativo del encuentro de Cristóbal Colón con
tan macabro medio de enriquecimiento, comerciantes mayas, en julio de 1502, al sur de las Islas de la Bahía
negocio dirigido por Hernán Ponce (Honduras). Acuarela de Víctor Manuel Aragón.
173 Hernán Ponce de León: En 1519, junto con el piloto Juan de Castañeda exploró desde Punta
Burica hasta el Golfo de Nicoya, descubriendo el Golfo de Osa y el Golfo de San Lúcar,
también conocido como de Chira; y uno de los principales traficantes de esclavos indígenas
hacia Panamá y Perú. Llegó en 1516 al Darién en la Armada de Pedrarias Dávila. En unión de
Andrés Garabito se entrevistó con Pedro de Alvarado, en las cercanías del Golfo de Fonseca.
Participó en la detención de Francisco Hernández de Córdoba, en Granada. En 1536, junto
con Hernando de Soto se trasladó al Perú. En 1548 consiguió Carta Ejecutoria de Hidalguía.
174 MacLeod, 1980: 43.
175 Fernández de Oviedo, 1853-III: 119-120.
176 Ayón, 1977: 217-218.
177 Aram, 2008: 223.
178 Bancroft, 1883-VI: 608.
66 Esclavitud Indígena en el Reino de Guatemala
esta armada veo los naturales y los españoles tan desasosegados, y al gobernador tan
poco cuidado de mirar por ella, ni hacerle bien, ni aprovecharla que no se en qué ha
de parar; sus pensamientos están puestos en la armada y todo ha de ser a costa de
esta pobre gobernación, y el daño yo no lo puedo remediar, porque soy solo; vuestra
Majestad.202
Por si fuera poco, Alvarado consiguió que el Obispo le prestara 1,350 pesos
pertenecientes a la fundación de la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios
para emplearlos en la construcción de la armada, los cuales nunca pudieron
ser recuperados.203 Puede que sean parte de los 1,500 pesos oro de minas que
Alvarado debía al Obispo, deuda que aparece en el protocolo del Escribano de
Cámara y de la Real Audiencia Diego de Robledo con fecha 13 de febrero de
1545.204
Para comprender mejor el efecto que la construcción de la Armada provocó
sobre los indígenas, existe el escrito Carta de los yndios Tlaxcalteca y mexicanos al
Rey sobre ser maltratados que Francisco de Oñate, residente en Almolonga envió a
Carlos V el 15 de marzo de 1547, en que se refiere a los agravios sufridos durante
la construcción de la Armada:
Después de algunos años pasados fue el dicho don Pedro de Alvarado a Castilla y a
la vuelta vino hecho Adelantado por vuestra real Majestad y comenzó luego a hacer
una armada muy grande para descubrir tierras nuevas, donde tornaron a renovar
y a crecer los trabajos que solíamos tener porque tornamos a tributar de nuevo y
a trabajar en cortar y aserrar madera y hacer pez y maromas y carbón para hacer
navíos y fustas y servicios excesivos y a toda su casa mantenida y sobrada y todos
mayores trabajos que pasaron los hijos de Israel, y donde casi de los que habíamos
quedado y escapado perecimos de los grandes y malos tratamientos y dolencias que
por nosotros pasó.205
T ezulutlán, la Tierra de Guerra de las huestes españolas, fue la región en que frailes
dominicos, encabezados por Bartolomé de las Casas, pusieron en práctica lo
que éste había escrito en su De unico vocationis
modo gentium ad veram religionem, es decir,
proponer a los indígenas las enseñanzas del
Evangelio, por medios pacíficos, para que sin
coacción alguna decidieran si las aceptaban.
