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DESARROLLO:

- CONSIGNA N° 1

Ante la cuestión planteada por mi cliente, en primer lugar, analizo la situación y el juez
competente. Del análisis del CCyCN, encontramos el Art. 2666 sobre “Jurisdicción” establece
las acciones reales de bienes no registrables, que intervendrá el juez del domicilio del
demandado o del lugar de situación de los bienes no registrables, quienes son competentes
para entender en las acciones reales sobre dichos bienes. En cuanto al derecho aplicable en
este caso en concreto, será el que se manifiesta en el Artículo 2670 “Derechos reales sobre
muebles que carecen de situación permanente” Dicho artículo establece que los derechos
reales sobre los muebles que el propietario lleva siempre consigo o los que son de su uso
personal, esté o no en su domicilio, como también los que se tienen para ser vendidos o
transportados a otro lugar se rigen por el derecho del domicilio de su dueño. Si se controvierte
o desconoce la calidad de dueño, se aplica el derecho del lugar de situación. Esto quiere decir
que el derecho que regirá los derechos reales sobre este tipo de muebles es el del domicilio de
su dueño.

Por otra parte, encontramos el Protocolo de Buenos Aires de 1994, el cual establece en
su Artículo 7 que en ausencia de acuerdo tienen jurisdicción a elección del actor: a) Los jueces
del lugar de cumplimiento del contrato; b) Los jueces del domicilio del demandado; c) Los
jueces de su domicilio o sede social cuando demostrare que cumplió con su prestación.

Para determinar el derecho como Principio, sin dudas, citaremos el Artículo N°38 del Tratado
de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1940, el cual manifiesta que corresponde el
derecho del lugar de cumplimiento del contrato para resolver la controversia planteada. Por
último, no debemos olvidar, aplicar lo reconocido en la Convención de Viena sobre
Compraventa Internacional de Mercaderías, vigente entre Argentina y Uruguay.

- CONSIGNA N°2

La crisis sanitaria a nivel mundial por el COVID-19 que ha afectado a la humanidad global, fue
declarada por la OMS como una emergencia de salud pública de preocupación internacional el
día 30 de enero de 2020, ya que ha generado el estado de alarma mundial, lo que produjo
decretos de “Necesidad y Urgencia” en una larga lista de países, entre ellos Argentina, y en el
ámbito del derecho, en nuestro País se han creado numerosos Decretos Ley de parte del Poder
Ejecutivo, los cuales impactaron con resoluciones en el ámbito del Poder Judicial. La situación
de emergencia sanitaria fue tomada como una causa de fuerza mayor, su periodo de vigencia
en un primer momento fue indefinido, analizándose la situación período tras período según los
casos vigentes, esta situación afectó sin dudas, el normal desenvolvimiento de las relaciones
laborales y contractuales dentro de nuestro País y con más razón aún las internacionales, ya
que se ha tratado de un escenario que resulta de complejo análisis, y que configura una
excepción al pacta sunt servanda, debiéndose analizar la Ley aplicable, y un amplio análisis de
los Tratados a nivel Internacional, atento que no encontramos frente a una hipótesis de fuerza
mayor que justifica el incumplimiento. En caso de que la obligación incumplida sea de “dar”, el
deudor no será responsable, pero la contraparte de todos modos deberá cumplir con su
obligación correspectiva. En cambio, si se trata de una obligación de hacer o de no hacer,
también el otro contratante quedará liberado de cumplir su propia obligación.
Nuestro País, es uno de los estados ratificante de la Convención de Viena de Compraventa
Internacional de Mercaderías, que en su artículo 79, incorpora la posibilidad de exonerar del
cumplimiento si prueba que esta falta de cumplimiento se debe a un impedimento ajeno a su
voluntad y si no cabía razonablemente esperar que tuviese en cuenta el impedimento en el
momento de la celebración del contrato, que lo evitase o separase de sus consecuencias. La
República Argentina es estado parte signatario de los Tratados de Montevideo de 1889 y de
1940. Dichos tratados no ofrecen regulación ante fuerza mayor, allanándose a lo que disponga
el derecho interno que resulte aplicable en virtud de lo reglado en la norma de conflicto del
Tratado sobre la materia de la que se trate.

Analizando profundamente, desde el ámbito contractual está vigente el Protocolo de


Buenos Aires sobre jurisdicción internacional en materia contractual, aunque este sólo
hace referencia a la Ley aplicable.

Cuando resultare aplicable la dimensión del derecho interno, el artículo 1730 del CCyCN ha
calificado el instituto de la fuerza mayor empleando los términos "caso fortuito" y "fuerza
mayor” como sinónimos, señalando que se considera caso fortuito o fuerza mayor al hecho
que no ha podido ser previsto o que, habiendo sido previsto, no ha podido ser evitado. El caso
fortuito o fuerza mayor exime de responsabilidad, excepto disposición en contrario. Con
respecto a la imposibilidad de cumplimiento, se distinguen dos supuestos: a) imposibilidad
sobrevenida, objetiva, absoluta y definitiva de la prestación, en cuyo caso, se extingue la
obligación sin responsabilidad; y b) el supuesto de la imposibilidad sobrevenida, objetiva,
absoluta y temporaria de la prestación, en cuyo caso tiene efecto extintivo cuando el plazo es
esencial, o cuando su duración frustra el interés del acreedor de modo irreversible. -

- CONSIGNA N°3

Como Abogada asesora, aconsejaría a mi cliente el Sr. Carlos Agundez, en cuanto a futuros
contratos internacionales, que determine como ley aplicable a los contratos internacionales, la
autonomía de la voluntad, la cual le dará un doble alcance a explicar en cuanto: 1) Según la
autonomía material, las partes pueden determinar el contenido del contrato, ante lo cual habrá
que reconocer la naturaleza suplentica de las normas legales respectivas, salvo los límites
impuestos por las leyes imperativas. 2) Según la autonomía conflictual, las partes pueden
escoger la ley que regirá el contrato.

Teniendo en cuento lo analizado en la consigna anterior, a partir principalmente de las


consecuencias sufridas por la pandemia del COVID-19, le aconsejaría al Sr. Carlos Agúndez, que
las partes deberían considerar incorporar en sus contratos reglas comunes del comercio
internacional como las cláusulas de fuerza mayor y de excesiva onerosidad.

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