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Die Teotihuacan-Kultur des Hochlands von México

Eduard Seler

“Aus einer vorgeschichtlichen Zeit in die Gegenwart ragend, erheben sich, unfern einer
bewässerten Niederung, deren Ströme dem grossen, abflusslosen Becken von México
zufliessen, und nur 6 leguas, d.i. 33 km, von der Hauptstadt entfernt, die umfangreichen
und ansehnlichen Reste von Bauwerken, die den Mexicanern der Zeit del Eroberung
Teotihuacan genannt wurden und noch heute diesen Namen führen. Während bei einer
anderen nicht minder berühmten Ruinenstadt, dem Orte Tollán oder Tula, die Tradition
den Namen seiner ehemaligen Bewohner erhalten hat –ein Name, der allerdings nur von
dem Namen der Stadt selbst abgeleitet ist-, schweigt die Ueberlieferung ganz bezüglich
des Namens und der Art des Volkes, das die grossen Bauten von Teotihuacán
errichtete” (p. 405).

“Desde tiempos prehistóricos hasta la pujante actualidad, se levantan no lejos de un


valle de regadío, cuyos ríos al fluir alimentan los lagos de la cuenca de México, a tan
sólo 6 leguas, es decir 33 km. de distancia de la capital de México, los grandiosos y
considerables restos de las construcciones que fueron llamadas por los mexicanos del
tiempo de la conquista como Teotihuacán y que llevan ese nombre hasta el día de hoy.
A diferencia que otra ciudad antigua no menos célebre, el lugar de Tollán o Tula,
nombre otorgado por la tradición a causa de sus antiguos habitante – este nombre que,
sin embargo sólo es una derivación del nombre de la misma ciudad-, la tradición
permanece en silencio concerniente a los nombres y la naturaleza de personas que
erigieron las grandes construcciones de Teotihuacán” (p. 405).

“So führt uns denn die Erörterung der Fragen, die an die Thongefässe glasierten
Ansehens sich knüpfen, zu derselben Thatsache hin, die uns so oft bei dem Studium der
Alterthümer der Teotihuacan-Kultur entgegentrat, die auch aus der Verbreitung der
Steinjoche und der Palmas sich zu ergeben scheint, dass Teotihuacan die Mutterstadt
oder eine der Mutterstädte war, von der die grossen Kultur- und Handelszentren der
Küste sich ableiteten –eine Thatsache, die den gechichtlichen Kern darstellt, den wir,
neben den unzweifelhaft mythischen Zügen, in den Sagen von Quetzalcóatl und seinem
Volke, den Tolteca, zu erkennen haben” (p. 585).

Así nos lleva a la discusión de las cuestiones que se basan en el enredado punto de
vista sobre las vasija de barro vidriadas hacia el hecho mismo que confrontamos tan a
menudo en el estudio de las antigüedades de la cultura teotihuacana, al igual que la
distribución de los yugos de piedra y palmas muestran mayor luz sobre sí Teotihuacán
fue la ciudad madre o una de las ciudades y centros comerciales principales que se
diferencian de aquella gran cultura de la costa – un hecho que es el núcleo histórico
para nosotros, junto con las indudables características míticas sean reconocidas en las
leyendas de Quetzalcóatl y su pueblo, los toltecas (p. 585).

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