Tal escrito constituía el remedio a los
crímenes que los soldados españoles habían
venido cometiendo, so pretexto que el Papa
Alejandro VI (Rodrigo Borgia, célebre por
su vida incestuosa y los actos de nepotismo)
había encargado al Reino de Castilla la
conversión de los infieles de las nuevas tierras
descubiertas. Con dicho ensayo misionero,
Las Casas intentaba hacer una propuesta
práctica de lo que se establecía en la Sublimis
Deus, Bula Papal emitida por el Papa Paulo
III (ilustración 25) el 2 de junio de 1537, a
solicitud de Fray Bernardino de Minaya
(op) y Fray Julián Garcés (op), Obispo de
Tlaxcala, en la que declaró urbi et orbi que
los indígenas eran seres dotados de razón y
que no podían ser esclavizados ni privados
25- Paulo III. Oleo de Tiziano. Museo de Capodimonte de su libertad o del dominio de sus bienes,
(Nápoles).
pues eran humanos; y que tenían derecho
74 Esclavitud Indígena en el Reino de Guatemala
tan gran crueldad concediese, ni podemos imaginar cuán perentorias fueron las
razones de aquel que así pudiese convencer la sabiduría de tan claros varones
como hay en vuestro alto Consejo, para que tal cosa otorgasen; y así creemos que
debió ser muy sutil y engañosa la paliada ocasión que dio de algún gran provecho
para la tierra el que esto pidió, pues que asistencia tan católica conmovió; porque
la concesión del hierro es contra la ley divina, la que no consiente que los libres
se hagan esclavos, aunque en la tal servidumbre intervenga Autoridad Real. Pero
podrían decir los de vuestro Real Consejo que ellos no dan autoridad para herrar,
sino los que son justamente esclavos. A esto decimos que acá no hierran sino
libres, y la razón es porque los españoles tienen sobra de codicia e importunan a
sus caciques que les rescaten esclavos a trueco del tributo que les han de dar, y los
tristes por verse libres danles de sus macehuales libres por esclavos, los cuales por
miedo no osan alegar libertad, y como el hierro se encomendó a quien le procuró, no
cura de hacer larga examinación […] La tal concesión es contra vuestro Imperial
oficio, el cual es amparar la Iglesia e libertar a los injustamente cautivos. Y cómo,
Señor, el sacro óleo con que fuisteis ungido por coadjutor de Dios fue para afilar
vuestro Real cuchillo contra los inocentes y pupilos; para contra los tiranos os
concedió el estoque el Vicario de Cristo el día de vuestra Imperial coronación os
dio: que no para contra los tristes vasallos vuestros.213
216 Referencia a Beltrán de la Cueva, socio de Francisco de los Cobos y Pedro de Alvarado en el
negocio de esclavos, y quien con De los Cobos promovieron a Francisco Marroquín, primero,
como Encargado del Hierro de los Esclavos, y después como Obispo de Guatemala.
217 En Pérez de Tudela Bueso, 1957-CXV: cxlv-cxlvi.
218 Pérez de Tudela Bueso, 1957-CXV: cxlvi.
Las Casas, Leyes Nuevas y Abolición de la Esclavitud Indígena 79
no obstante que por no haber visto su real firma, no las podemos creer, estamos tan
escandalizados, como si nos enviara a mandar cortar las cabezas.221
En esa carta, en forma directa, las autoridades edilicias acusaron a Las Casas
de haber sido el promotor de las Leyes Nuevas:
Quiérennos certificar que ha sido parte para esta sentencia tan cruel un Fray
Bartolomé de las Casas. Mucho nos admira esto, invicto príncipe, que vuestra casa
tan antigua, comenzada de vuestros católicos abuelos, pasada por tantas manos,
entendida por tan buenos juicios, tan sanos, tan a bastantes en letras, se venga
todo a trastornar por un fraile, no letrado, no santo, envidioso, vanaglorioso,
apasionado, inquieto, y no falto de codicia. De todo se puede hacer clara probanza,
y sobre todo escandaloso, y tanto que en parte de estas Indias no ha estado que lo
hayan echado, ni en monasterios lo pueden sufrir, ni él es para obedecer a nadie,
y por eso nunca para. En sola esta ciudad y gobernación cupo por contemplación
de nuestro prelado, y le sufrimos. Ciertamente el Padre Fray Bartolomé es él solo
bueno, y todos debemos ser malos.222
Concluyen la misiva con una falacia ad misericordiam, pues recuerdan a la
Corona española que está en deuda con los conquistadores, ya que a ellos debe
los tesoros americanos que incrementaron su real haber:
Y suplicamos a V. M. tenga memoria del acelerado, grande y cruel castigo, que
