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DERECHO COMERCIAL
David Hugo Gutiérrez Quispe, Ph.D.
Capı́tulo 1
dentro de esas mismas sociedades pueden considerar estas prácticas como inmorales o
contrarias a los derechos de los animales.
La moral establece un marco de conducta personal, delineando lo que se considera
correcto o incorrecto. La ética, por otro lado, proporciona un conjunto de directrices
que definen las prácticas aceptables. El derecho, en cambio, consiste en un conjunto de
normas de obligatorio cumplimiento que regulan la vida en sociedad.
El derecho establece normas de cumplimiento obligatorio, la ética dicta normas de
conducta personal y la moral configura un código de conducta social. La violación de
estos códigos no siempre conlleva sanciones, a diferencia del derecho.
Es innegable que las personas deben actuar de acuerdo con la moral y la ética
durante su desempeño profesional. Sin embargo, esto no implica que ética y derecho
sean lo mismo.
Los problemas colectivos que afectan la conciencia individual pueden ser extrema-
damente difı́ciles de resolver, especialmente cuando existen posturas divergentes. La
función del derecho es establecer un marco normativo que satisfaga a la mayorı́a. Un
ejemplo de esto puede ser el aborto, considerado inmoral por algunos y una violación
de la ética por otros. Este conflicto se resuelve a través del derecho, permitiendo o
prohibiendo la práctica.
A menudo, las normas jurı́dicas se fundamentan en normas morales o éticas. La
influencia de estas normas es evidente en las disposiciones legales y seguirán influyendo
en la normativa jurı́dica. Cuando una norma ética se convierte en norma jurı́dica, pasa
a formar parte del derecho. Aunque el derecho tiene sus raı́ces en la ética y la moral,
no podemos afirmar que sean lo mismo.
En cuanto a la naturaleza del derecho, existe un debate entre sociólogos y juristas
acerca de si el derecho es un arte o una ciencia. Los que sostienen que es un arte afirman
que el juez solo tiene la función de aplicar las normas, adaptándolas al hecho. Por otro
lado, quienes sostienen que el derecho es una ciencia argumentan que este cuenta con
métodos de investigación en sus tres vertientes cognoscitivas:
La Filosofı́a Jurı́dica, que se interroga acerca de la justicia del derecho, exa-
minando las ideas de valor que se encuentran tras las regulaciones jurı́dicas
concretas.
La Dogmática Jurı́dica, que se ocupa del estudio del contenido de sentido de
las disposiciones jurı́dicas concretas.
La Sociologı́a Jurı́dica, que se interesa por la realidad social del derecho y la
vida jurı́dica.
Ası́, la reflexión sobre el derecho “correcto” o “justo” corresponde a la Filosofı́a del
Derecho, la determinación del contenido normativo del Derecho es tarea de la Dogmática
Jurı́dica, y la investigación de la realidad social del Derecho corresponde a la sociologı́a
del derecho. En resumen, el derecho se alinea más con ser una ciencia que un arte.
social impuestas por la sociedad y el Estado. Estas reglas conforman un conjunto de de-
rechos, obligaciones, garantı́as y normas preventivas diseñadas para asegurar el ejercicio
de los derechos subjetivos en el ámbito del derecho positivo y consuetudinario.
El estudio del derecho es una necesidad ineludible para las personas, la sociedad
y el Estado, dado su papel esencial y complejo en la regulación y garantı́a de la con-
vivencia social, siempre dentro del marco de respeto a los derechos fundamentales y
constitucionales otorgados por el Estado.
El verdadero poder social no se basa en la fuerza fı́sica, sino en la aceptación pública.
En consecuencia, la vigencia de un sistema jurı́dico descansa en última instancia en esta
aceptación, la cual es influenciada de manera significativa por la internalización de sus
contenidos y su evolución.
En las democracias liberales, se da por hecho que las leyes son elaboradas y promul-
gadas por los representantes de los ciudadanos. Las pugnas de poder que se desarrollan
en la asamblea legislativa son reflejos de las fuerzas sociales que buscan obtener reglas
favorables a sus intereses. En este contexto, el sistema democrático liberal permite la
manifestación de estas fuerzas y facilita un equilibrio entre ellas.
El reconocimiento de las normas jurı́dicas es un tema crucial en la sociologı́a del
derecho. Para que una norma jurı́dica sea cumplida y eficaz, requiere del reconocimien-
to y adhesión de la mayorı́a de los miembros de la sociedad. Según Timasheff, este
reconocimiento conlleva una predisposición a comportarse de acuerdo con la norma y a
esperar que los demás también lo hagan.
El reconocimiento de una norma no implica necesariamente una adhesión ı́ntima a
su contenido. Puede basarse en otros motivos, como el reconocimiento de la autoridad
legı́tima que la dictó. El saber que la norma está respaldada por una convicción colectiva
ejerce una gran influencia. Esto se ve reforzado por la conciencia de que los demás
miembros del grupo reconocen la norma como válida y reaccionarán contra el infractor.
Como señaló Kelsen, las normas en sı́ mismas no son un factor activo en el mundo
de los hechos. No obstante, la representación de las normas que las personas forman en
su conciencia, incluyendo los aspectos intelectuales y emocionales, son fenómenos que
actúan como factores reales en el mundo de los hechos.