envió Dios por nuestros pecados, cuando asoló la mayor parte desta cibdad, lo
perdimos casi todos lo que teníamos; y los grandes gastos que .se han hecho en
edificarla de nuevo. no tiene cuento. ¿Pues, cómo, Católico César, se puede sufrir
esto, ni compadecer, si Vuestra Majestad no alarga su mano imperial, y hace muy
crecidas mercedes a esta ciudad? Porque se le debe más que a cuantos hay en
las Indias por lo mucho que ha servido y por el mucho socorro que todas estas
provincias comarcanas han recibido de aquí. Y los reinos del Perú si están debajo
el yugo y sujeción de Vuestra Majestad do tanto tesoro se ha sacado y saca ¿quién
ha sido la causa? Los caballeros, caballos y armas que de esta ciudad y gobernación
salieron y cada día salen, lo cual es notorio. Páguenos Vuestra Majestad lo que
nos debe, y háganos grandes mercedes, lo cual pedimos en humilde suplicación
de rodillas ante Vuestra Majestad y que se compadezca de nosotros desterrados
para siempre de nuestra naturaleza, que por solo esto se nos debía dar lo que acá
hay, sin reservar cosa alguna, cuanto más que todo lo pedimos y queremos para lo
gastar en su real servicio.223
suyos y Vuestra Majestad nunca lo ha querido fiar sino de los prelados o personas
eclesiásticas.
• Debe Vuestra Majestad proveer y mandar que de los tributos y rentas de los
pueblos se edifiquen iglesias y se compren ornamentos, pues a todo están obligados
los encomenderos, pues llevan el fruto.
• El Licenciado Maldonado que es presidente es buen hombre y buen cristiano y
de buenos respetos, honesto, pero es muy remiso, casi tanto como yo; no es nada
cuidadoso ni vigilante, ni se le da mucho por la república ni por la policía de ella,
no se desvela nada en cómo se haya de aumentar; todo lo cual es necesario para
el que ha de gobernar y ser cabeza; y ahora que ha tomado mujer (que es lo mejor
que él podría hacer) no sé si tendrá más cuidado o menos. De los oidores, a mí no
me satisfacen mucho sus letras ni su vida, aunque los he conversado poco; para
tal cargo convenía que fuesen más buenos y más doctos que los obispos, que más
pueden y más valen y mucho más fruto pueden
hacer con su buen ejemplo y vida, si quieren;
dícenme que hay división entre ellos: pesarme
habría si durase.230
En respuesta al clamor y malestar de
encomenderos y del Obispo Marroquín, el
31 de agosto de 1545, en carta al Emperador
Carlos V, el Presidente Alonso de Maldonado
(ilustración 27) informó que, de motu proprio,
había suspendido algunas cláusulas de las
27- Firma del Presidente Alonso de Maldonado. Leyes Nuevas, en especial la más importante,
la relacionada con la liberación de los
indígenas esclavos:
En lo que Vuestra Majestad manda por su real ordenanza que los indios esclavos
se pongan en libertad, si los poseedores no mostraren título como los poseen
legítimamente, parece que si la orden se guardase de necesidad, se daría la libertad
a todos los esclavos, porque ninguno podría mostrar otro título sino el de haberle
habido en la guerra, y haberse herrado por mandado de vuestros capitanes, por
las provisiones e instrucciones que de Vuestra Majestad han tenido, y no pueden
probar que se herró conforme a ellas, y de esta manera todos los esclavos se darían
por libres, de que se recrecerían grandes inconvenientes, porque las personas que
los tienen, perderían sus haciendas, que hay muchos que no tienen otra más de los
esclavos que han comprado, y la tierra vendría en pobreza y gran diminución.231
En octubre de 1545, hubo en Gracias a Dios airadas discusiones en torno a
la aplicación de las Leyes Nuevas, al grado que el Presidente Maldonado y los
Oidores Juan Rogel y Pedro Ramírez de Quiñónez se dieron a la tarea de insultar
en público a los Obispos Bartolomé de las Casas y Antonio de Valdivieso. Razón
[…] no confíe más Vuestra Alteza de estos presidente y oidores de esta Audien-
cia lo que toca a indios, más que encomendar a lobos hambrientos ovejas muy
mansas; ni aun son dignos de gobernar cinco gallinas, sacando, como he en otras
he escrito, a sólo el Licenciado Herrera.237
[…] Y en Guatimala también hay mucho daño, sino que el obispo no cura ni
suele curar mucho de estas injurias y afrentas de la Santa Madre Iglesia, porque
no quiere estar mal con nadie, sino que se le torna al revés.
238
destruyen sin ninguna piedad. Yo estoy determinado de me partir para allá pasado
el invierno y será en fin de octubre y haré lo que pudiere. Plega a Dios que haga
algo en que sirva a Dios y a Vuestra Majestad. Tenga de allá entendido que luego
van de mí quejas diciendo que destruyo la tierra y la despueblo, porque así llaman
acá el hacer Justicia y cumplir lo que Vuestra Majestad manda como ya tengo
escrito desde Santo Domingo. Es verdad que porque este otro día condené a unos
vecinos de Comayagua en privación de unos indios porque, contra lo por Vuestra
Majestad mandado, los llevaron cargados a las minas. Fue tanto el escándalo como
si hubiera vendido la tierra al turco; y no faltó quien otro día predicó que la suma
justicia era suma injusticia, y que aquello era crueldad, aunque el rey lo mandase,
ni sus leyes; y que en esto no era justo que se ejecutasen y otras cosas semejantes.
Yo tengo harto trabajo que si hago justicia y cumplo lo que Vuestra Majestad
manda he de caer en la ira del pueblo y han de decir herejías de mí, y si no lo
cumplo he de caer en la ira de Dios y de Vuestra Majestad, y de mi conciencia.
Plega a Dios que me dé gracia con que haga lo que debo.247
A mediados de noviembre de 1548, Cerrato llegó a San Salvador donde, después
de poner en libertad alrededor de 500 indígenas que habían sido esclavizados
injustamente, realizó la tasación tributaria de los pueblos que dependían de
dicha ciudad, así como la de los pueblos de Nicaragua.248 Sin embargo, no detalló
información sobre las modificaciones hechas.
Para el 8 de abril de 1549, Cerrato y los oidores ya estaban en Santiago de
Guatemala (Panchoy), hospedados en una casa que, ante el ofrecimiento de
promesa de venta, el Obispo Marroquín les prestó, para que la Audiencia de los
Confines cumpliera con sus obligaciones.249
Cierto lo debe causar nuestros pecados o los de estas pobres gentes, o es que el
demonio de su naturaleza envidioso por estorbar tanto bien como en estas provincias
se ha hecho (que es para alabar a Dios cuanto fruto se hace) ha procurado y procura
de poner cizaña entre religiosos y seculares; como si no fuésemos todos hijos de un
padre que está en los cielos y de una profesión cristiana.253
Sostuvo en forma descarada que, al principio de la conquista, hubo algunos
descuidos y malos tratamientos, pero que eso ya había pasado y ahora todos los
conquistadores presumen de buenos cristianos. Añadió que, como al Presidente
Cerrato y a los frailes no les dolía la situación de los vecinos, los trataban así, lo
que a él le dolía por verlos afligidos:
Antes que hubiese audiencias, siempre fue sólo cuestión con los seculares; y cuando
vinieron religiosos, todos nos uncíamos y fuimos de un parecer para en favor de
estos pobres indios. Por entonces había algunos descuidos y malos tratamientos.
No estaba la gente tan puesta en descargo de la conciencia de Vuestra Majestad
y suya, como ahora que todos presumen de buenos cristianos. Y a esta causa,
como los veo afligidos, allégome a ellos para los consolar. Y de esta manera ando
con todos. Y no sienten bien de ello presidente y religiosos. Mas como ellos están
satisfechos de sí, también lo estoy yo de mí, y creo que acierto en hacer lo que hago:
que como tengo esta tierra por hija y la he criado y sustentado 20 años, no querría
que el demonio tomase posesión o me quitase la que tengo. Y
como no les duele, así lo tratan. Enemigo soy de hipocresía y
por tanto no puedo dejar de decir y hablar lo que siento y tengo
dentro.
254
entre los españoles que se avecindaron. También recordaban como éstos habían
concentrado en las tierras recibidas a sus esclavos de guerra y de rescate (naborías).
Por eso es que reconocieron en la crónica del Memorial de Sololá257 (ilustración 30)
lo que el Presidente Cerrato hizo por ellos:
de ser juez de ellos. Y allí posó muchos días con escándalo de toda la tierra. Y
allí se les mostró tan parcial que, porque no quise decir misa un día delante de
Pedro de los Ríos, por estar notoriamente excomulgado, por muchas partes dijo
el Licenciado que era revolver la tierra. Y así se llama en estas partes todo lo
que es servicio de Dios y de su Majestad. Y también cuando el Presidente vino,
Rodrigo de Contreras con gran gasto a las fiestas y trajo su hija267 80 leguas que se
camina trepando; fueron los que más gastos hicieron en las fiestas. Y fue Rodrigo
de Contreras padrino del Presidente; y otras cosillas que, aunque son pocas en
los efectos, se han hecho mucho, y principalmente ha nacido de que los pecados de
Rodrigo de Contreras son los mismos del presidente: y no puede hacerse justicia
de unos sin condenarse los otros, quien lo pide contra los unos la pide contra
los otros. Y así está esta audiencia perdidísima. Conviene que vuestra Alteza lo
remedie con brevedad.268
Mientras tanto, la aplicación de las Leyes Nuevas había provocado grandes
conturbaciones en Perú. Por ello, a principios de 1546, en la Corte, el Emperador
Carlos V encargó al Sacerdote Pedro de la Gasca marchar hacia Perú como
comandante de un fuerte contingente militar, para reprimir y castigar a los que
habían depuesto y decapitado al Virrey Blasco Núñez Vela, por haber cumplido
en la aplicación de las Nuevas Leyes. A su arribo a Nombre de Dios (Panamá),
en cartas enviadas al Presidente de la Audiencia de los Confines, Alonso de
Maldonado, y al Ayuntamiento de Santiago de Guatemala, les ordenó que, sin
dilación, reclutaran hombres en su apoyo. En cumplimiento de lo ordenado, el
26 de enero de 1547, el Licenciado Maldonado envió al Oidor Pedro Ramírez de
Quiñones a Santiago de Guatemala a reclutar y conseguir provisiones. El cronista
Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán,269 en su Recordación Florida, apuntó
que en Santiago de Guatemala 200 infantes se incorporaron y que, gracias a la
ayuda de los Alcaldes Ordinarios Lorenzo de Godoy y Antonio Ortiz, Ramírez
de Quiñones partió un navío repleto de carne salada, jamones, arroz, frijoles, maíz,
mantas, alpargatas, vestidos, armas, pólvora y balas, y algún pertrecho, para el arte de
la marinería, de jarcia y de cabuya. sólo reclutó a 120, como el Presidente Maldonado
lo confirmó, en carta enviada desde Nicaragua.270 Bartolomé Marroquín, hermano
del Obispo Marroquín, fue uno de los que acompañaron a Ramírez de Quiñones a
Perú.271 Antes de partir, estando en Granada durante la fiesta del Corpus Christi,
Maldonado y Ramírez de Quiñones insolentaron a la concurrencia contra el
Obispo Valdivieso:
267 Se trata de Aldonza, hija del Licenciado Alonso de Maldonado y Catalina de Montejo.
Había sido bautizada en noviembre de 1545, por lo que en 1547 aún no había cumplido dos
años, lo que constituyó un gran escándalo de maltrato infantil, pues la criatura tuvo que
ser transportada por montañas y ríos caudalosos, desde Gracias a Dios (Honduras) hasta
Nicaragua.
268 Vega Bolaños, 1956-XI: 502.
269 Fuentes y Guzmán, 2013-II: 540.
270 Vega Bolaños, 1956-XIV: 276.
271 Sáenz de Santa María, 1964: 271.
Las Casas, Leyes Nuevas y Abolición de la Esclavitud Indígena 93
280 Entredicho: Del latín interdictus. Pena eclesiástica, por la cual se prohíbe la celebración de los
divinos oficios, la administración y recepción de los sacramentos y la sepultura eclesiástica.
281 AGCA, A1, leg, 1511, fol. 80 y 85. Remesal, 1932-II: 218.
282 Lo más seguro es que fuera mercedario, ya que en Granada había varios frailes de su orden
que, antes de su llegada habían elevado quejas contra el Gobernador Rodrigo de Contreras.
283 Vega Bolaños, 1956-XIV: 293-294.
96 Esclavitud Indígena en el Reino de Guatemala
es por pasión con alguno; pero que él se mantendría firme y que no dejaría usurpar
la jurisdicción real en un cabello ni perder un punto de la preeminencia real, porque se
ponen en disputar por teología si vuestra Majestad tiene poder o el audiencia para les
mandar otorgar las apelaciones, ni alzar fuerzas.284
Dos años después de tomar posesión como Presidente de la Audiencia de los
Confines, López de Cerrato, funcionario en quien Bartolomé de las Casas había
depositado su esperanza para que las Leyes Nuevas fueran aplicadas en forma
rigurosa, cambió profundamente y se convirtió en una persona intransigente y
contraria no sólo a los reclamos del Obispo Francisco Marroquín, sino también
del Obispo Valdivieso. Por la documentación que ha salido a luz, correspondiente
a los años de 1548 y 1549, sólo se conocen los escritos de Cerrato y del Obispo
Marroquín, no así los de Valdivieso. ¿Qué había sucedido para que se diese el
cambio operado en Cerrato? El Oidor Diego de Herrera aportó alguna explicación
cuando señaló que el Licenciado Cerrato se había dedicado a encomendar indios a
sus deudos y a otras personas que habían llegado con él desde Santo Domingo.285
Bernal Díaz del Castillo286 amplió tal acusación en carta al Emperador Carlos V,
del 22 de febrero de 1552:
En lo que Vuestra Majestad le manda de preferir a los conquistadores y casados
pobladores, y ayudar a casar hijas de huérfanos conquistadores y pobres en los
aprovechamientos de estas tierras les ayudase a sustentar, ¿qué más justo mando
puede ser que éste? Sepa Vuestra Majestad que si el mismo mando Vuestra
Majestad le hubiese dado diciendo: «mira que todo lo bueno que vacare y hubiere
en estas provincias todo lo deis a vuestros parientes», no lo ha hecho menos, que
ha dado a dos hermanos y a una nieta que casó aquí y a otro su yerno y a sus
criados y amigos los mejores repartimientos de estas provincias que han vacado. Y
en verdad que cualquiera de ellos por sí es de más renta que todos juntos cuantos
ha dado en esta ciudad a todos los conquistadores. Y a un su amigo, que dio un
repartimiento de éstos que digo, que se dice Ballezillo, sepa Vuestra Majestad
que iba preso desde Nombre de Dios para España y se soltó en el viaje, y diz
que le había tomado residencia un Clavijo, y por ciertos delitos y por cosas que
halló contra él y le condenó en cierta cantidad de pesos de oro para vuestra Real
Cámara, y le acogió y dio repartimientos de indios. Así que los ha dejado de dar a
quien Vuestra Majestad manda y los ha dado a sus parientes y criados y amigos; y
aún no ha cumplido con todos, que aún están ahora aguardando que les den a dos
sus primos y un sobrino y un nieto; y no sabemos cuándo vendrá otra barcada de
Cerratos a que les den indios.
Ejemplo de tal nepotismo lo fue el pueblo de Nindirí (Nicaragua) que
encomendó a su hermano Juan López Cerrato; y otros pueblos los otorgó a sus
yernos Nicolás López de Irarraga y Sancho Cano Guerrero. Ante la contundencia
de las acusaciones que se iban acumulando en su contra en la Corte, Cerrato buscó
hecho ciertas informaciones por vía de Inquisición contra ellos y había publicado
que tenía cedula de Vuestra Majestad para que no estuviesen en la tierra. De todo
lo cual parece que los hijos de Rodrigo de Contreras estaban muy indignados.
Ofrecióse que a esta sazón estaban muchos de los desterrados del Perú, así de los
que había enviado el de la Gasca, como de los que el Gobernador del Nombre de
Dios había echado en Nicaragua, los cuales juntó así Hernando de Contreras,
hijo del Rodrigo de Contreras, y determinó de matar al Obispo. Y así lo hizo. Y
muerto, le robó y también la caja de Vuestra Alteza. U de ahí se fueron al Puerto
del Realejo y tomaron ciertos navíos y se apoderaron en ellos.292
Ocho días después, el 10 de junio de 1550, informó que haría viaje a Nicaragua
en compañía del Obispo Marroquín, y que antes no lo había hecho, porque los
Oidores se opusieron.293 A pesar del ofrecimiento y de varias reales cédulas que
le ordenaron hacer justicia, tampoco lo hizo.
Además de las versiones enviadas por Marroquín y Cerrato, la Corona
también recibió nuevos detalles sobre el asesinato, escritos en Sevilla el 22 de
septiembre de 1550 por el Presbítero Pedro de la Gasca, quien señaló también
como uno de los autores intelectuales del asesinato a María de Peñalosa, mujer
de Rodrigo de Contreras, y madre de Hernando y Pedro de Contreras.294 Con
base en las varias noticias recopiladas por el Consejo de Indias, el 6 de octubre de
1550, el Emperador Carlos V y la Reina Juana la Loca emitieron una real cédula
ordenando a la Audiencia de los Confines llevar a la justicia a los involucrados
en el crimen:
y como quiera que es de creer que vosotros habréis proveído lo que convenga para
castigar y hacer justicia de los delincuentes, por ser los delitos tan graves y dignos
de riguroso castigo, habemos acordado de mandar dar para vos la comisión que con
esta vos mando enviar. Yo os encargo y mando que luego que la recibáis entendáis
en lo que por ella se os comete con el cuidado y diligencia que de vos confiamos y
lo requieren el castigo de semejantes delitos.295
El mismo día 6 de octubre de 1550, la Corona envió una nueva Real Cédula
en la que resumió lo acontecido antes y después del asesinato del Obispo, e
involucró directamente a María de Peñalosa:
A vos el nuestro Presidente y oidores de la Audiencia Real de los Confines, salud
y gracia. Sépades que nos somos informados que Hernando de Contreras y Pedro
de Contreras, hijos de Rodrigo de Contreras, nuestro Gobernador que fue de la
provincia de Nicaragua, juntaron gente en la dicha provincia y fueron con mano
armada a la ciudad de León de la dicha provincia, donde residía don fray Antonio
de Valdivieso, obispo de ella, y entraron en su casa y le mataron a puñaladas. Y de
allí con cantidad de gente sus secuaces se fueron a la ciudad de Panamá con ánimo
dañado y alteraron la dicha ciudad y toda aquella provincia y procuraron de matar
Alvarado, Pedro de
1886 [1541] “Carta del Adelantado Don Pedro de Alvarado, escrita al Rey, dándole
cuenta, como yendo en prosecución de lo capitulado con S. M. por los puertos
de la Nueva España con su Armada compuesta de once navios, los nueve
de gavia, una galera y una fusta al descubrimiento de la costa y provincias
del Poniente hizo compañía con el Virrey Don Antonio de Mendoza de todo
lo que se descubriese entre ambos, así por mar como por tierra; y en su
consecuencia habían resuelto dividir la dicha Armada en dos partes; y la una
compuesta de tres naos gruesas y una galera enviar á las islas del Poniente
a cargo de Ruy López de Villalobos, y la otra de cinco naos y una fusta por
la costa de Tierra firme al de Juan de Alvarado”. Colección de Documentos
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indios esclavos 40 23, 33, 35, 59,79, 96, 100 Teniente de Gobernador
mina de Pedro de perpetuidad 8 de San Salvador 61
Alvarado 40 vitalicio 20 Rojas, Gabriel de 52, 56
minas de plata 40 y derecho divino 23 expedición a Honduras 54
pueblo de Pedro de Requerimiento 4, 20, 21, 22, Roma 21
Alvarado 71 23, 28 Ruiz, Juan
Quezaltepeque 52 Rescate informe sobre asesinato de
Quiavit 17 oro 50 Obispo Valdivieso 100
Quicab 12, 14 Resinas aromáticas 3
Quichés 26 Reyes Católicos S
esclavizados 4, 27 y esclavitud indígena 19 Sacapulas 12
herrados 27 Ríos Sacatepéquez 34
Quintero, Cristóbal Coco 49, 52, 54 Sacerdotes seculares
Maestre naviero 52 Dulce 6 Agüero, Diego de 50
Quinto real 52, 61 Misisipi 52 Bravo, Pero 45
Q’ukumatz 12 San Juan 62 Escobar, Diego de 50
Q’umar Ka’aj Ulúa 68 explotación de indígenas
incendiada por Pedro de Rivafecha, Catalina 16 89
Alvarado 26 Rivas 17 La Gasca, Pedro de 92
Roatán Pacheco (facineroso) 100
R entradas o correrías 24 Pérez, Rodrigo 50
Rabinal salteamiento de indígenas Sacrificios humanos 14, 15, 17
mina 40 66 Sáenz de Santa María,
Ramírez de Quiñones, Pedro Robledo, Diego de Carmelo 74, 81, 82, 84
92 Escribano de Cámara y de Sahagún, Bernardino de 15
y Bartolomé de las Casas la Real Audiencia 72 Salcedo, Diego de
82 Rodrigo de Jesús huye de San Salvador con
Ramírez, Pedro 89 Sacramentado Martín de Estete 61
Realejo 47 véase Betancurt, Rodrigo Salinas 13
Real Hacienda 56 de Salmerón, Juan de
Regidores 58 Rodríguez Cabrillo, Juan Oidor en la Audiencia de
Carrillo, Hernán 29, 33 construcción de armada Nueva España 77
Pérez Dardón, Juan 29, 33 71 Salteamientos 66
perpetuidad 8 descubridor de California Salvia 3
Portocarrero, Pedro de 29, 45 Sánchez de Ortega, Diego
33 explotación de mina 40 explotación de mina 40
Zubiarreta, Domingo 29, Rodríguez de Fonseca, Juan San Cristóbal de los Llanos
33 Obispo de Burgos 20 artillería entregada a Pedro
Reguera, Alonso 29 Superintendente de la de Alvarado 43
Escribano de Cabildo 33 Casa de Contratación 20 Sancti Spíritus 25
Reinas y esclavitud indígena 5 Sandoval, Gonzalo de 55
Castilla 21 y Gil González Dávila 7 y Francisco Hernández de
Isabel la Católica 3 Rodríguez, Juan Córdoba 55
Juana la Loca 5 y Pedro de Alvarado 45 San Miguel de la Frontera
León 21 Rogel, Juan despoblada por Tunatiw
Relación de las Cosas de Oidor 81 41
Yucatán 15 y Bartolomé de las Casas San Pedro 21
Remesal, Antonio de 5, 37, 82 San Pedro de Puerto Caballos
41, 43, 69, 71 Rojas, Diego de apertura de camino 67
cronista dominico 41 Alcalde Ordinario 29, 32 fundación 68
y Armada a Perú 41 capturado por Martín de San Pedro de Sula
Repartimiento de indios 4, 5, Estete 61 véase San Pedro de Puerto
Índice Analítico 127
Alvarado 68
Zubiarreta, Domingo
Regidor 29, 33